FÓRMULA 1

Audi pesca en el río revuelto de Red Bull y ficha a Jonathan Wheatley para poner cara a su proyecto

El británico vivirá a partir del Gran Premio de los Países Bajos sus últimos meses en la estructura austriaca, hasta final de temporada. No se incorporará a su nuevo equipo hasta julio de 2025.

Jonathan Wheatley, en los tests preparatorios de 2024. /REUTERS
Jonathan Wheatley, en los tests preparatorios de 2024. REUTERS
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

El parón veraniego de la Fórmula 1 está para que los pilotos se tomen un merecido mes de respiro, pero también para que los equipos muevan ficha y mejoren sus estructuras mirando hacia el presente y el futuro. Lo ejemplifica Williams, que no esperó ni 24 horas desde que terminó el Gran Premio en Spa Francorchamps para anunciar el fichaje de Carlos Sainz (solo tuvieron que hacer click en el botón de publicar, porque firmado ya estaba). Ahora, es uno de los equipos perdedores en la carrera por fichar al español el que ha replicado a los británicos para reforzar su fábrica y garaje.

Audi (que no Sauber) contará con la dirección en pista, como jefe de equipo, del actual director deportivo de Red Bull. Su nombre es Jonathan Wheatley, un ingeniero británico de 57 años que ha invertido las dos últimas décadas de su vida en desarrollar el gran éxito de la escudería de los toros rojos, y llega para ser la cara visible del próximo gran proyecto de la F1 y el encargado de poner orden en su garaje. Por ahora, solo Nico Hulkenberg es uno de los elegidos para pilotar las primeras máquinas de Audi (también de Sauber en 2025), que son toda una incógnita.

El del Gran Circo es un mundo feroz, en el que diez constructores luchan cada año por sacarse de la manga una máquina perfecta de carreras. Con más o menos acierto, como está demostrado precisamente por Sauber (único equipo sin puntos en 2024), pero ese es el cometido. Para que la llegada sea lo menos desastrosa posible, Audi se está preparando a conciencia con llegadas como la de Wheatley o la de Mattia Binotto, que es precisamente el aval de la llegada del inglés.

El italiano también trató de ser el As que convenciera a Carlos Sainz de que el de la marca alemana sería un monoplaza campeón. Pero, como decimos, aterrizar en la Fórmula 1 de pie no es tan sencillo. Sino, que se lo digan a Fernando Alonso y un Aston Martin que si bien entró con el pie derecho, los cambios realizados en el tiempo no han resultado ser acertados. Normal para un grupo fresco y repleto de piezas nuevas que, aunque son de renombre, tienen que encajar entre sí. Probablemente, esa incertidumbre sobre a dónde va el actual Sauber fue lo que espantó a Sainz.

El caso de todo esto es que para evitar catástrofes Audi confía en que incorporaciones como la de Jonathan Wheatley sean las correctas. Lo normal sería pensar que así será, teniendo en cuenta que Wheatley ha trabajado durante una larga etapa mano a mano con el gran gurú del mundillo, Adrian Newey. Casualidad o no, ambos abandonan el barco de Red Bull. Lo harán al final de 2024, aunque el primero no podrá trabajar con sus nuevos compañeros hasta julio de 2025, cuando termine el periodo de gardening (una especie de cláusula estipulada en F1 que permite a los equipos que sus exempleados trabajen con sus nuevos equipos de inmediato). Es decir que Wheatley no trabajará ni para Red Bull ni prácticamente para Audi en 2025, ya que se marchará de Milton Keynes al término del presente campeonato pero no actuará en pista con los germanos hasta 2026.

Sigue la espantada en Red Bull

Durante su estancia en la marca de bebidas energéticas su nombre no ha sido el más sonado. Adrian Newey, Helmut Marko, Christian Horner y, por supuesto, Max Verstappen y Sebastian Vettel han copado bastantes más titulares que él. Pero el propio Horner lo ha tildado en su despedida como una baja sensible, calificando su trabajo en los 18 años que ha permanecido en Red Bull como "historia del equipo". Es en gran parte por su labor estratégica, buscando cada punto ciego del reglamento de la competición que pueda ser aprovechado.

Como parte de la arquitectura de un constructor seis veces campeón del mundo, en medio de una dura competencia con equipos como Mercedes, Ferrari y McLaren en todo este tiempo, deja muy tocados con su marcha a los austriacos. Al igual que lo hicieron en su día Dan Fallows (ahora en Aston Martin) y Rob Marshall (McLaren, su gran competencia en 2024). Y como lo hará también Adrian Newey, que se debate entre compartir sueños con Fernando Alonso, completar un proyecto ambicioso con James Vowles y Carlos Sainz, o tomarse un respiro.