FÓRMULA 1

El baile bajo la lluvia que confirma que Max Verstappen sigue siendo un monstruo... y candidato al Mundial

El neerlandés, tetracampeón en 2024, demostró en Australia que sigue siendo uno de los favoritos al título a pesar de que el Red Bull no es el mejor coche.

Verstappen rentabilizó su tercera posición de salida y terminó segundo. /EP
Verstappen rentabilizó su tercera posición de salida y terminó segundo. EP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

1.029 días. Ese es el récord absoluto de tiempo en el que un piloto ha encabezado un Mundial de pilotos de Fórmula 1. Y lo tiene Max Verstappen, al menos, hasta dentro de otros casi tres años, si es que alguien consigue batir esa impresionante marca. La cifra no ha seguido aumentando porque el neerlandés se ha quedado sin el mejor coche de la parrilla, aunque bastante estiró el chicle hasta el domingo. No tiene la mejor máquina desde el Gran Premio de Miami de 2024, cuando Lando Norris se subió por primera vez al escalón del podio y McLaren comenzó su remontada por el campeonato de constructores. Las cosas siguen igual: McLaren es el mejor equipo, Red Bull está en regresión... y Verstappen es, de largo, el piloto más rápido.

El GP de Australia que ha inaugurado la temporada 2025 es la viva prueba (por si faltaban) de que por mucho que haya un siete veces campeón del mundo como Lewis Hamilton en la parrilla, 'Mad Max' está a años luz del resto. Su tenacidad le ha llevado a exponer en casa las últimas cuatro coronas de la F1. La primera con suspense y polémica, aunque ninguna discutible en cuanto a merecimiento.

Desde que el Red Bull no es insultantemente superior a los demás ha florecido una nueva versión del holandés, una mezcla entre la agresividad con la que conducía cuando aún no era campeón y todo el conocimiento y experiencia del rey del deporte para sacar el máximo jugo a una máquina mucho más que imperfecta. Los entendidos no hacen más que destacar su actuación de 2024, aguantando el tipo ante Norris, Piastri e incluso Leclerc (Ferrari acabó comiéndoles la tostada a los austriacos también) y la comunidad de fans repite en bucle la no tan alocada teoría de que la historia podría repetirse. Desde luego, si hay un piloto capaz de ganar un coche que no está en primera línea, ese es Verstappen.

La lluvia de Melbourne dio una pequeña posibilidad al holandés, que a punto estuvo de aferrarse a ella. Desde la salida saltó a la vista su superioridad en mojado: consiguió más agarre y tracción que los dos McLaren, los únicos monoplazas que tenía por delante, e incluso llegó a enseñarle el morro a un Piastri que fruto de los nervios cometió un error y cedió el segundo lugar a Verstappen. Vueltas después fue el tetracampeón el que patinaría, dejando pasar al australiano, pero su insistencia y alto ritmo permitieron que Max se acabara llevando el segundo lugar.

Una cosa está clara, y es que hasta que no lleguen las mejoras que prometen desde Red Bull, en seco no hay nada que hacer frente a los de Woking. A menos que las nuevas regulaciones, que estarán vigentes en China (se reducirá el impacto del mini-DRS), den un vuelco a los rendimientos, los británicos son imbatibles en condiciones meteorológicas normales.

Con McLaren en primera posición, es difícil elaborar una clasificación provisional del resto de rendimientos tras lo vivido en Australia. Mercedes quizás sea la segunda fuerza, Ferrari está en un limbo, Williams sorprenderá seguro... pero Red Bull es una incógnita. No se puede saber en qué franja están sus tiempos, ya que la brecha entre sus pilotos es abismal: Lawson se quedó en la Q3 del sábado con un tiempo de 1.17:094, mientras que Verstappen fue tercero con un tiempo un segundo inferior, y durante varias vueltas de la carrera el neerlandés llegó a rodar casi dos segundos más rápido.

Diferencias máximas de tiempo por vuelta entre los pilotos de cada escudería en el GP de Australia.  @DeltaData_
Diferencias máximas de tiempo por vuelta entre los pilotos de cada escudería en el GP de Australia. @DeltaData_

Sabe optimizar el potencial del RB21 como nadie más y es una seria amenaza cuando las condiciones igualan los monoplazas. Como en Albert Park. Decía Ayrton Senna que "la lluvia iguala los coches, pero no a los pilotos", y en Australia solo los carriles secos que se formaron en los minutos en los que la borrasca dio tregua evitaron que el botín para Max fuese mayor. Esté donde esté su equipo, que Verstappen sea candidato al título es inevitable y no meterlo en las quinielas es una osadía, un reto a su retorcida cabeza.