Carlos Sainz sigue de dulce y solo Red Bull puede con él

Cuesta quedarse con uno de los dos. Lo ponen muy complicado porque están a un nivel altísimo. Hay que hacer hueco en un titular tanto a Carlos Sainz como a Fernando Alonso porque ambos dan motivos de sobra. El madrileño se encuentra en el mejor momento de su carrera y el asturiano está más en forma que nunca. El año de Sainz está siendo de fantasía y, en Suzuka, lo ha vuelto a demostrar. Sainz cuenta todas las carreras que ha disputado este año por podios y ya suma 21 en Fórmula 1 con tres victorias, incluida la de Australia hace dos semanas. Un fin de semana más por delante de Leclerc (4º) demostrando que, solo los Red Bull puede con el madrileño.

Que Alonso es inteligente y perro viejo es de sobra sabido, pero es que el asturiano no se cansa de demostrarlo carrera tras carrera. Con 42 años. A él le da igual la edad, las simulaciones de carrera que lo colocan muy por detrás de sus resultados y tener en los retrovisores coches más rápidos que él. El asturiano ha terminado sexto el Gran Premio de Japón gestionando sus gomas de forma brillante y manteniendo a ralla a los Mercedes y al Mclaren de Oscar Piastri. Entre Alonso y Sainz, 129 podios de españoles en F1.

Sin embargo, Red Bull ha decidido que tocaba volver a la normalidad en Fórmula 1 tras su tropiezo en Melbourne. Doblete del animal Max Verstappen y de Checo Pérez, que sigue la estela del líder del Mundial. Han vuelto a demostrar que están a otro nivel. Lando Norris ha terminado quinto, detrás de Leclerc, con George Russell, séptimo, Oscar Piastri, octavo, y Lewis Hamilton, noveno. La carrera estuvo detenida durante media hora por un doble accidente de Ricciardo y Albon en la salida provocando una bandera roja.

No hace caso a los ordenadores ni a las simulaciones. Le dan igual los datos y lo que calculen los ingenieros. Fernando Alonso se guía por sensaciones y, cuando se sube al monoplaza, sabe de sobra lo que tiene que hacer. De nada le sirve predecir antes de la carrera que va a terminar noveno o décimo: el asturiano ocupó la quinta plaza durante gran parte de la carrera y terminó en un milagroso y meritorio sexto lugar. Una vez más, una posición irreal que no le corresponde. Ha sido pura inteligencia en pista.

El piloto español ha vuelto a colocar a su Aston Martin por encima de sus posibilidades. Otro milagro a la lista. Si su vuelta de clasificación ya fue histórica, en carrera ha vuelto a exprimir al máximo el monoplaza. Parece que las mejoras que ha implantado la escudería de Silverstone sí han funcionado y que el equipo ha progresado ligeramente. Seguro que ese corrillo que formaban justo antes de la carrera les sirvió para ultimar detalles y dejarlo todo en pista.

Insólito. Histórico. Lo nunca visto. Hay que tirar de memoria para recordar un momento así de Lewis Hamilton. De hecho, puede que nunca haya ocurrido en su carrera. "¿Debo dejar pasar a George?" Así rezaba la radio del heptacampeón Hamilton en la vuelta 14: tenía intención de dejar pasar a su compañero de equipo. Acabó cumpliendo su palabra y le dejó adelantarle enseguida. Parece estar pensando más en el equipo que en su beneficio personal viendo que estaba falto de ritmo.

 

"¿Cómo he perdido tanto tiempo?", rezaba otra de las radios de Hamilton. El británico ha vuelto a estar perdido, una carrera más, y sus mensajes a su ingeniero lo evidencian. "Cambiamos la estrategia", decía otra de ellas, en la vuelta 21. El piloto de Mercedes está sufriendo una pesadilla de temporada, la última en la que pilotará en el equipo de Brackley. Hasta se tropezó con su patinete por el pitlane cuando iba correteando por ahí. Una parada al final justo después de decir que sus neumáticos estaban bien le condenó. Incomprensible. Lo mató relegándolo a la novena posición. Dos puntitos para Hamilton en Suzuka y otra vez superado por su compañero.

Otro doblete más. Cuando a Verstappen lo enfoca poco la cámara en pista es buena señal para su equipo. Otro Gran Premio en el que él y Checo Pérez van sobrados. Su dominio en este deporte es aplastante y en Suzuka lo han vuelto a demostrar. El tricampeón del mundo ha dominado en Japón con puño de hierro: tranquilidad sin sufrir en la salida y un ritmo de carrera infernal para alejarse desde el principio de sus perseguidores. Checo ha sabido gestionar la presión y sigue la estela de Max. Red Bull se levanta del golpe de Australia donde ningún piloto se subió al podio. Vuelta a la normalidad.

Este equipo es un show. Al menos entretienen el fondo de la parrilla con sus sainetes y polémicas dentro y fuera de pista. Alpine ha vuelto a ocupar las últimas posiciones, Ocon 15º y Gasly 16ºentre escenas más propias de una comedia televisiva. Para empezar, ambos pilotos se tocaron en la salida, por enésima vez, aunque lo mejor fue la radio de Ocon a mitad carrera. Le exigían desde el muro más ritmo de carrera y el francés no se lo podía creer. "Estoy empujando todo lo que puedo, ¿de qué hablas?", le gritó a su ingeniero. El Alpine es un coche sin ritmo en un equipo plagado de problemas.

No le sale nada. Daniel Ricciardo atraviesa sus peores días como piloto y Japón ha vuelto a demostrarlo. El australiano está teniendo una temporada para olvidar y su asiento en Fórmula 1 empieza a peligrar. Su compañero Tsunoda le está superando claramente y Suzuka no ha sido una excepción: eliminó al expiloto de Red Bull en Q2 y ha cuajado una mejor carrera. Tampoco era complicado porque Ricciardo le está poniendo las cosas muy fácil.

El Gran Premio del australiano duró menos de una vuelta, solo un par de curvas concretamente. Perdió el coche en la salida, no miró por los retrovisores, dejó sin espacio a Alex Albon y le echó de la pista. Ambos terminaron contra el muro y el piloto de RB se fue de vacío de Suzuka. Otra vez sin puntos. Al drama del australiano hay que sumarle las infinitas penurias que lleva sufriendo desde hace meses: Mclaren no le renovó hace un par de temporada, no cuajó en Alpha Tauri, donde se lesionó la muñeca y se perdió cinco carreras, además de los rumores de que el joven Liam Lawson le arrebate su asiento.