FÓRMULA 1

Un matemático de la Edad media, 'Top Gun' y una montaña rusa: así es el 'circuito de videojuego' de la F1

Jarno Zaffelli, CEO de Dromo, la empresa que rediseñó el trazado del GP de Países Bajos desgrana a Relevo sus secretos.

Fernando Alonso, negocia la curva 3 del circuito de Zandvoort. /Aston Martin
Fernando Alonso, negocia la curva 3 del circuito de Zandvoort. Aston Martin
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Zandvoort (Países Bajos).- Frente a las costas del Mar del Norte, donde la temperatura no suele subir de 21,5ºC, entre medias de un mar de dunas y al costado de una ciudad vacacional de 17.000 habitantes, se encuentra una de las creaciones más particulares del calendario de la F1. El trazado de Zandvoort, acabado de remodelar en el inicio de la pandemia, aglutina las sensaciones de montaña rusa, un caza de combate y lo que implica tener fe ciega. Y si a este cóctel le añades la lluvia...

Los emblemas de la actual configuración del trazado, después de la remodelación llevada a cabo en los últimos meses de 2019 y los primeros de 2020 son sin lugar a dudas la curva 3 y la secuencia de entrada a meta (13-14). Sobrecogen a simple vista por su inclinación, el doble que las curvas del mítico óvalo de Indianápolis. Estas particularidades dotan de un carácter único a un circuito que sube y baja, que va a izquierda y a derecha sin descanso, exigiendo el máximo de los pilotos a cada vuelta.

"Esta pista no es una pista de carreras, es un hypertrack. ¿Por qué? Porque es un circuito que supera las recomendaciones mínimas de la FIA. El resto tiene una pendiente lateral del 10% como máximo y la mayor parte del calendario está entre 2,5 y 5%. Aquí alcanzamos el 35%. Es una pista que también tiene inclinaciones hacia arriba, hacia abajo y necesitamos un permiso especial de la FIA para ello. Es más una pista de un videojuego que de la F1. Nadie había construido nunca algo tan difícil, tan empinado", asegura Jarno Zaffelli, CEO de Dromo, la empresa encargada del rediseño.

Vista aérea del circuito de Zandvoort de F1.  Dromo
Vista aérea del circuito de Zandvoort de F1. Dromo

La última curva impresiona con su pendiente lateral del 18%, pero la configuración de la misma está pensada para que los pilotos la hagan a fondo con los F1 actuales y puedan intentar adelantar en la primera frenada... en seco. Porque sobre mojado, todo cambia por completo. En cambio, el ojito derecho de Zaffelli y de los promotores del GP de Países Bajos es el tercer vértice, al que se llega en bajada desde la curva 2.

El rediseño de este punto del trazado tuvo en cuenta un modelo matemático creado por un matemático de la Edad Media (Leonardo de Pisa) y que asienta sus bases en la naturaleza, en los caracoles o las espirales. La secuencia de Fibonacci fue clave para construir la pendiente progresiva y ascendente de la curva 3 de Zandvoort, que tiene una inclinación variable en cuatro tramos diferentes, que van del 8% en la entrada, al 34% en la salida (de los 5,7º, a los 19º). Una locura de la técnica en la que pocos creían.

"Esta curva no solo tiene una función técnica, es también diversión, espectáculo, reto. Tienes que apuntar al muro, tienes que fiarte de que el coche gire. Cuando te tienes que fiar al mismo tiempo que tienes que conseguir ir más rápido que tus rivales, para el piloto es un problema. El tiempo está ahí y en la secuencia 10, 11 y 12", cuenta Zaffelli.

"El paso por la última curva, en cambio, solo está limitado por la potencia. Es una curva ligeramente parabólica, con una pendiente que va del 30 al 34%. El límite de velocidad para pasar por ella es mucho más alto del que pueden llegar a alcanzar actualmente. No lo pueden superar. El peralte quita aceleración lateral y la transforma en vertical, por eso es como si se transformase en una curva plana. Los 1000 CV que tienen los coches de ahora no son suficientes para hacer que los neumáticos pierdan el límite de adherencia, es por eso que es la potencia la que limita el paso por esta curva. Y es por esto que todos la negocian por arriba y no por abajo, donde la carga lateral sería mayor".

Max Verstappen, en la última curva del circuito de Zandvoort de F1, sobre mojado. EFE
Max Verstappen, en la última curva del circuito de Zandvoort de F1, sobre mojado. EFE

"En cambio, en la 3, es totalmente diferente, porque llegan de la curva 2, que está seis metros más alta y es plana y luego está la curva 4, que es, de nuevo, seis metros más alta. Esto hace que si llegan desde el interior y suben hacia el peralte, pierdan velocidad y para poder afrontarla por arriba, tienen que hacer muy rápido la 2. Es todo un reto que obliga al piloto a tomar decisiones en todo momento y según la situación de carrera (adelantamientos, condiciones de pista, etc)".

"Nos dijeron que podíamos hacer lo que considerásemos, pero que el circuito no perdiera bajo ningún concepto el concepto de montaña rusa. Y yo respondí '¿Podemos aumentarlo?'. La respuesta fue un sí rotundo. Y luego está el concepto 'Top Gun', el de los pilotos de caza de combate. La inspiración fue que los pilotos de carreras tuvieran la sensación de estar volando en un caza: derecha, izquierda, arriba, abajo".

El único pero que Zaffelli le pone a la curva 3 es que no tiene público por las características del revirado y encajonado circuito neerlandés. No obstante, ya están trabajando para intentar que la temporada que viene los espectadores puedan ubicarse en el exterior de la 2 y ver desde arriba uno de los puntos más especiales de todo el calendario del Gran Circo.

El gran reto: sobre mojado

La montaña rusa de Zandvoort nunca ha ofrecido a los pilotos de F1 el reto de correr sobre mojado... hasta este fin de semana. Y Zaffelli cree que será interesante de ver. El subibaja del trazado neerlandés obliga a pensar en cada curva, a buscar la mejor trazada y los monoplazas no se comportan igual sobre los peraltes cuando estos están mojados.

"Hemos creado puntos que obligan a los pilotos a pensar, a adaptarse, a encontrar compromisos. En los peraltes mojados, el contravolantear está prohibido porque el propio peralte te echará hacia abajo si lo haces. Tienen que tener mucho tiento y será interesante ver cómo se desenvuelven en condiciones de lluvia. Tendrán que resetear un poco sus cabezas y las trazadas serán completamente diferentes", apunta el ingeniero italiano.

Norris y Stroll, hoy, rodando sobre agua.  AFP
Norris y Stroll, hoy, rodando sobre agua. AFP

“Algo más” que un circuito de carreras

Las obras del proceso de remodelación del circuito se completaron en cuatro meses (de noviembre a febrero), antes de que llegase la pandemia. Finalmente, Zandvoort tuvo que esperar un año más para acoger de nuevo a la F1, tras 26 temporadas fuera del calendario. Las condiciones en las que se trabajó no fueron sencillas, ya que el invierno neerlandés castiga con lluvia, frío, hielo e incluso nieve.

"Hacía falta que el promotor se fiase del proyecto, creyese en él. Trabajamos codo con codo desde el primer día, incluso con los operarios, en un contexto muy complicado, con mucho frío, lluvia, nieve, hielo... que no pusieron fácil las obras de remodelación. Lo más complicado fue convencer a la FIA y a la FOM de que lograríamos llevar a cabo la idea", recuerda Zaffelli.

"Zandvoort ya era bonito como era, tenía sus características, pero nosotros queríamos algo más. Este es un circuito completamente único en la Fórmula 1 en estos momentos. Es el único hyper circuito actual. Y a esto se le añade el espectacular trabajo de los organizadores a nivel de plan de movilidad, que es algo de locos".