FÓRMULA 1

Un envoltorio de sándwich traicionero, remontadas...: así le ha ido a Fernando Alonso en su estreno cuando cambió de equipo

El asturiano correrá el domingo su primer GP con Aston Martin.

Fernando Alonso, con los colores de Aston Martin. /Reuters
Fernando Alonso, con los colores de Aston Martin. Reuters
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El domingo a las 16:00 el semáforo del Circuito Internacional de Sakhir se pondrá en verde y arrancará un nuevo Mundial de Fórmula 1, un campeonato en el que Fernando Alonso quiere volver a sonreír después de dos temporadas algo grises en Alpine. Lo hará al volante de un Aston Martin, coche con el que debutará pero que ya ha probado de manera muy satisfactoria en los test de pretemporada celebrados la semana pasada en Baréin.

Estrenar monoplaza no es algo nuevo para el asturiano, que a lo largo de las últimas dos décadas ha pasado por diversos equipos en el Gran Circo. Desde que se subió a un Minardi en 2001, Alonso ha "debutado" en siete ocasiones, con resultados de toda índole, aunque sin fortuna desde 2010. Así le ha ido al bicampeón del mundo cuando le ha tocado empezar de cero con un coche en la F1.

Minardi

El español dio el salto a la principal categoría del automovilismo en 2001 en el equipo más humilde de la parrilla. Su primera carrera con Minardi fue en Australia y entró en meta en décima posición tras salir decimonoveno, un resultado al que llegó tras una colección de abandonos de la que se vio beneficiado. Aquel día, Alonso recibió numerosos elogios.

Alonso, en su etapa en Minardi.  EFE
Alonso, en su etapa en Minardi. EFE

Renault

La escudería francesa es, sin duda, la que ha marcado su carrera deportiva y la que le catapultó al éxito con los dos títulos mundiales ganados en 2005 y 2006. Antes, en 2003, disputó su primer Gran Premio con la firma del rombo. De nuevo fue Australia el escenario y en aquella cita finalizó séptimo, ganando tres puestos durante la carrera, aunque terminando por detrás de su por entonces compañero Jarno Trulli.

McLaren-Mercedes

Su excepcional rendimiento en Renault le llevó en 2007 a McLaren-Mercedes, uno de los dos equipos más poderosos por aquel entonces en la F1. Allí compartió equipo con el rookie Lewis Hamilton, con el que empató a puntos a final de año. En su primera carrera terminó en segunda posición, por detrás de Kimi Raikkonen y con el que peleó por el título hasta el último Gran Premio.

Fernando Alonso y Lewis Hamilton en 2007.  EFE
Fernando Alonso y Lewis Hamilton en 2007. EFE

Renault

Su mala relación con el piloto inglés y con los dirigentes del equipo le condujo de nuevo a Renault tan solo un año después de hacer las maletas, aunque el equipo ya no tenía las mismas aspiraciones clasificatorias. Aun así, el asturiano sacó todo su talento en su primera carrera aquel curso para finalizar cuarto en Melbourne, rozando el podio. Tiene mérito si tenemos en cuenta que salía undécimo en parrilla.

Ferrari

El equipo con más renombre en la historia de la Fórmula 1 acogió a Alonso en 2010, y el debut no pudo ser mejor. El asturiano se impuso en su primera carrera con la firma italiana, precisamente en el mismo trazado en el que rodará este domingo. En aquella ocasión, el bicampeón mundial superó a su compañero Felipe Massa y a Sebastian Vettel para ser el primero en ver la bandera a cuadros.

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McLaren-Honda

Después de un lustro en Ferrari de más a menos, Alonso regresó a McLaren-Honda en 2015, que había cambiado por completo desde la última vez que él estuvo en el equipo. Allí se pasó cuatro años muy discretos, y el inicio no fue muy bueno. Se perdió el primer Gran Premio del Mundial 2015 por lesión e hizo su debut en la segunda carrera en Malasia, donde se vio obligado a abandonar por un problema de motor.

Alpine

Tras dos años alejados de la F1, el actual piloto de Aston Martin regresó para fichar por Alpine, con el que tampoco tuvo la mejor de las relaciones en las últimas dos temporadas. Su primera cita, en Baréin, fue un ejemplo de lo que ocurriría a partir de entonces. Con un equipo llamado a estar en mitad de tabla, se vio obligado a abandonar por culpa de un envoltorio de sándwich que se atascó en el conducto de refrigeración de los frenos traseros.