El médico español que vela por los pilotos de la F1: "Es un regalo que hay que aprovechar; no sabes cuánto durará"
El Dr. Pedro Esteban es uno de los seis delegados médicos de la FIA para la Fórmula 1 y cuenta a Relevo su historia.

Es uno de los seis hombres que velan por la salud de los pilotos y todos los procedimientos médicos que rodean al Mundial de Fórmula 1. Nunca soñó con ser parte del Gran Circo, ni siquiera se lo llegó a plantear cuando en su infancia comenzó a seguir los rallies en la televisión del salón de su casa. Pero Pedro Luis Esteban (Mataró, Barcelona, 1970) se ha hecho hueco en el exclusivo y exigente paddock del campeonato. Este traumatólogo catalán sigue impactado con todo lo que vive en un fin de semana de carreras y así lo cuenta a Relevo.
Desde bien pequeño tuvo claro qué quería hacer de mayor. La medicina ocupaba todos sus sueños y juegos a orillas del Mediterráneo. Aunque ninguno de sus progenitores se dedicó a esta profesión, Esteban tiene el recuerdo de que uno de sus abuelos llegó a estudiar la carrera, pero sus planes de futuro se vieron frustrados por la Guerra Civil española. Una tía suya sí llegó a ser médico. Pero hasta ahí las referencias cercanas.
Esteban cumplió con lo que siempre imaginó que conseguiría y se hizo traumatólogo. Hijo primogénito de la familia, cuenta con orgullo como su hermano pequeño "es un fanático de la guitarra y toca en un grupo cover de Elvis Presley", lo que compagina con su trabajo diario en un banco. Como él, que combina el día a día en un hospital, sus urgencias y sus operaciones, con el glamour de la F1.

Sus pasos hacia delante a nivel profesional le han llevado a vivir cientos de experiencias en el campo de la traumatología, y actualmente forma parte del equipo del hospital concertado Althaia de Manresa y tiene consulta en el Centre Mèdic Carlemany de Andorra. Pero la primera aventura que comenzó el inesperado camino hacia su situación actual arrancó, dónde si no, en el Circuit de Barcelona-Catalunya en el lejano 2004, a 30 km de su casa. El Dr. Esteban empezó a sumar experiencia en todo lo relacionado con la medicina del motorsport, primero en el equipo de extracción, luego en el centro médico y después como segundo del jefe médico del trazado catalán.
Su experiencia en carreras de todo tipo, GTs, monoplazas, motos y hasta camiones ("los echo de menos"), le llevó a optar al proceso de selección para el estreno del Mundial de Rallycross en 2014. En esa disciplina desconocida para él hasta el momento, descubrió a grandes pilotos, equipos muy profesionales y una serie de protocolos de actuación completamente regulados. No obstante, no se esperaba la llamada que recibió en marzo de este 2023.
El Dr. Paul Rea, jefe médico y de rescate de la Federación Internacional de Automovilismo, confió en él para dar el salto a la F1 como uno de los seis Delegados Médicos de la FIA para la categoría que se turnan en el extensísimo calendario de la categoría de marzo a diciembre. Tres para el coche médico y tres para ser el enlace en dirección de carrera.

"Verdaderamente lo tengo grabado en la cabeza. Fue una llamada de Paul Rea y pensé que sería para algo del rallycross o algo así y va y me comenta que si puedo y estoy disponible para hacer pruebas de la F1 este mismo año. Yo ya tenía el calendario del rallycross, por lo que fue muy sorprendente y gratificante. El hecho de que me llamaran me sorprendió y fue muy gratificante que pensaran en mí en el momento concreto por el motivo que fuera. La respuesta solo podía ser afirmativa, aunque tuve que consultarlo con el jefe de servicio en el hospital en el que trabajo. Todo han sido facilidades, la verdad", cuenta el Dr. Esteban a Relevo cómo se coció su llegada.
El encargado de que todo esté en su sitio y no haya sorpresas
El médico catalán, al que le apasiona la montaña y descubrir nuevos rincones naturales cerca de su residencia actual, en Andorra, ha hecho todo el calendario europeo, salvo el GP de Mónaco, y también el GP de Sao Paulo, antepenúltima cita de la temporada. En cada cita tiene que estar de jueves a domingo en el circuito, por lo que sale el miércoles por la mañana de casa (en Europa) y vuelve el lunes. Una vez en el trazado, inspecciona el Centro Médico de arriba a abajo, al detalle, para que tenga todo lo que necesita "para poder lidiar con pacientes potencialmente graves".
Además, revisan la dotación de la ambulancia, los coches médicos locales y el helicóptero, para que cumplan con los altos estándares de calidad de la Comisión Médica de la FIA. Luego, por la tarde, entrenan los ejercicios de extracción, para comprobar que los equipos locales son capaces de sacar a un pilotos de los F3, F2 y F1 en caso de accidente y en cualquier situación.

Una vez empieza la acción en pista, el Dr. Esteban se ubica en dirección de carrera para coordinar todo con el equipo médico local y reaccionar de primera mano ante cualquier situación potencialmente peligrosa para la salud de los protagonistas. Al final del fin de semana, escriben un informe y lo envían a Ian Roberts, coordinador médico y de rescate de la F1, y a la FIA.
El Dr. Esteban destaca que lo que más le ha sorprendido es "lo reglamentado que está todo" y la cantidad de información que recibe; "los análisis técnicos son increíbles". Cuando se le pregunta si es más estresante que una noche en Urgencias hospitalarias, responde: "Son estreses diferentes, porque si estoy en Urgencias y me llega un paciente, habitualmente tengo la formación y los conocimientos para poder responder. Me estresará, como cuando hago una intervención quirúrgica compleja, que me estresa, pero pienso que son diferentes".
"Sin ir más lejos, mi primera carrera de F1, aunque fue en Barcelona, fue estresante, de decir 'Wow, tienes una responsabilidad aquí que tienes que ser capaz de responder como se espera que respondas'. A medida que vas ganando experiencia, ese estrés va disminuyendo. Igual que cuando te enfrentas por primera vez a una operación, el estrés es alto y luego va disminuyendo, afortunadamente, a medida que vas sumando otras".
Además de tener que ser capaz de gestionar esas situaciones de exigencia máxima, el doctor catalán debe devolver a su hospital las horas que los viajes a la F1 le quitan -"vale la pena, no tengo dudas"-, y volver a la realidad una vez deja atrás los viajes a los grandes premios. "Sin duda que tienes que resetear una vez vuelves, porque en el paddock de la F1 te cruzas con gente superconocida y debes bajar un poco de la nube y ser capaz de gestionar el día a día, la normalidad", reconoce.
Los dos mundiales de Fernando Alonso abrieron un nuevo mundo a miles de profesionales españoles de múltiples sectores diferentes y la llegada de este apasionado de los rallies y la montaña al rol de delegado médico es la penúltima demostración de ello.
"Yo estoy viviendo un sueño, es el ejemplo más gráfico. Cuando empecé en el Circuit jamás pensé que llegaría a ser delegado médico, jamás pensé que llegaría a ser delegado médico de un Mundial y desde luego jamás de los jamases pensé que llegaría a ser delegado médico de la F1. Para nada. Esto es salir de la zona de confort verdaderamente. Pero si a mí me dicen en 2004 que acabaría en la F1, habría respondido '¿cómo dices?' No entraba en mis planes de ninguna de las maneras. Es un regalo, así lo considero, y hay que aprovecharlo, que no sabes cuánto duran", concluye.