Cómo entender el sufrimiento de Fernando Alonso: "Los mecánicos no tienen ni tiempo para comer"
El asturiano mantiene su discurso: a Aston Martin le toca "sufrir y aprender" antes de que lleguen unos resultados por los que trabajan a destajo.

La palabra sufrimiento, en sus distintas conjugaciones, es la que más ha salido de la boca de Fernando Alonso desde hace meses. El asturiano vive un año verdaderamente difícil, después de un 2023 en el que cosechó ocho podios y rozó una victoria y tras el cual parece haberse perdido todo. El AMR24 es la antítesis del coche del año pasado y para Alonso es frustrante por su gente.
En Barcelona lo verbalizó, diciendo que quería "darles un poco más" a sus aficionados de lo que habían "dado hasta ahora", pero salvo ese trabajo y silencio no pueden prometer nada más. Con esa parte, tanto Fernando como su equipo están cumpliendo.
Lo revela su frase de este fin de semana, en la que describe la faena que se traen entre manos en el box británico: "Los mecánicos no tienen ni tiempo para comer". Trabajan a destajo para que el monoplaza esté lo más presentable posible, pero nada, aún así lo máximo que han podido ofrecer en Austria es una P18.
Y eso que en las sesiones clasificatorias están incluso "muy por encima del límite del coche". Por eso, en parte, es tan indomable el Aston Martin. Y ya en Barcelona lo llevaron una ronda más allá de su tope, dejándolo a la puerta de los puntos, en Q2. A pesar de dar todo y más, el coche tiene lo que tiene, y ni siquiera las novedades prometidas para Hungría arreglarán el estropicio montado en 2024.
🗣️ “Vamos muy por encima del límite del coche”@alo_oficial explica el motivo de los dos sustos que ha tenido en Austria#AustriaDAZNF1 🇦🇹 pic.twitter.com/yf6YG7c2Cp
— DAZN España (@DAZN_ES) June 29, 2024
"Vamos a traer algo, pero yo creo que no es Budapest, es todo el año. Claro que llevaremos piezas pero no sabemos si va a ser la solución definitiva", cuenta. Tampoco se pueden esperar milagros, porque en Spielberg la diferencia con el rendimiento de 2023 era de más de siete décimas en clasificación, y eso no se recupera con un paquete de mejoras.
Como ya hizo en Montmeló, se resguarda en la única promesa que pueden hacer, en el trabajo. Y que en Aston Martin ni siquiera almuercen, dice mucho: "No hay descanso hasta que estemos mejor y estemos luchando por posiciones de arriba".
Hasta que los podios (o, al menos, ser candidatos a ellos) lleguen, la herramienta clave es el aprendizaje. Desde hace semanas, Alonso dice que están comenzando a comprender por qué las cosas han tomado este rumbo. Austria es otra lección: "Las conclusiones son muy claras, para mí son blanco y negro, de lo que hemos hecho en el coche, de lo que tenemos ahora mismo montado, lo que tenemos que mejorar, mantener…".
Con previo aviso, Silverstone será más de lo mismo. El matiz, eso sí, es que Gran Bretaña no es un escenario cualquiera, y es que a metros del circuito se encuentra la fábrica del equipo. Fernando es consciente: "Ahora tenemos que reunirnos e ir allí con la moral alta". Y, a pesar del tono gris oscuro (muy oscuro) que tiene el panorama de Aston Martin hoy por hoy, rescata un pequeño rayo de luz tras Austria: "Voy con un poco más de optimismo".
Mantiene su máxima de que el equipo es atractivo, prueba de su convicción es el reciente fichaje de Enrico Cardile para su Departamento de Aerodinámica procedente de Ferrari, y es lógico que en algún momento esas horas de almuerzo perdidas se vean compensadas con rendimiento en pista. Al menos por divina justicia. Hasta que lleguen, se puede decir que Alonso vive uno de sus peores años en Fórmula 1, o al menos de los más frustrantes.
La pesadilla de mediados de la década de 2010 en McLaren es un tema aparte, porque aquel barco no tenía puerto. Si lo tenía, lo capitanea casi diez años más tarde Lando Norris. Pero a este otro se subieron demasiados devotos de Fernando como para ahora creer que la situación no se puede reconducir. No corresponderles, le duele.