FÓRMULA 1

Cómo son los entrenamientos físicos de un piloto de Fórmula 1

Los pilotos de F1 tienen que soportar grandes fuerzas laterales y longitudinales cada fin de semana de carreras, y su preparación tiene que ser máxima.

Max Verstappen entrena antes de un gran premio de Fórmula 1./Getty
Max Verstappen entrena antes de un gran premio de Fórmula 1. Getty
Javier Mercadal

Javier Mercadal

En el aspecto físico, los pilotos de Fórmula 1 son élite absoluta. Para poder conducir un monoplaza a más de 300 kilómetros por hora es necesario un entrenamiento exhaustivo que prepare el cuerpo para rendir en condiciones extremas. Tal y como aseveraron varios preparadores físicos en una entrevista con Relevo, pocos atletas de máximo nivel soportarían la exigencia física y mental que exige esta categoría del motor. A todo ello hay que sumarle las altas temperaturas que alcanzan los pilotos dentro de su habitáculo, que en muchos casos superan los 50ºC y que en eventos como el de Catar 2023 provocaron imágenes de agotamiento y deshidratación. Esto hace que durante una carrera se puedan llegar más de 2 kilos de líquido, una cantidad similar a la que pierde un futbolista durante un partido de Primera División.

La exigencia es extrema. Durante muchos años, Malasia era una fecha temida en el Gran Circo. El calor y la humedad de Sepang hacían que los pilotos pasasen por un auténtico infierno en el cockpit, en muchas ocasiones bajando del monoplaza completamente mareados por el esfuerzo realizado. Las imágenes de Fernando Alonso en lo alto del cajón en 2005, completamente desfondado sin ni siquiera poder celebrar el triunfo tras no haber podido hidratarse durante la carrera quedaron en la retina de los aficionados. Otros como Singapur o Catar han tomado el testigo, añadiendo el hecho de que se conduzca de noche a las condiciones climatológicas.

Los secretos de los entrenamientos en F1

Semejante demanda física hace que los pilotos se deban preparar a conciencia antes de subirse a un monoplaza. Entrenamientos exhaustivos y hábitos alimenticios férreos conforman su día a día. Una rutina alejada de la figura del playboy hedonista que plagó el paddock en la década de los 70, con James Hunt su máximo exponente. En la F1 actual, si se quiere competir se ha de llevar una vida dedicada a la profesión en cuerpo y mente.

Así lo contaba Edoardo Bendinelli, uno de los dos preparadores físicos de Alonso, a Relevo en una entrevista: "No hay que olvidar que los años pasan para todos, por eso hay que cuidar todo lo que se puede cuidar. Y por ello estos dos últimos años hemos puesto un poco más de atención a la alimentación, cuidando todo un poco más y sincronizándolo con el entrenamiento y la hidratación". En el caso del asturiano, además de una genética privilegiada, el control de la dieta ha marcado la diferencia para poder alargar su carrera más allá de los 40 años. Según reveló Bendinelli, no hay más secreto que llevar una alimentación equilibrada, en su caso limitando alimentos como la Nutella, la tortilla de patata o el pan, que siendo sus comidas preferidas, pueden resultar contraproducentes en grandes cantidades.

Mucho cuidado con el músculo

En un deporte que se mide todo al milímetro, el peso del piloto es importante. Por ello, no se suelen ver físicos extremadamente musculados en la parrilla. Todo tiene una razón de ser. Según contó a Men's Health, Lewis Hamilton debe limitar su trabajo con pesas para que no resulte contraproducente a la hora de conducir. "Me gusta levantar pesas, pero tengo que asegurarme de no excederme. Los pilotos de Fórmula Uno no pueden pesar demasiado: más músculo significa más kilos. También es una desventaja poner demasiado músculo en los hombros y los brazos, porque es necesario tener un centro de gravedad bajo en el coche", relató el siete veces campeón del Mundo.

Max Verstappen también se ha referido en el mismo sentido. El neerlandés trabaja exhaustivamente en su físico, pero siempre con cuidado para no pasarse de peso. "Debido a todo el trabajo que hacemos en el coche, realmente no necesito levantar pesas. No podemos desarrollar mucho músculo porque tenemos un peso restringido. Tengo que encontrar un punto medio entre hacer mucho cardio y luego un poco de levantamiento de pesas. En mi caso suelen ser ejercicios con mi propio peso corporal", desveló en una entrevista con GQ.

El entrenamiento del cuello

Una de las partes más sensibles en el entrenamiento de un piloto es el cuello. Se trata de una zona que requiere un trabajo específico, ya que las continuas aceleraciones y deceleraciones que experimenta hacen que se trate de una zona crítica. En la F1, el cuerpo de un conductor puede llegar a soportar hasta 6,5 G en una curva. Algo que puede incrementarse drásticamente en caso de accidente. Por ejemplo, Verstappen sufrió un impacto estimado de 51 G durante su colisión en el Gran Premio de Gran Bretaña de 2021. Más allá de la introducción del dispositivo de sujeción del cuello HANS en 2003, una preparación física adecuada es necesaria para prevenir lesiones irreversibles.

El tamaño del cuello de Fernando Alonso ha sido objeto de conversación desde su irrupción en la F1. Evidentemente, el asturiano, así como el resto de pilotos del paddock, realiza ejercicios específicos para fortalecer el cuello. Se trata fundamentalmente de rutinas con arneses, gomas y pesas, que buscan desarrollar la fuerza y resistencia necesaria para afrontar la tensión de conducir un monoplaza. No obstante, y aunque aún sea una parte fundamental en el trabajo físico de un piloto, desde la adopción del HANS la imagen de aquellos cuellos hiperdesarrollados ya forman parte del pasado.

Así lo contaba el Dr. Riccardo Ceccarelli a Relevo: "Cuando trabajamos con Fernando Alonso en su primera época en Renault, insistimos mucho en el trabajo del cuello, ¡solo hay que ver las fotos! Pero desde entonces se ha prestado mucha atención al peso del piloto, a la vez que han aumentado las medidas de seguridad. ¿Qué ha sucedido? Que hemos tenido que reconfigurar la fisionomía de los pilotos a nivel muscular, porque si tengo músculos de culturista, tengo 2 kg de más que no sirven". Una vez más, el cuidado hasta el extremo del peso del piloto, como se hace con el monoplaza.

Cómo entrenan la conducción los pilotos de F1

Hasta ahora hemos hablado fundamentalmente de acondicionamiento físico, que es una gran parte del entrenamiento de un piloto de Fórmula 1. Sin embargo, la conducción es su actividad principal y esta también debe ser entrenada. Desde 2009, la FIA prohibió los entrenamientos privados y las horas en las que un piloto puede rodar con su monoplaza están tremendamente pautadas. Son tanto las sesiones de pretemporada, más enfocadas a realizar test sobre los bólidos para conocer sus prestaciones, como los entrenamientos libres existentes en cada fin de semana de Gran Premio. Más allá de ambos supuestos, su contacto con el coche se termina.

Es ahí donde entran en juego los simuladores. Un simulador de Fórmula 1 es básicamente una máquina que replica todas las condiciones que se experimentan a la hora de conducir un F1. Esto es, no se trata de un simple videojuego y no debe ser concebido como tal. La cabina está diseñada igual que el cockpit de un F1, todo ello para que el piloto experimente las mismas sensaciones que al conducir un coche real. De hecho, se suelen utilizar con mono completo y casco, para hacer la experiencia lo más cercana a la realidad.

Además, varios son los pilotos que ordenan instalarse un simulador en su casa para practicar en su tiempo libre. No obstante, estos no son comparables a los simuladores situados en las fábricas. De hecho, estos simuladores caseros, formados por varias pantallas, un volante de F1 y un juego de pantallas, sí sería más similar a lo que conocemos como un videojuego (aunque cuente con la última tecnología, claro).

Además, algunos pilotos de F1 durante la pretemporada recurren al karting para comenzar a activar sus reflejos y empezar a coger sensación al volante. Es el caso por ejemplo de Carlos Sainz, quien optó por esta opción para preparar la temporada 2023 al marcharse unos días a Italia para trabajar junto al equipo Tony Kart junto Roberto Merhi.