FÓRMULA 1

Una excepción en Londres entre las concesiones de los equipos y el paripé de los pilotos: "No me gusta esto, preferiría estar en casa"

La Fórmula 1 se inventa por su 75 aniversario la primera presentación conjunta de la historia. Con alfombra roja incluida, se celebra en el imponente O2 con capacidad para 20.000 personas.

La parrilla de Fórmula 1, durante el Gran Premio de Singapur de 2022./AFP
La parrilla de Fórmula 1, durante el Gran Premio de Singapur de 2022. AFP
Jorge Peiró

Jorge Peiró

La Fórmula 1 ha visto de todo pero nunca un evento como el de hoy. Dentro del lujo, la exclusividad, los yates de Mónaco y los palcos de Miami y Las Vegas, al Gran Circo nunca se le había ocurrido juntar las presentaciones de los diez monoplazas en una sola. A lo grande y a lo bestia en un auténtico templo como es el imponente O2 de Londres, con capacidad para 20.000 espectadores. Tal vez sí se le había ocurrido hacerlo durante algún invierno en sus 75 años de historia pero los equipos no debieron estar muy convencidos.

Sus motivos han tenido y, los pilotos, más de lo mismo. "No sé cómo lo van a hacer, no sé el desarrollo del evento pero preferiría estar en casa relajándome y preparando la temporada. No me gustan este tipo de cosas, no soy una persona de actos públicos como este, me gusta relajarme y hacer mis cosas pero es parte de nuestro trabajo", reflexionó Lando Norris, subcampeón del mundo, cuando se enteró del evento.

La excusa es el 75 aniversario de la competición y las escuderías han tenido que ceder... aunque algunas tan solo a medias. Salen más perdiendo que ganando con aquello de tener solo siete minutos cada una para presentar sus nuevos colores al mundo. No el diseño aerodinámico del coche, que es lo que importa y marca si será rápido o no, sino los colores de su piel, por así decirlo. Subirán al escenario desde las 21h y cada escudería desarrollará su propio sainete en una pantalla, con sus pilotos o como consideren, entre actuaciones de artistas invitados como Machine Gun Kelly.

Lo de que han cedido a medias se explica a través de algunas presentaciones individuales de los equipos fuera de este evento inventado por la Fórmula 1. Williams abrió la veda y presentó el coche de Carlos Sainz en Silverstone el viernes pasado: ya se conocen sus alerones, pontones y entradas de aire... todo menos sus colores, que se descubrirán hoy. Otras escuderías como Haas o McLaren también han ido un poco a su bola y se han filtrado estos días imágenes de sus bólidos rodando.

El equipo campeón, al menos, tuvo la decencia de salir a pista con una livery de camuflaje para no hacer feo al evento en el que se descubrirán los colores en exclusiva. Había que esperar a los que mandan. Ferrari se lleva la palma porque no podía no sacar tajada del galáctico fichaje de Lewis Hamilton: su imagen vestido de rojo, a solas o con su compañero Charles Leclerc, no vale lo mismo que una en la que esté acompañado de 19 pilotos con menos títulos y seguidores en redes.

Verstappen huye

Con todo el marketing e impacto de patrocinadores que supone cada segundo en pantalla, lo aprovecharán por medio de otro evento por su cuenta, como anunciaron en noviembre. Las entradas al público general, por cierto, para la presentación conjunta, oscilan entre los 70 y los 133 euros para un evento de dos horas de duración. Sin coches rodando por ahí no haciendo ruido, que es lo que busca el amante de la Fórmula 1. Los equipos más contentos, los de abajo, los menos mediáticos. Se les pondrá al mismo nivel que sus rivales punteros ya que, en el O2 de Londres, todo se igualará.

Terminarán todos juntos en el escenario, acaparando cámaras, sin importar cómo hayan terminado en el Mundial. Eso sí, conviene no fiarse de lo que se revele porque no será la versión definitiva, en muchos casos, de los monoplazas que competirán en Australia. Toto Wolff, jefe de Mercedes, no pudo ser más claro: "La verdad es que el producto final verdadero lo veremos al final de los tests de Baréin". Los pilotos, como expresó Max Verstappen, tampoco andan demasiado contentos: "Espero estar enfermo esa semana".

Otro evento más en un calendario ya de por sí cargado. Otro viaje más en una pretemporada que, entre viajes a la fábrica, simulador y compromisos publicitarios, es fiel a la vida de un piloto de Fórmula 1. La estampa recordará un poco a aquella foto impostada durante el Gran Premio de Las Vegas, cuando posaron como "payasos", describió Verstappen. Los más felices con el paripé tal vez sean los periodistas: antes de la presentación y de la alfombra roja que se celebra por la tarde, casi la totalidad de los pilotos comparecerán. Fernando Alonso, por ejemplo, uno de los atractivos. El morbo de ver a Hamilton de rojo o Sainz de azul aviva la cita.

Será la primera vez, en muchos casos, que abran la boca tras el Gran Premio de Abu Dabi, cita que bajó la persiana de la temporada 2024. La prensa empezará entonces a intoxicarse del clásico humo de pretemporada de cada año. "Deberíamos promocionar más los tests", propone Wolff, pues están algo en el dique seco cada año. Baréin será la próxima parada tras Londres y la primera ocasión en que los monoplazas desvelen tiempos por vuelta. Ahí empezará el show.