Felipe Massa y la ambigüedad de Fernando Alonso tras Singapur 2008: "Tiene dos caras, pudo haber dicho algo pero se calló"
Primera entrega de la entrevista al histórico piloto brasileño, quien reclama en los despachos el Mundial que presuntamente le arrebataron y analiza su relación con Alonso en Ferrari. Ya huele a goma quemada.
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"Puedo decir tranquilamente que gané el Mundial'08. Lo que pasó es inaceptable para la F1, una manipulación terrible que en nada tiene que ver con el deporte. Sí, un piloto que provoca un accidente para que su compañero gane la carrera. Todo el mundo lo sabía, y podían haber investigado, pero no lo hicieron. La responsabilidad política corresponde a todos los jefes de entonces, pero no quisieron hacer nada. ¿Sabes? Lucharé hasta el final para que esto no vuelva a suceder. Fui el principal damnificado. Esto no es deporte, insisto".
Cuando falta apenas un mes para el inicio del campeonato de Fórmula 1, Felipe Massa atiende en exclusiva a Relevo. Lo hace al teléfono desde Brasil. Muchos temas encima de la mesa, pero uno sobre todo que no termina de cicatrizar, de metabolizar. El famoso Crashgate, un triste episodio acaecido el 28 de septiembre de 2008, cuando Singapur se preparaba para acoger su primer GP. Iba a ser una tortura. Una maravillosa y premeditada tortura.
Por orden: un extraño accidente de Nelson Piquet Junior (Renault) hizo que entrara el safety car. Su compañero entonces, Fernando Alonso, aprovechó el caos para fijar en boxes antes de lo previsto y terminar ganando una carrera en la que el principal damnificado fue Felipe Massa, piloto Ferrari de 2006 a 2013. El brasileño era el líder de esa prueba, y cuando paró a repostar no hizo sino una orden técnica equivocada. Y es que volvió a pista con la manguera aún echando gasolina. ¿Resultado? Retirada y adiós a la victoria. Su gran rival entonces por el cetro divino era Lewis Hamilton, quien obtuvo el botín de seis puntos, decisivos al final.
A raíz de entonces, la FIA (Max Mosley, presidente otrora) inició una investigación en la que colaboró el propio Nelsinho, a quien ya habían echado de la escudería francesa. Al parecer, habría afirmado que Flavio Briatore y el director técnico -Pat Symonds- le obligaron a provocarlo a cambio de seguir en la casa gala, a su vez acusada de manipular las carreras. Lejos de la realidad, al piloto brasileño -hijo del tres veces campeón del mundo- le acusaron de difamar, pero lo cierto es que los dos pesos pesados fueron apartados del Circus. No demasiado tiempo, ya que las sanciones serían revocadas posteriormente. El chantaje, la pantomima había sido de manual.
Hoy se cumplen 14 años del famoso y polémico #CRASHGATE en el GP de Singapur 2008. Renault le ordenó a Piquet Jr que se estrelle a propósito para que Alonso pudiera ganar la carrera. Hasta la fecha, uno de los escándalos más grandes de la historia.#F1 pic.twitter.com/WOn7nOPGR2
— El Mejor del Resto 🏁 (@elmejordelresto) September 28, 2022
"No me doy por vencido", remarca sobre una presunta estafa que también se llevó por delante una Renault ya diezmada. ¿Responsabilidades a nivel deportivo? Nada de nada, al menos de momento. Por eso es el título mundial que nunca ganó Felipe Massa, desde entonces prácticamente un advenedizo en un mundo artificial que Bernie Ecclestone - director ejecutivo de Formula One Management- terminó por ceder a las pretensiones de Liberty Media, quien lo controla hoy.
El Mundial lo ganó Hamilton, pero el brasileño de Sao Paulo quiere recuperarlo en los despachos. Se apoya en unas declaraciones del propio Ecclestone al portal F1-Insider. Fue hace años, y venían a decir que sabía del escándalo, aunque se prefirió no intervenir. Las últimas noticias subrayan que el expiloto en 2024 los citó a juicio (FOM, FIA y el propio Ecclestone) ante la Alta Corte de Londres para pedirles una compensación económica de 82 millones de euros. "La transparencia es necesaria para un mejor porvenir", espeta tajantemente.
On this day in 2008, Lewis Hamilton won his first F1 World Championship on the last corner of the last lap in Brazil 🏆🇧🇷
— ESPN F1 (@ESPNF1) November 2, 2022
Beating Felipe Massa by just 1 point. Ferrari couldn't believe it 😤 pic.twitter.com/7Ya3oJfePo
El enigma Alonso
En medio de aquel fango nauseabundo que incluso hoy huele también se encontraba Fernando Alonso, con quien luego Felipe coincidiría en la casa del Cavallino Rampante. Fue durante años la cohabitación en Maranello. "Piloto increíble. Uno de los mayores fenómenos de la F1, sin duda. Eso no quita lo que pienso de él respecto al incidente del 2008. Fernando no se comportó bien. Nunca habló del tema, y es una pena porque su grandeza como piloto no se corresponde en cómo actuó ahí. Decía que no sabía nada; escondió todo. Esto no es aceptable, porque hablamos de un grande a nivel deportivo. Un ejemplo para niños y adultos. Podía haber sido más honesto y contar la verdad", sentencia un Massa que rápidamente se apresura a matizar sus eléctricas palabras.
Las endulza, sí, pero no demasiado. "Jamás tuve un problema con Fernando Alonso. Trabajé muy bien con él, pero siempre tuvo dos caras, dos personalidades. Una cosa es lo que mostraba; otra lo que sacaba de puertas adentro. Estaba centrado solo en él. Era su modus operandi. Recuerdo que en 2010 hizo un campeonato estupendo. Merecía ganar (venció Vettel por cuatro puntos de diferencia). Fue el más regular, pero lo perdió quizás por un error en la estrategia. En la última carrera se centraron en Webber en lugar de Sebastian. ¿Sabes? Él, desde que dejó Ferrari, perdió dos mundiales en la última carrera, y que creo que todo sucede por un motivo. Nada es casual en nuestra vida. Quizás Fernando habría merecido tener otros dos campeonatos en su vitrina, pero… Habrá aprendido, seguro, porque todo esto nos ayuda a aprender. No lo sé con certeza, pero seguro que todo esto le hizo cambiar. Así lo espero y deseo".

Él también es otro actualmente. Las circunstancias, quizás, le han moldeado para siempre. Esa maldita corona, al volante, comenzó a flaquear en Singapur, pero fue a la deriva definitivamente semanas después, en su Brasil natal. Un gatillazo en toda regla que ya venía advirtiéndose. Sí, efectivamente el último Gran Premio de 2008 fue en Interlagos. Llovía. Todos los monoplazas habían puesto ruedas de mojado. Todos, salvo Timo Glock. Hamilton era sexto a falta de pocas vueltas para el termine. Eso convertía en campeón a Felipe Massa, quien cruzaba la línea de meta alzando los brazos en señal de victoria. Había ruido y confusión en el paddock.
Ferrari, en un error de magnitudes colosales, había informado mal a su hombre fetén. Desconocían que el inglés (flamante icono Ferrari hoy) había adelantado a Glock entrando en quinta posición. Cuando se verificó todo, Massa hizo estas declaraciones. "Salió perfecto, pero ni aun así fue suficiente para ganar". Quien sabe si una ingente burocracia sepultada entre legajos que asoma al Támesis pueda devolverle lo que una maniobra oscura le quitó años pasados. Sí, solo un juez tiene la potestad de volver atrás para remodelar la realidad actual y subsanar los caprichosos, por citar un eufemismo, guiños del destino.