Fernando Alonso, Aston Martin y un año de la última intentona por la '33': "Sin ese problema Verstappen habría..."

355 días después, Fernando Alonso vuelve a Canadá. De algún modo, el principio del fin de un sueño por el que mantuvo en vilo durante las primeras ocho carreras de la temporada 2023 a todo el 'alonsismo', a fans de Aston Martin y de la Fórmula 1, una comunidad ilusionada por ver a un bicampeón del mundo volver a ganar una carrera diez años más tarde. A día de hoy esa posibilidad es tremendamente remota.

Hace doce meses no lo era tanto, y es que aterrizó en Montreal con cinco podios (cuatro veces 3º y una vez 2º) en siete carreras bajo el brazo y la confianza por las nubes. La meteorología, además, le regaló un nuevo tercer asalto en la clasificación en mojado, su condición fetiche a la hora de sacar jugo de donde nadie más sabe. Sólo Max Verstappen, el nuevo genio de la lluvia, fue capaz de manejar mejor bajo los chubascos que él (también Nico Hulkenberg, afiliado a sacar su Haas de posición los sábados, aunque fue después penalizado).

Desde el segundo cajetín de salida, un lugar desde el que ya había visto el mundo en Yeda, Miami y Mónaco, perdió rápidamente la posición con un Lewis Hamilton ágil en la respuesta al semáforo y astuto manejando bien los tiempos en la primera curva. Un pique en el pit lane y 21 vueltas más tarde, cuando el asturiano materializó su superioridad en el ritmo pasando al británico en la chicane previa al 'muro de los campeones', lugar privilegiado (y uno de los pocos) para adelantar en el Circuito Gilles-Villeneuve. A partir de ahí, era Fernando contra Max.

Al contrario que a alturas de junio de 2024, hace un año el Aston Martin del asturiano podía competir con un Red Bull. Tarea complicada, porque en 2023 los austriacos eran verdaderamente imbatibles, pero los resultados de final de carrera describen la gesta de Alonso. Al final de las 70 vueltas que duró el Gran Premio quedó a nueve segundos y medio de distancia del neerlandés. Aunque pudieron ser menos, tal y como delató la radio final entre Fernando y su ingeniero principal.

- Ingeniero: Buen trabajo, colega. Sabemos que has tenido un pequeño problema, pero has hecho un gran trabajo. Piensa que sin ese problema Verstappen habría…

- Alonso: Lo sé, lo sé. No quería decir nada… Bien hecho chicos, estoy contento. Lo hemos dado todo otra vez, genial los pit stops.

Fernando cortó el mensaje que estaban a punto de darle por radio, ya conocía todo lo que podría haber pasado. El problema al que se referían era el escaso nivel de combustible que tenía en su coche, que no hubiese sido suficiente para terminar la carrera. Durante muchas vueltas, como reveló tras la carrera, tuvo que hacerlift and coast (levantar el pie del acelerador al final de las rectas para ahorrar carburante). Se pudo ver reflejado en conversaciones desde la vuelta 47, cuando la distancia era de cuatro segundos con Verstappen, aunque probablemente antes cesó en su empuje.

- Alonso: Dime cuándo esté bien el lift and coast, para dejar de hacerlo.

- Ingeniero: Sí, pero sigue haciéndolo por ahora.

- Alonso: Sí, quiero ganar la carrera, tío.

- Ingeniero: Yo también, pero tenemos que hacer esto.

Aquello, quizás, privó al espectador de ver una lucha rueda a rueda por la victoria y fue una nueva oportunidad desaprovechada, a la par que Mónaco y la dichosa decisión de montar neumáticos medios cuando la pista comenzaba a pedir las gomas adecuadas para la lluvia.

50 semanas más tarde, nada ha vuelto a ser igual para Fernando Alonso y Aston Martin. Fue el antepenúltimo podio de su carrera. Zandvoort (Países Bajos) e Interlagos (Brasil) fueron las excepciones en una segunda mitad de temporada en la que, aunque sí hubieron oportunidades, el español apenas soñó con descorchar el champán. En Países Bajos, concretamente, también acarició la victoria, aunque con un ambiente menos representativo del potencial de cada uno (Pierre Gasly fue 3º, Alex Albon 8º y George Russell 17º). Así las cosas, terminó siendo remontado por Hamilton en el Mundial, conformándose con la cuarta plaza, y la flechita para abajo de los británicos se ha mantenido en el tiempo.

En enero de este año volvió a especularse con la famosa '33', la presentación del monoplaza en febrero despertó nuevamente el entusiasmo y el suflé terminó por bajar del todo cuando Baréin sumergió en la triste realidad al aficionado. Las simulaciones, casi siempre fieles y premonitorias, acertaban con el resultado final de Fernando, noveno. Y aunque rondas como la de Arabia Saudí (5º) y Japón (6º) despertaron una vez más la ilusión, lo cierto es que el giro de 180º se completó hace mucho. Concretamente, en Canadá 2023.