Fernando Alonso se vuelve a morder la lengua sobre las sanciones: "Soy español, mejor no meterme en líos"

Fernando Alonso sigue repitiendo a los cuatro vientos su firme convicción, formada a lo largo de dos décadas metido en lo más hondo del Gran Circo de la Fórmula 1. Tras un nuevo episodio en el que fue claramente perjudicado en pista, el asturiano repitió su discurso derrotista a causa de la nacionalidad que marca su DNI: "Soy español, mejor no meterme en líos".

El piloto de Aston Martin se vio envuelto en una pelea menor, sin puntos en juego (14º contra 15º), frente a un Nico Hulkenberg que pecó de optimismo al intentar arrebatar la posición a Alonso, que iba por delante. El alemán se tiró al interior en la segunda curva del circuito, a la que precede una larga recta que se termina a gran velocidad. En su intento, Hulkenberg bloquea el neumático delantero derecho, prolongando su trazada y obligando a Alonso a escapar por fuera del circuito para no chocar. Por el camino, pierde la posición con el piloto de Haas y un tercer actor sorpresa, Daniel Ricciardo, que esperaba agazapado su oportunidad.

La realidad es que a Fernando las pruebas al sprint le importan entre poco y nada a estas alturas. Tras correr la 'minicarrera' de China ya dejó claro que solo le apetecía salir "a divertirse", dado que el reparto de puntos es escaso y el uso de los neumáticos, innecesario. Y más si se tiene sustos como el de Spielberg, al borde de una rotura de alerón o de piezas importantes.

Aunque ya no las disputa con las mismas ganas, lo que no está dispuesto a hacer el ovetense es a enterrar el hacha de su pequeña guerra contra la FIA. Se siente claramente perjudicado por el mero hecho de no ser español, aunque su rival de hoy le ha puesto un asterisco a su discurso: Nico Hulkenberg sí fue sancionado con 10 segundos. Cosa que no pasó en Miami, por ejemplo, con Lewis Hamilton y su atrevido movimiento y que desembocó en una reunión en chancletas con el jefe de la organización, Ben Sulayem.

En la charla con el mandamás le expuso su preocupación por que un piloto kamikaze se saliera de rositas tras eliminar de la prueba a dos compañeros (Lance Stroll y Lando Norris) y mandara a otro (Fernando Alonso) al fondo de la parrilla. Y como él mismo vaticinó, "no le dirán nada porque no es español". Bingo. Sin embargo, ahora Hulkenberg confirma que no es un problema con los españoles, sino más bien con los no-británicos.

A otros como Esteban Ocon (francés), Kevin Magnussen (danés) o Checo Pérez (mexicano) se les sanciona con total normalidad cuando toca y, por supuesto, en el caso de Carlos Sainz y el mismo Fernando Alonso no se ablanda la mano. Sin embargo, cuando incumbe a las cabezas visibles de la parrilla (los Max Verstappen y Charles Leclerc, por ejemplo) y la comunidad angloparlante no se actúa con la misma dureza.

Hay ejemplos que lo corroboran. El más cercano es el divebomb de Hamilton (inglés) en la primera curva de la primera vuelta en el circuito de Miami. En esa misma carrera, Sainz también fue penalizado tras tocarse con Oscar Piastri (australiano), y aunque al principio rehuía la conspiración y prefería pensar que era un tema de "consistencia e inconsistencia", tras toparse con Hamilton en Barcelona dejó un recado: "Los comisarios aplican unas reglas y creía que él había hecho algo parecido a lo que me pasó a mí en Miami. Demuestra que a veces se aplican y a veces no".

Otros años, los beneficiados y perjudicados fueron los mismos en lo que respecta a sus banderas, demostrando que hay dos polos y criterios en la Fórmula 1. Sainz y el silenciamiento que sufrió en Australia 2023, el viaje al hospital de Max Verstappen (quien todavía no era campeón) en Silverstone 2021, la 'sanción fantasma' a Alonso en Australia 2024, el trompo de Carlos en Texas 2022… y una lista de precedentes que apoyan el argumento del español que en Austria he terminado de matizar Hulkenberg.