FÓRMULA 1

Los grandes enganchones desaparecen de la F1 y la cámara se centra ahora en el perro de Charles Leclerc

La competición echa de menos rivalidades de antaño mientras su realización televisiva se obsesiona en aspectos extradeportivos como las novias de los pilotos.

Leo Leclerc fue la estrella en Mónaco. /ALEX MARTELLOTTA
Leo Leclerc fue la estrella en Mónaco. ALEX MARTELLOTTA
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Sebastian Vettel y Fernando Alonso se retaron con una mirada por los retrovisores instantes antes de la salida del decisivo Gran Premio de Brasil de 2012 que coronó al alemán. A Juan Pablo Montoya no le importó tener a unos centímetros a Michael Schumacher y le soltó un "tienes que ser ciego o estúpido para no haberme visto" en 2004. El káiser y David Coulthard también tuvieron sus más y sus menos, como Nico Rosberg y Hamilton en Mercedes la pasada década.

Ya no hay grandes rivalidades en Fórmula 1 desde que el propio Hamilton y Max Verstappen casi se mataran en 2021: el británico mandó al hospital al neerlandés en Silverstone y, en Monza, terminó un monoplaza encima de otro. El dominio abrumador de Red Bull ha provocado que el tricampeón del mundo no tenga competidores.

Ahora hay escasez, o ausencia, de tipos duros. Solo Kevin Magnussen representa a este grupo que antes lideraban leyendas como Kimi Raikkonen o villanos como el colombiano Montoya. Ahora, la cámara se centra durante los Grandes Premios en las novias de los verdaderos protagonistas o, incluso, en los perros de los pilotos.

Leo Leclerc Saint-Mleux fue protagonista en el Gran Premio de Mónaco. Sí, tiene los apellidos de sus dueños, Charles y Alexandra, y también Instagram propio. Ella, pareja del piloto de Ferrari, también acaparó tiros de cámara durante la carrera del Principado. Volviendo al can, hasta tuvo una cámara centrada únicamente en qué pata movía o con quien jugaba. La realización de F1Kids no quitó ojo a Leo.

El caso es que muchos fans puristas, y/o veteranos, protestaron porque, sencillamente, querían ver lo que ocurría en pista aunque en Mónaco no suele haber mucha acción. En Miami, más de lo mismo: el perro de Leclerc chupó cámara junto a las parejas de los pilotos de Ferrari. Alexandra Saint Mleux y Rebecca Donaldson fueron protagonistas en Florida desde el paddock.

Aunque venda más que nadie y, todo sea dicho, sea adorable, a muchos aficionados no les importa Leo. Jugueteaba con todo el mundo, se quedaba rezagado cuando Alexandra lo paseaba y olisqueaba cualquier objeto. Mónaco fue el momento ideal para acaparar focos aunque en las carreras de Miami e Imola tampoco pasó desapercibido.

Amor entre pilotos

La realización tiene que apuntar hacia algún lado pero ahora no tiene excusa. Sí la tuvo durante gran parte de 2022 y durante todo el año pasado: la competición se ha vuelto a igualar este curso y hay motivos de sobra para enfocar a los 20 protagonistas. En 2024,ha habido cuatro ganadores diferentes en tres equipos distintos porque Red Bull suda tinta para ganar y el Mundial está, más o menos, apretado.

La cuestión este año es que los pilotos que luchan rueda a rueda por la victoria se quieren mucho y así lo expresan en redes sociales. Leclerc, Norris, Piastri y un poco también Verstappen, se lanzan cariño hasta el punto de compartir apellidos fingiendo que son hermanos. Oscar Piastri-Leclerc se creó fruto de arrumacos y chistes simpáticos de adopción entre los pilotos.

Hasta la F1 bautizó así en televisión al piloto australiano. Nunca se han llevado tan bien pilotos que pelean por posiciones altas. Eso sí, habrá que ver conforme avance la temporada si se siguen queriendo tanto y no se terminan agarrando de la pechera si está el Mundial en juego. Años atrás, se hubieran dicho de todo en rueda de prensa, a la cara, porque claro, no había redes sociales. Cuestión de épocas y de gustos.