AUTOMOVILISMO

El impacto de los aranceles de Donald Trump en las carreras: hasta 9.000 euros más por coche

El presidente impondrá impuestos extra a las piezas que provengan de México, Canadá y China.

El presidente Trump, firmando órdenes ejecutivas./REUTERS
El presidente Trump, firmando órdenes ejecutivas. REUTERS
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Donald Trump tenía la intención de firmar cerca de 200 órdenes ejecutivas en el primer día de su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos. Prensa estadounidense añade que abarcarían todas las áreas: inmigración, diversidad y género, hasta Tik Tok, etc. La tinta de su grueso bolígrafo no dio para tanto aunque, con el paso de sus días en el despacho oval, se esmeró por mantener ese fulgurante ritmo de firmas.

La aprobación de cientos de documentos afecta a todo y a todos, hasta al mundo de las carreras, con Estados Unidos como base de equipos como Haas, Cadillac y Ford como hogar de otras competiciones como la Indycar y la NASCAR, ambas retransmitidas en España. "Esta guerra comercial va a ser un efecto cascada", expresan a Relevo desde México, uno de los países castigados por los nuevos aranceles.

Un Fórmula 1 contiene cerca de 14.500 partes aunque se estima que la categoría apenas note el impacto de los nuevos impuestos. Sí sufrirán la Indycar y la NASCAR. Entre tanta firma, el día 1 de febrero llegó la que más impacta al automovilismo: la imposición de aranceles. Ese impuesto extra se cobrará cuando un país como EE. UU. compre productos de otro como México, Canadá y China, con los dos primeros proporcionando piezas a equipos.

"Habrá un cambio disruptivo, un cambio en los proveedores, recuerdo que algunos patrocinadores de la Indy500 que proveen turbocargadores tienen varias plantas en México", añade Eduardo Olmos, periodista del Grupo Imagen. Muchas transmisiones, por ejemplo, se fabrican en Canadá, entre otras partes de los vehículos.

Los aranceles de Trump para productos que vengan de estos países, que representan cerca del 40% del comercio estadounidense, agitan el mercado. Si EE. UU. compraba motores, transmisiones o chasis (muchas piezas de automóviles se fabrican en México) por 100, ahora pagarán 125. Ese 25% de aranceles para México y Canadá baja hasta el 10% con China. El acero y el aluminio son materiales involucrados en una decisión del presidente republicano que, segun él, pretende luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo.

En Indycar y NASCAR, la mayoría del proceso productivo se realiza en su país mientras en el Gran Circo, al ser internacional, tan solo una parte del mismo. La escudería Haas, por su parte, tiene su cuartel general en Kannapolis, North Carolina y Cadillac / General Motors, el undécimo equipo de la parrilla cuando entre el año que viene, en Indiana, North Carolina, y Michigan. "Afectará a materiales y a toda la cadena de suministro, no solo a los coches de calle, también a los de carreras", resume Olmos.

Empresas y equipos se enfrentan a un dilema: o no se compra más a Canadá y México o se apuesta por productos nacionales en lugar de importarlos. El caso es que los costes harán de todo menos bajar, o mantenerse. Un coche de calle, por ejemplo, valdrá en EE. UU. ahora entre 3.000 y 9.000 euros más tras la llegada de los aranceles, según Andrew Foran, un reputado economista en TD Economics. "Lo van a pagar los consumidores pero también los propietarios de los equipos y empresas, que van a notarlo", relata el periodista.

Ni la tregua de un mes que ha dado Trump a los aranceles en México y Canadá calma las aguas. "Genera mucha incertidumbre y, mientras, los equipos no se deciden entre comprar local o hacerlo en otros lugares. Veo más estabilidad en la NASCAR, con varios años ya con el mismo reglamento mientras en la Indycar están con uno nuevo". El baile de piezas en esta categoría será mayor, sin duda, porque los equipos experimentarán más con sus coches.

La F1 se salva

A la Fórmula 1 y a las cerca de 14.500 piezas que forman un monoplaza, sin embargo, podría no afectarles. Escuderías contactadas por este medio, por ahora, prefieren mantenerse al margen y esperar cómo evoluciona el mercado antes de dar una versión oficial. "Todavía es temprano, hay especulación sobre la aplicación de las tariffs", recuerda Olmos. Es imposible conocer el número exacto de piezas que son adquiridas a estos países debido al secretismo innato de las escuderías. ¿Cuántas se producen en México o Canadá?

Lo que es una evidencia es la fuerte presencia de EE. UU. en General Motors (Cadillac), Haas y Ford. Con gigantes plantas de producción en Silao (México), Oshawa (Canadá) y Tonawanda (Nueva York) se estima que el proceso productivo de sus coches, tanto de calle como de carreras, sí se vea afectado de alguna forma. Eso sí, es pronto para calcular cuánto aunque habrá consecuencias.

Las empresas podrían reducir inversiones en nuevas plantas o tecnologías en EE. UU., podrían despedir personal para reducir gastos mientras las empresas automotrices gastarán tiempo y dinero en reorganizar sus operaciones, lo que a su vez retrasará la producción y generará ineficiencias. La incertidumbre es total sobre el coste de fabricación hasta los precios finales de los vehículos. Esto podría hacer que los consumidores compren menos coches nuevos, afectando las ventas y la inversión en innovación dentro de la industria.