¿Es justo que Ferrari abandone a Carlos Sainz mientras mima a Leclerc? Los números dicen una cosa pero las sensaciones otra
La escudería apuesta por Hamilton, dejando al español sin renovar. Las estadísticas favorecen al monegasco.

Las palabras se las lleva el viento. Y más en el show, en el circo, en el inherente espectáculo ligado al mundo de la Fórmula 1. "He dicho en varias ocasiones que creo que tenemos la mejor dupla de pilotos. Parece un paso natural extender el contrato de Carlos para asegurar la estabilidad y continuidad". Es la voz de Mattia Binotto, el jefe de Ferrari, en abril de 2022. Desde entonces ha pasado una temporada y media, en la que la batalla entre Carlos Sainz y Charles Leclerc ha sido pareja. ¿Qué ha ocurrido para que ahora la escudería italiana anuncie a Hamilton para 2025 y deje de lado al español? Es la gran pregunta de afición y paddock...
Ferrari se puede permitir hacer trampas al solitario. Porque en las tres temporadas en las que Carlos Sainz y Charles Leclerc han coincidido como pilotos titulares, el monegasco se lleva la palma. Sus números son claramente mejores que los del español, pero las sensaciones son bien diferentes. Su juventud, su buen caché ante los tifosi y ese espíritu de la Fórmula 1 de transformar a los pilotos en estrellas del rock le han convertido en una estrella. Más en la sombra, Carlos ha sumado podios, victorias y siempre ha remado a favor del equipo.
Leclerc ha sumado 20 podios en estos tres años, frente a los 16 del español. El monegasco también gana en poles (16-5), victorias (3-2) o puntos (673 frente a 610.5). Ha liderado más vueltas (382-161), se ha impuesto en el duelo individual (38-27) o ha estado más 'cerca' de ganar el Mundial: fue segundo en 2022, cuando la mejor posición de Carlos Sainz es la quinta plaza de ese mismo año.
Pero Sainz, desde el anuncio de su renovación en 2022, ha mejorado enormemente su valía como piloto, se ha hecho con un gran prestigio en el paddock y no ha sido inferior a su compañero de equipo. Es más, en esta última temporada ha sido el único piloto capaz de romper el monopolio de victorias de Red Bull, pese a acabar con seis puntos menos que su compañero de equipo. Una diferencia, por otro lado, insignificante y que se puede recuperar por el más mínimo detalle.
La temporada de Carlos le ha valido para ser séptimo del Mundial, frente a la quinta plaza de su compañero. Pese al enorme dominio de los Red Bull y la enorme igualdad con Mercedes, Aston Martin o McLaren, Sainz ha logrado liderar en 77 vueltas en el año frente a las 12 de Leclerc. Es cierto que Charles ha logrado cinco veces la pole, aunque es un dato envenenado: sale primero, sí, pero luego no logra transformarlo en el primer puesto.
La Fórmula 1, si algo tiene, es que no se puede leer desde la simple estadística. No hay más que ver a Fernando Alonso, anclado años y años al fondo de la parrilla, pese a tener unas de las manos más privilegiadas. Y a 300 kilómetros por hora, cualquier decisión acertada es digna de un enorme elogio. Sainz ganó el Gran Premio de Singapur domando a los Mercedes con maestría. El piloto español tenía por detrás a Lando Norris, con menos ritmo que él y del que podía desprenderse con facilidad. No lo hizo.
Decidió entonces bajar su ritmo de carrera para que el McLaren no perdiera el DRS y contuviera así a George Russell y Lewis Hamilton, que venían como cohetes con los medios. Una estrategia arriesgada, que podía haber acabado en tragedia, pero que permitió a Lando Norris aferrarse con uñas y dientes a esa segunda plaza. Gracias al DRS que le regaló Sainz, no solo le facilitó el segundo puesto, sino que sirvió para que los Mercedes no le superasen. Es solo un ejemplo de la veteranía y maestría que ha ido ganando Carlos con el paso de los años, antes de que Ferrari haya prescindido de él sin titubeos.
Un contrato en negociación y una renovación para la suspicacia
Leclerc y Sainz han tenido caminos distintos en Ferrari. El monegasco, siempre protegido, firmó en 2019 cinco años de contrato, unas cifras no frecuentes en el mundo del automovilismo. El camino del español, por su parte, fue más natural: fichó en mayo de 2020 para las temporadas 2021 y 2022. Antes de la conclusión de su vínculo, renovó hasta 2024, justo la fecha en la que vencía el contrato de su compañero.
Y Binotto lo elogió: "En su tiempo en el equipo hasta la fecha, ha demostrado tener el talento que esperábamos de él, dejando impresionantes resultados y sacando el máximo de todas las oportunidades". Curioso que en los mejores meses de Carlos Sainz en Ferrari hayan correspondido a los posteriores a que el jefe definiera su etapa con términos como "impresionantes resultados" o "sacando el máximo".
El de Ferrari no es el único del Gran Circo que se rendía a la valía de Sainz. También Helmut Marko, un viejo conocido en su etapa en Red Bull: "Carlos es un muy buen piloto de carreras, el hecho de que dejara Red Bull no se debió a sus actuaciones. En cualquier caso, ha demostrado que Leclerc probablemente no es el niño milagroso que muchos han pensado que era".
Prestigio, cariño y ahora marcha. La renovación de Leclerc de esta misma semana hasta una fecha sin especificar invitaba a la suspicacia. Ferrari no detalló, aunque los medios italianos apuntaban otra extensión bárbara, hasta 2029. "Mi sueño sigue siendo ganar el Campeonato del Mundo con Ferrari y estoy seguro de que en los próximos años disfrutaremos de grandes momentos juntos y haremos felices a nuestros aficionados", celebró.
Porque mientras su compañero gritaba al mundo que su objetivo por ganar el Mundial con Ferrari permanecía intacto, Sainz hablaba de la renovación de su contrato. Que si un año, que si dos... Y llegó la bomba. Ferrari ha fichado a Hamilton para el año 2025, dejando el asiento del español ocupado y un horizonte incierto. O de infierno.
Lo que está por venir y la tensión del pasado
Con Leclerc renovado y Sainz fuera del equipo solo unos meses después, la temporada 2024 que está cerca de comenzar puede suponer un auténtico dolor de cabeza para el '55'. Toda mejora del coche se probará con el monegasco, siempre pensando en un futuro. La clásica escena de los dos luchando por posición en carrera siempre se resolverá en contra del español... Natural ante un escenario con futuro y otro sin apenas presente.
Carlos Sainz se asoma a 11 meses de arenas movedizas en la F1 dirigidas desde Maranello.
— Relevo (@relevo) February 1, 2024
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Leclerc, mientras, ha vivido una temporada caótica en la que ha dado una de cal y una de arena. Y, de paso, ha evidenciado la tensión con su compañero de equipo. Son varios los episodios a señalar. En Australia, el monegasco pagó con Sainz su mala clasificación. Primero, en caliente al equipo: "Tanda de mierda. Ninguna vuelta de preparación. No hay lluvia. Gracias a Carlos por el rebufo. Tengo un poco de velocidad ahí. Siempre bonito". Tampoco corrigió, en frío, ante los medios. Irónico, apuntó: "Carlos me dio un rebufo en las curvas 3-4, siempre ayuda". La clasificación se cerró con una quinta plaza para el '55' y la séptima para el '16'.
En Silverstone también chocaron. Ferrari impidió a Sainz adelantar a Leclerc, cuando el español sí había dejado que lo pasase en el pit lane. Después, se la devolvió en la vuelta de calentamiento y el monegasco explotó: "Muy bonito adelantamiento, Carlos, muy bonito". El español lo explicó como método de supervivencia: "Charles tenía prioridad durante todo el sábado para salir por delante de mí; en la anterior carrera la prioridad era mía. Nos han empezado a adelantar todos y he visto que yo también estaba en peligro de quedarme fuera. En cuanto nos han empezado a adelantar y a pasar por meta me he dicho 'o tiro o nos quedamos los dos', y he tenido que tirar. Eso ha sido todo".
Ya en la recta final de temporada, Sainz logró una meritoria pole en Monza. Leclerc no ayudó, sin presionar a Verstappen ni hacer suficiente tapón a Checo Pérez. Al final de la carrera, los Ferrari ya habían renunciado a la victoria y Charles presionó incesantemente a su compañero por el tercer cajón del podio, poniendo en riesgo el buen resultado de la escudería. Un cruce más entre dos pilotos que nunca terminaron de entenderse, pese a los intentos de Carlos de ser siempre el mejor soldado para la escudería. Una actitud que llegará a su fin en 2024, una vez acabe su contrato y le supla Lewis Hamilton. Un abandono, a la par que miman a Leclerc. Los números están ahí, pero lo que dicen dista de las sensaciones. Así es este mundo.