FÓRMULA 1

El legado de Fernando Alonso resuena en los pasillos de la fábrica de Alpine F1

El piloto español ha marcado para siempre al equipo de Enstone y en su sede perdura su recuerdo.

Entrada a la fábrica de Enstone con el Alpine de 2021 y el Renault campeón de 2005. /Alpine F1
Entrada a la fábrica de Enstone con el Alpine de 2021 y el Renault campeón de 2005. Alpine F1
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Londres.- El aire huele a humedad, hierba recién cortada (que no césped) y ovejas sin esquilar en la campiña británica. En las carreteras que suben y bajan por las colinas del condado de Oxfordshire, parte del pentágono de un centenar de kilómetros donde se ubican la mayor parte de las fábricas de los equipos de Fórmula 1, apenas se escucha algo más que la vida rural y el viento que sopla sin dudar. Pero rodeado por setos que lucen tristes bajo el cielo encapotado está el lugar donde Fernando Alonso se ha pasado media vida y del que salieron los dos monoplazas con los que tocó el Olimpo del Gran Circo con los dedos.

Aunque durante el último mes y medio el piloto español de 41 años ya no se deja caer por estas latitudes, varios rincones de la sede de Alpine F1 en Enstone siguen rezumando su presencia y los 900 trabajadores que cada día dan vida a las instalaciones no se olvidan de él. De primeras, en el vestíbulo de recepción una réplica (que nunca compitió sino que estaba destinada a eventos variopintos) del Renault R25 con el que Alonso fue campeón del mundo por primera vez en 2005, rompiendo los registros históricos como el más joven hasta ese momento, luce inmaculada de azul clarito y amarillo. Los colores que crearon afición y llenaron las gradas de medio mundo con banderas asturianas.

El dorsal cinco y las letras del apellido del piloto asturiano tienen su lugar en un vehículo que contempla el ir y venir de gente durante toda la jornada laboral y que solo descansa a última hora del día para soñar con sus recuerdos. A la izquierda, una vitrina cargada con trofeos históricos de la escudería se esconde en un recoveco pegada al Alpine A521 de 2021, el primer coche bajo la rebautizada marca con el que Alonso logró el que es hasta ahora su último podio en la categoría: Catar 2021. Pero el monoplaza azul mate cuenta con el dorsal 31 de Esteban Ocon, que lo llevó hasta la victoria en el GP de Hungría de aquella misma temporada.

S. Lillo
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En la vitrina de cristal lucen algunos de los recuerdos más felices de Alonso con la escudería. Aunque no queda a la altura de los ojos y hay que flexionar las rodillas, el enorme trofeo de la primera victoria juntos, en Hungría 2003, tiene un brillo especial, un sinfín de matices plateados y dorados, y de sonrisas y champagne. Al otro extremo de las dos baldas de cristal también está, descolorido, el Laureus al mejor equipo de 2006 que se llevó Renault tras el bicampeonato junto a él (Alonso estuvo nominado pero no ganó el premio al mejor deportista de aquel año).

Pero no todo acaba aquí, donde se recibe a los nada habituales visitantes y donde los empleados del equipo inician las mañanas a primera hora. En el Centro de Investigación Aerodinámica Computacional, cuya entrada recuerda a la de un búnker y cuyas paredes son de puro hormigón, donde apenas dos claraboyas circulares en lo alto de los techos abombados dejan entrar la luz, también quedan retazos de aquella época. El trofeo de campeón del mundo, el segundo, tiene su propio pedestal, a escasos pasos del de Constructores, donde figuran dos logotipos de Renault F1 Team junto a emblemas de leyenda como Ferrari, Lotus, Cooper, Tyrell o McLaren. La firma de Fernando Alonso es la última que figura en el primero, con los números de los dos años en los que lo ganó debajo. Son trazos para la historia, son recuerdos indelebles en láminas de plata envejecida.

En la sala del simulador de Alpine F1, en un edifico aparte, que bien podría ser el de cualquier polígono industrial español, también recuerdan al asturiano. Su responsable, Ben Morgan, echa la vista atrás para recordar los problemas que tuvo Alonso con la dirección del Alpine desde su regreso en 2021. "Fernando tenía mucha sensibilidad con la dirección y pasamos aquí muchas horas tratando de averiguar qué necesitaba y cómo implementarlo en el coche", apunta antes de subrayar que los pilotos titulares suelen pasar "entre 15 y 20" días al año en esta sala.

S. Lillo
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Esteban Ocon, ex compañero del asturiano, tiene este año el reto de intentar reeditar lo que logró con el español, pero esta vez con Pierre Gasly, un piloto al que conoce desde su infancia, al otro lado del garaje. El piloto de 26 años no se olvida del cara a cara que tuvo con Alonso, sobre todo en los últimos meses de 2022.

"Todo el mundo habla de Aston Martin. No sé si es el 'efecto Fernando'. Parece que es un coche rápido si miras su aerodinámica desde fuera. Parece un rival fuerte, pero todo el mundo ha trabajado duro y no sólo ellos. No podemos subestimarlos, tampoco a McLaren, AlphaTauri, Sauber… todos piensan en dar el mismo paso adelante que nosotros", apuntó ante un grupo reducido de medios, entre los que estaba Relevo.

Cuando se le pregunta si espera poder luchar y superar de nuevo a Alonso, responde: "Pienso en batir a todos. He competido duro toda mi vida, he tenido éxitos en el pasado y así superé a Fernando, compitiendo como yo quiero". Y añade que su día a día en Alpine no ha cambiado tras la marcha del bicampeón del mundo. "Es muy pronto aún, pero mi trabajo no cambia. Sigo trabajando con mi grupo de gente, con mis ingenieros. Para mí todo sigue igual, me enfoco en mí mismo y en intentar resolver los pequeños detalles que creo que podemos mejorar".

El jefe del equipo, Otmar Szafnauer, con quien no terminó de congeniar Alonso tras su llegada al equipo a principios de la temporada pasada, levanta las cejas cuando Relevo le pregunta cuánto echa de menos al asturiano tras estos meses sin él antes de responder fríamente: "Todavía no hemos empezado en realidad. Pregúntame eso en un par de meses". Y duda si Aston Martin será un rival para ellos en la batalla por el cuarto puesto en la general: "Bueno, debido al juego en el que estamos es realmente difícil de saber. Lo sabremos pronto, en un par de semanas. Estoy seguro de que han hecho fichajes de alto nivel y eso les dará conocimientos de los equipos de los que vienen. Pero para mí el test real no es en 2023, es en 2024, cuando tendrás que tener ideas por ti mismo, no las podrás traer de Red Bull o de Mercedes. Esas ideas tendrás que ponerla en el coche y después desarrollarlo. Ese es el test real".

El casco con tonos rosas, guiño al patrocinador principal de Alpine, BWT, y unos de los guantes que Alonso utilizó en los últimos 12 meses son testigos silenciosos de un sueño que ahora ha pasado a manos de Esteban Ocon y Pierre Gasly. Un sueño que fue y que no volverá; unos recuerdos que aún hacen ruido a la vuelta de cada esquina de unas instalaciones que quieren volver a ser grandes con un plan que aún necesita algunas temporadas.