F1 | GP AUSTRALIA

El llanto desconsolado del debutante en Fórmula 1 que duró dos curvas... y que fue consolado por el padre de Hamilton

Isack Hadjar perdió el coche en la primera vuelta sobre el asfalto mojado.

Anthony Hamilton, consolando a Isack Hadjar después de abandonar./F1
Anthony Hamilton, consolando a Isack Hadjar después de abandonar. F1
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Solo Isack Hadjar (2004) sabe todos los sacrificios que ha hecho en sus veinte años de vida para llegar a la Fórmula 1. De hecho, tal vez no los recuerde todos. Desde pequeño, como tantos críos, ha soñado con enfundarse el mono, subirse al monoplaza más rápido del mundo y pulverizar a sus rivales. Hoy era el día señalado y ha terminado llorando sin parar, y no de alegría.

El momento soñado del francés se convirtió en una pesadilla. Su carrera no duró demasiado, apenas un par de curvas, y no pudo ni tomar la salida. En la vuelta de formación, con la pista mojada y resbaladiza, Hadjar perdió su monoplaza, yendo a muy baja velocidad, y terminó estrellándose contra las protecciones.

Un error de concentración, tal vez fruto de la presión y los nervios de un momento único en su vida. Cuesta entender que se tratara de un error de pilotaje. Fue bajarse del coche y empezar a llorar. El piloto de Racing Bulls se rompió y la realización no le quitó ojo: era la primera vuelta y entendieron que el foco de atención estaba en un chaval que no paraba de sufrir. Luego, otros novatos como Bortoleto, Doohan y Lawson sufrieron accidentes parecidos.

Se bajó la visera de su casco e incrustó uno de sus guantes para secarse esas lágrimas no dejaban de caer por su rostro. Estaba roto pero encontró un apoyo inesperado. Seguramente, nadie en casa ni en el paddock esperaba ver a Anthony Hamilton ejercer de padre del novato. El progenitor de Lewis Hamilton entró en escena para consolar al chaval, que no podía con su vida.

Estuvo un buen rato junto a Hadjar, seguramente desempeñando un rol que ya ha ejercido en alguna ocasión con alguna situación poco agradable de su hijo durante su carrera deportiva. La familia, con más alegrías que disgustos, las ha visto de todos los colores en la Fórmula 1. En ese momento, el mundo se le echó un poco menos encima al francés, tras el cariño y abrazo de Hamilton padre.