OPINIÓN

En cuanto sonó la música, Madrid ya demostró que quiere ser un revulsivo en la F1

Bailarines del musical Wah! durante la presentación del GP de España de F1 2026 en Madrid. /Reuters
Bailarines del musical Wah! durante la presentación del GP de España de F1 2026 en Madrid. Reuters

Los acordes con los que ha arrancado oficialmente el futuro Gran Premio de España de Fórmula 1 en Madrid son conocidos, pero al mismo tiempo tienen compases nuevos. La guitarra española, el cajón flamenco y el taconeo han reverberado por cada rincón del salón donde 500 invitados -con nombres de la talla de Carlos Sainz, Emilio Butragueño, Enrique Cerezo o el propio Stefano Domenicali, CEO de la F1- han presenciado las primeras pinceladas de lo que Madrid e IFEMA quieren aportar al Gran Circo.

El himno de la Fórmula 1 en versión flamenca. IFEMA

La versión flamenca del famoso himno de la F1, el que suena antes del inicio de cada retransmisión, el que mueve mareas en redes sociales, sorprendió a los presentes. Fue la primera declaración de intenciones del día, que encaja a la perfección con el concepto de evento que los responsables del proyecto han manejado desde el día uno.

Madrid no quiere ser una más. No quiere ocupar un hueco en el calendario y calentar el asiento por el mero hecho de estar. Quiere marcar un antes y un después en el paddock de la F1 y asienta sus raíces en los Miami, Las Vegas o Zandvoort. Espectáculos todos ellos que trascienden lo deportivo y llegan al corazón de las ciudades, del fan casual, pero sin olvidar la competición, los motores y la gasolina.

Show de la F1 en Madrid durante la presentación del GP de España 2026.  Reuters
Show de la F1 en Madrid durante la presentación del GP de España 2026. Reuters

El propio Stefano Domenicali, CEO de la F1, lo ha asegurado este martes: buscan que cada evento tenga su propio sello y marque la diferencia dentro de un conjunto de carreras que batirá récords ya en 2024, con 24 citas, nada menos.

La propuesta de máximos de IFEMA también se refleja en un circuito semiurbano que cuenta en su primera versión pública con una curva parabólica (bautizada por ahora como Valdebebas) que superará en inclinación a la famosa curva final de Zandvoort. No será un trazado permanente, pero es ahí donde reside uno de sus atractivos, impulsado por las buenas conexiones en transporte público desde el centro de Madrid y desde el Aeropuerto de Barajas (aunque no parece sencillo evitar aglomeraciones).

El espectáculo podría llegar hasta meter a los F1 por primera vez en la historia dentro de dos pabellones del recinto ferial, aunque es un plan B que aún está en la recámara y que depende del visto bueno de la FIA y de si los responsables de la F1 terminan de verlo. Lo que sí está confirmado es un paddock cubierto, inédito en el Mundial, en la entrada principal de IFEMA.

El show irá acompañado de ofertas gastronómicas y musicales únicas. Madrid no quiere dejar piedra sin levantar para encontrar la quintaesencia de la Fórmula 1 actual -pese a quien le pese- y entre ceja y ceja tienen el objetivo de marcar el camino a seguir para el futuro.

Desde 2026 tendrán la oportunidad de hacerlo -aunque todavía quedan múltiples movimientos administrativos por dar- y los primeros pasos que han dado este martes frío de invierno son ya un cambio de rumbo respecto a lo que ha sido el GP de España en los últimos tiempos. Queda por comprobar si a mejor, o no...