F1 | GP HUNGRÍA

McLaren se arruina su propia fiesta con una disputa absurda por la victoria: "No ganarás el Mundial solo, necesitarás a Oscar"

Durante más de veinte vueltas se vivió una situación de tensión sin precedentes en el box británico que se solventó con el objetivo final: Lando Norris dejó pasar a Oscar Piastri.

Lando Norris y Oscar Piastri se saludan en el podio de Hungría. /AFP
Lando Norris y Oscar Piastri se saludan en el podio de Hungría. AFP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

Hoy debería haber corrido el champán en el box de McLaren. Lando Norris (u Oscar Piastri) se tendría que haber bajado de su monoplaza eufórico, corriendo a abrazar a su compañero, porque un 1-2 no se celebra todos los días. Particularmente, los británicos no lo hacen desde Canadá 2010. Sin embargo, hoy en el garaje papaya se cortará la tensión con un cuchillo no necesariamente afilado.

Norris desaprovechó un día más su condición de poleman y dejó la puerta completamente abierta a que Piastri pasara. Se pasó toda la carrera detrás de él, gestionando neumáticos y siendo diplomático, hasta que en la vuelta 46 decidió realizar un undercut a su propio compañero, parando primero y ganando una ventaja de tiempo sobre él. El australiano paró dos giros más tarde y no se consiguió acercar a su compañero lo suficiente como para pasarlo en pista. Así que le tocaba actuar y mediar al equipo.

El debate (bastante fácil de resolver) era si dejar ganar a un piloto en plena pomada por ser campeón del mundo o permitir a otro que sea por primera vez ganador de un Gran Premio con todas las de la ley, ya que se había ganado la posición por méritos propios. Efectivamente, se solventó rápido, pero tocaba convencer al líder de que debía ceder la victoria. Tarea difícil con Lando Norris, al que se terminó de persuadir con un argumento de mucho peso: "No ganarás el Mundial solo, te hará falta Oscar". Todavía quedan 11 carreras por delante para remontarle 76 puntos a Max Verstappen, y al inglés le hará buena falta cabeza y un escudero a la altura.

Oscar Piastri, sin lugar a dudas, lo es. Buen escudero y buen compañero, por eso le dejó pasar reduciendo considerablemente su marcha para reducir los seis segundos que los separaban y dejar que el australiano corriera libre hacia la bandera de cuadros. Pero costó.

La radio de McLaren echó humo durante 20 vueltas. Fue, sin duda alguna, la gran estrella del Hungaroring el domingo. A Norris le insistieron en varias ocasiones que había un trato hecho, que las reuniones de los domingos por la mañana no son en vano y sirven para acordar este tipo de cosas, porque se sabía que se presentaría esta oportunidad. "Al equipo le da igual quién gane, sólo quieren que seamos primero y segundo", insistía Piastri en la previa de la carrera.

Les dejan luchar en pista, siempre y cuando las distancias estén milimétricamente medidas. Pero injusticias no se toleran. En un primer instante, faltando un cuarto de carrera por delante, se decidió que Oscar diese caza a Lando y que, sólo entonces, se le dejaría pasar. Llegaron a decirles que estaban forzando demasiado los neumáticos en su intento por escapar, en el caso de uno, y de recortar, en el del otro. Pedían calma Andrea Stella y compañía.

Lando llegó a resultar desafiante con ese argumento. Al británico le pidieron nuevamente que dejara pasar al dorsal '81' a lo que contestó sugiriendo que "entonces, que suba el ritmo". Viendo que esto no ocurriría, los papaya soltaron las palabras mágicas: "La manera de ganar un campeonato no es tú solo, es con tu equipo y con tu compañero. Vas a necesitar a tu equipo y vas a necesitar a Oscar".

Eso le hizo también "ponerse en los pies de Oscar", como reconoció después ante los medios. "Tenía que hacer lo correcto", admite, aunque es perfectamente consciente de que en este deporte "tienes que ser egoísta".

Por encima de ello, Norris ha valorado este domingo todo lo que les ha costado a él y a McLaren llegar a una situación como la de hoy en Hungría. Primeros y segundos, tanto en clasificación como en carrera, por mucho que se inviertan los papeles. Tirar por la borda un fin de semana tan cómodo, el primero que realmente refleja la superioridad del monoplaza respecto al resto, hubiese sido un error fatal, condicionante de cara a lo que queda de 2024, tanto en lo deportivo como lo psicológico.

Aunque se terminaran salvando los muebles mediante un trabajo persuasivo impecable, hoy no habrá una fiesta a la altura de la gesta, será mucho más fría de lo que debería. Sí habrá sesión de terapia en pareja este lunes.