El 'piensa mal y acertarás' de Hamilton que le empuja a Ferrari: "Ha sido una de las peores carreras de mi vida"

Lewis Hamilton está como loco por irse a Ferrari. No es ninguna sorpresa si se tiene en cuenta que el equipo italiano echó el resto por él y le prometió el ansiado octavo Mundial cuando le fichó. Mientras, Mercedes ya empieza a apostar por su futuro y a decantar la balanza a favor de su compañero George Russell. El heptacampeón aplicó el 'piensa mal y acertarás' y sacó en Canadá su versión más conspiranoica edulcorada con cierta melancolía.

Su mirada perdida, su silencio en un momento de celebración y sus duras declaraciones lo delatan. Ferrari no le dará una vida perfecta porque hay asuntos por resolver pero seguro que es más agradable que lo que le espera en las quince carreras que le quedan con las flechas plateadas: en Maranello se enfrentará a Charles Leclerc con un coche que no se sabe lo rápido que irá. Mercedes ya favoreció a Russell dándole el único alerón nuevo en Mónaco y, ahora, no chirría que sigan anteponiéndolo.

Hamilton es un gran campeón, en parte, por ser tan duro y exigente consigo mismo: "Ha sido una de las peores carreras de mi vida". Lo soltó después de quedar cuarto en Montreal y haber perdido el podio en detrimento de su compañero en las últimas vueltas. "Siento que no he pilotado bien, ha sido un shock para mí. El rendimiento ha sido muy pobre", añadió mientras no paraba de negar con la cabeza en DAZN.

El británico perdió el podio en la penúltima vuelta pero confirmó que el Mercedes corre. Aunque al heptacampeón le dio igual y, en vez de festejar, decidió guardar silencio. Mientras llevaba su monoplaza a los pits con la carrera concluida, su jefe y amigo Toto Wolff hizo acto de presencia por radio para darle buenas noticias: "Lewis, lo bueno es que el coche corre y el buen resultado del equipo".

Ni en sus mejores sueños se imaginaban en Mercedes que iban a terminar en segunda fila. En otra época, lo normal es que Hamilton le hubiera seguido el rollo a Wolff y hubiera festejado pensando en el equipo. Al revés. El británico se quedó mudo, prefirió callarse y permaneció varios segundos en su monoplaza sin salir del cockpit.

Un momento clave en la carrera fue la elección de neumáticos tras el coche de seguridad para poder atacar. A Hamilton le perjudicaron y se quejó por radio sobre por qué no tenía gomas medias. Russell sí las llevaba y fue más rápido que él. El heptacampeón preguntó por qué su compañero las había montado y le contaron una milonga por radio: "Tus neumáticos necesitan coger más temperatura, nada más".

También son más lentos. En las últimas vueltas críticas, les dejaron competir desde el muro y fue Russell quien se terminó llevando la tercera posición y el podio. Hamilton ya se olía algo antes de la carrera y apareció en la vuelta que dan los pilotos en camión con la mirada perdida. Estaría pensando en Ferrari.