F1 | GP IMOLA

El suflé de Carlos Sainz baja mientras Ferrari corea 'olés' a Charles Leclerc

El monegasco vuelve a comerle la tostada a su compañero y festeja con podio el Gran Premio en casa mientras el madrileño sufre en un fin de semana "difícil, tenemos que mirar cosas".

Charles Leclerc, en el podio bañado por los 'tifosi'. /AFP
Charles Leclerc, en el podio bañado por los 'tifosi'. AFP
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Solo había que verles las caras. Los rostros de los deportistas hablan muchas veces más que ellos mismos con sus palabras, pues acostumbran a soltar una serie de tópicos como si fueran papagayos. Charles Leclerc no ha parado de sonreír este fin de semana. Llegó al Gran Premio de Imola sintiéndose como en casa: puede que por la presencia de su pequeño y adorable perro Leo, puede que porque Ferrari corría en casa o tal vez por verse alguna décima más rápido que su compañero Carlos Sainz desde los primeros entrenamientos.

Esa décima que marca la diferencia en Fórmula 1 y que separa la gloria de morder el polvo. Al madrileño, sin embargo, se le ha visto más seriote y con gestos menos afables que los del monegasco. A pesar de aparecer en el circuito con nuevo look de bigote, a Sainz se le ha ido borrando la alegría conforme avanzaban los días. "Este fin de semana he sufrido, ha sido muy difícil para mi", reconocía el español tras terminar quinto, lejos del podio al que se subió Leclerc.

El suflé de Sainz ha bajado. Estaba muy alto tras ganar en Australia y coleccionar varios podios. El madrileño estaba hace unas semanas en el mejor momento de su carrera, era más rápido que nunca y, ahora, Leclerc lo está bajando de la nube poco a poco. En China, el monegasco fue tercero, delante de Sainz, en Miami, tercero y quinto con Charles delante otra vez y, en Imola, mismo resultado.

La marea 'tifosi', en Imola.  REUTERS
La marea 'tifosi', en Imola. REUTERS

"Eres el piloto más rápido en pista". Sí, por delante del imbatible Verstappen. Le decían a Leclerc hacia el final de carrera porque su ritmo de carrera estaba siendo infernal. Se podía preocupar, metiéndole tres décimas por vuelta a su compañero, de mirar a Norris y al líder Verstappen mientras Sainz espiaba en sus retrovisores a Piastri, que le acabó pasando.

"No hemos tenido la carrera en casa que nos hubiera gustado, queríamos parar más tarde y no pudimos, hay que encontrar problemas y resolverlos, tenemos que mirar cosas", reconoció por radio Sainz algo tristón e incómodo. El madrileño siempre apunta alto y es consciente de que ha pegado un bajoncillo mientras Leclerc vuela: ya le saca quince puntos en el Mundial.

Y cuando eres rápido, te sale sola la sonrisilla de enamorado, esa que inunda al monegasco cuando corre en Imola, una de las casas de Ferrari. "Los fans siempre están ahí, ¡qué bonito!", celebraba por radio nada más cruzar la linea de meta.

Menos poder negociador

Sainz y Ferrari, marea 'tifosi' incluida, se quieren mucho pero Leclerc y los italianos están enamorados desde hace mucho, quizás desde que le hicieran un contratazo y lo bautizaran como 'Il Predestinato'. Que miles de ferraristas coreen con 'olés' a pleno pulmón tu nombre demuestra la devoción que genera Leclerc en Italia. "Increíble podio con los 'tifosi', solo estoy feliz de verdad cuando gano", añadía.

Todo sea dicho, una estampa post carrera de cariño de los fans al madrileño demuestran lo querido que es en su último año en Italia. Lo echarán de menos. Que Leclerc le quite algo de brillo a Sainz puede afectar a su capacidad negociadora a la hora de buscar equipo. Media parrilla desea al madrileño: desde Red Bull hasta Mercedes pasando por Audi, Williams y Alpine. El piloto de Ferrari sigue siendo el más deseado, de lejos, en el mercado de pilotos pero no puede dormirse.

Si sigue detrás del monegasco, equipos punteros como Red Bull pueden pensárselo dos veces a la hora de negociar y apostar por él. Vista la complejidad del mercado, cada detalle y cada Gran Premio cuenta. El suflé de Sainz ha bajado pero la constancia que le caracteriza amenaza con volver a subirlo y batir a su compañero para encontrar el mejor asiento para el año que viene.