A Verstappen le da tiempo en carrera para discutir, vacilar y asustar a su ingeniero: "Perdón por despotricar tanto"
El líder indiscutible del Mundial no solo es protagonista con sus victorias, sino también con sus comentarios por la radio y su tira y afloja con su ingeniero de pista.

Spa-Francorchamps.- No es un paseo triunfal, porque cada fin de semana es una batalla técnica, humana y meteorológica, pero se le parece. Max Verstappen sigue demostrando que no se equivocan los que le califican de "robot" o "máquina". Lleva ocho victorias consecutivas esta temporada y las opciones de que alguien le baje del escalón más alto del podio parecen remotas. Haría falta una serie de casualidades remotas. Pero más allá de su dominio en el asfalto, donde no da tregua ni a su compañero de equipo desde principios de mayo, también es capaz de ofrecer espectáculo en las conversaciones con su ingeniero de pista y más allá.
No ha sido la primera vez esta temporada -también intercambiaron opiniones encontradas en España y Baréin, por ejemplo-, pero en Spa-Francorchamps, el rifirrafe del neerlandés de 25 años y su ingeniero de pista, Gianpiero Lambiase (conocido como GP), arrancó desde la clasificación del viernes. Verstappen se mostró revoltoso y su ángel de la guarda no se quiso quedar callado.
El líder del Mundial pasó el corte a la Q3 final como el 10º clasificado (el último que accede a la batalla por la pole position), por 0,4 segundos, y eso no gustó en absoluto a un piloto que está acostumbrado a dominar por activa y por pasiva. "Tenía que haber apretado dos vueltas seguidas como dije, joder. No me importa una mierda si he pasado 10º. Ha sido una ejecución de mierda", apuntó el neerlandés. Su ingeniero no se achantó en el muro de boxes y le respondió, contundente: "Vale, ¿y cómo habría ido cuando la pista era dos segundos más rápida y ya no te quedaba energía eléctrica? Pero dime qué quieres hacer en Q3 y lo haremos. Juegos de neumáticos, combustible y plan de rodaje".
Verstappen se llevó el mejor tiempo, aunque la pole cayó en manos de Charles Leclerc debido a la quinta caja de cambios que Red Bull había instalado en el RB19 del líder (de las cuatro permitidas durante el año) y pidió disculpas a su ingeniero. "Perdón a GP por ser tan... por despotricar tanto", dijo en la radio. "Me voy acostumbrando a ello poco a poco", recibió como respuesta.
Verstappen se anotó la Sprint del sábado con contundencia, después de haber logrado el mejor tiempo sobre la pista mojada por la mañana. Y el domingo volvió a ofrecer un recital en todos los sentidos. Arrancó sexto y solo tardó 17 vueltas en ponerse primero, tras superar a su compañero, Sergio Pérez, de una manera sobradamente superior al inicio de la recta de Kemmel, después de coronar el Raidillon y apenas unos instantes después de activar el DRS. No parecían el mismo coche.

Pero antes de su primera parada, en la vuelta 14, Verstappen tuvo un interesante intercambio de pareceres con su ingeniero, después de ir apretando con todo para superar a Hamilton y acercarse a tres segundos de Pérez.
-No te olvides, Max, usa tu cabeza, por favor- apuntó Lambiase.
-¿Vamos a hacerlo los dos o qué?- respondió el piloto.
-Simplemente, sigue mi instrucción.
-No, quiero saber que ambos coches vamos a hacerlo.
-Max, por favor, sigue mi instrucción y confía en ella. Gracias.
Pero el espectáculo del neerlandés no terminó ahí. En la vuelta 21, estuvo a punto de salirse en Eau Rouge, después de que la lluvia barriera el circuito, aunque sin llegar a empaparlo como para tener que montar neumáticos intermedios. Verstappen dejó claro tras la carrera que no es "la peor curva" para tener un sobresalto, pero que las nuevas escapatorias ayudan.
"Es la peor curva para que te pase algo así, pero la pista estaba complicada esas vueltas. Afortunadamente, no pasó nada, pero me puse de lado. Los cambios que hicieron hacen que tengamos un poco más de escapatoria", apuntó en la rueda de prensa posterior. "La lluvia estaba moviéndose por el circuito, y por momentos se incrementaba en algunos lugares, de una vuelta a la otra. Así que empecé a subir y probablemente había llovido un poco más en Eau Rouge cuando estaba en la otra parte del circuito, y eso me pilló desprevenido. Estaba simplemente un poco más resbaladizo de lo que pensé que estaría. A veces pasan estas cosas, pero rápidamente intenté corregirlo. A veces lo consigues, a veces no. Afortunadamente, a esa velocidad, tengo bastante carga aerodinámica en el coche. Eso ayuda".
¿Cuánto estaba bromeando Verstappen? «Al 50%»
Lambiase volvió a tener protagonismo tras la segunda y última parada, cuando Verstappen montó el blando y el ingeniero le avisó de que estaba degradando más de la cuenta, llegando a decirle "afloja, afloja, que estás usando los neumáticos demasiado". Verstappen respondió inicialmente con la vuelta rápida. Esto llevó al ingeniero a repetirle "Te pedía que usaras tu cabeza un poco más. Los datos que tenemos nos señalan que estás tomando riesgos innecesarios".
El piloto obedeció, pero a nueve vueltas del final pronunció unas palabras que pusieron nervioso al equipo, con solo 13 segundos de ventaja sobre Pérez y al límite de la parada gratuita sobre Leclerc. "Podría apretar más y hacer otra parada en boxes, un poco de entrenamiento de pitstop".
La respuesta fue clara: "No, no vamos a hacer eso hoy".
"Había aflojado. Miramos todos los datos, el desgaste de los neumáticos y este circuito los castiga mucho, así que no quieres hacer ninguna cosa innecesaria. Eso es lo que hicimos hasta el final", apuntó Verstappen tras la carrera. Pero cuando se le preguntó en qué porcentaje estaba bromeando o no con su ingeniero, respondió: "Probablemente, 50-50. Sé que al equipo no le gusta hacer otra parada, pero me gusta mencionarlo, para que se pongan un poco nerviosos. Y luego llega la respuesta: 'No, no, no vamos a hacer eso hoy'. Está bien. Nos conocemos muy bien y tenemos una muy buena relación".
"Creo que es muy importante tener esta relación con él, con tu ingeniero de pista. Siempre he considerado que es una parte clave de tu rendimiento, no solo tu ingeniero de carrera, sino todo el mundo que trabaja de cerca contigo: el ingeniero de rendimiento y demás. Por supuesto, durante los años, vas construyendo mucho más que una relación, nos conocemos mucho mejor el uno al otro. Así que sí, sin duda, si él se fuera o lo que sea, definitivamente no sería lo ideal, en absoluto", añadió sobre una de las figuras más importantes en su trayectoria deportiva hasta la fecha en F1.
Christian Horner, jefe del equipo, tiene clara la comparativa de uno de sus ingenieros estrella: "GP es como nuestro Jason Statham [actor de Hollywood habitual de películas de acción] o, al menos, muy parecido. Gestiona todo con firmeza, pero también justamente, y hay un gran respeto entre los dos. Eso viene de una confianza mutua que debes tener siempre con un ingeniero. A veces saltan chispas entre ellos, pero Max es el tipo de personaje que se revoluciona muy rápido, y luego baja el pistón a la misma velocidad. GP no se olvida de ello tan rápidamente".
Por si el show del equipo de las bebidas energéticas hubiera sido poco, en la foto de familia final se rompió uno de los tres trofeos que recibieron.... y ya es el segundo fin de semana consecutivo, después de la gracia de Lando Norris en Hungría. Van sobrados.
broken trophies have become a regular occurrence at oracle redbull racing pic.twitter.com/ZmWgiMITB2
— adi✧ (@vettelterrorism) July 30, 2023