Antonio García Plata, el 'fontanero' de Rubiales que liquidó la Asociación de Deportistas y dinamitó el fútbol sala
Emulando al presidente suspendido, pasó de sindicalista a ejecutivo de la RFEF y numerosos territorialistas le señalan como uno de los miembros más serviles del núcleo duro del Rubialismo.

"No podría ser presidente de la Liga, me picaría la chaqueta". Así de taxativo se mostró Antonio García Plata en una entrevista concedida el 17 de mayo de 2020 a la web especializada Futsal Sur. Sin embargo, tras 24 años como presidente de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala y paseándose por los palcos con un forro polar o un polo con un logo de la AJFS, desde hace trece meses luce, sin ningún tipo de prurito, un traje con el escudo de la RFEF bordado en el pecho como asesor del Comité Ejecutivo del Comité Nacional de Fútbol Sala.
Luis Rubiales le nombró en agosto de 2022 'in pectore' como su hombre de confianza en el fútbol sala, "la sección que más quebraderos de cabeza le da de todas las de la RFEF" al suspendido presidente, según declaró el propio Antonio García Plata en la web de la AJFS el día de su despedida, el 18 de junio. Era la esperada recompensa pecuniaria a muchos años de fidelidad del que sigue siendo uno de los generales más destacados del que ahora es emperador caído del fútbol español.
La culminación de una metamorfosis, ciertamente reconocible en Las Rozas, de sindicalista a dirigente federativo, emulando así a su gran valedor. Y es que Antonio García Plata se ha ido ganando la confianza de Rubiales en diferentes 'contiendas' a lo largo de los últimos años, hasta convertirse en uno de los miembros más destacados de su guardia pretoriana. Paradójicamente, no supo ver el potencial de su gran valedor hasta que, en marzo de 2010, Gerardo González Movilla retiró su candidatura en la Asociación de Futbolistas Españoles y Rubiales fue nombrado presidente de la AFE.
Arquitecto de profesión, supo corregir aquel error de cálculo inicial. "Tuve una relación desde el principio con Luis Rubiales muy tormentosa. La primera reunión que tuvimos a solas acabamos dando golpes encima de la mesa y mandándonos a tomar por el culo el uno al otro. Desde entonces, hemos sido siempre muy claros los dos", explicó el propio García Plata a Fran Gago, en otra entrevista concedida el 22 de junio de 2022 a Futsal Sur. Hace 13 años, y de manera abrupta, comenzó a forjarse una relación que se ha ido consolidando en el tiempo.

En 2015, Rubiales puso a prueba a García Plata. El suspendido presidente de la RFEF le utilizó como 'fontanero' para hacerse con el control de la Asociación de Deportistas y desbancar a Cayetano Martínez de Irujo en el marco del enfrentamiento entre la Federación de Ángel María Villar y el por entonces presidente de Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal. El hijo de la Duquesa de Alba recordó aquel episodio en una entrevista realizada en el programa 'Al Primer Toque' de Onda Cero.
"En el despacho de Rubiales no salía de mi asombro cuando me dijo que teníamos que entrar en la guerra contra Cardenal y que teníamos que ir en la línea que ellos nos marcarán. Yo le dije que la Asociación de Deportistas no estaba creada para eso. Quería utilizar a los demás deportes en su guerra personal y yo no estaba ahí para eso". Cuando salió de aquella reunión, el Conde de Salvatierra explicó que "alguien me llamó por teléfono y me dijo que Rubiales había dicho que había que quitarme y que iba a poner a García Plata".
En marzo de 2015, Antonio García Plata asumía, como delfín de Luis Rubiales y tras una moción de censura, la presidencia de la Asociación de Deportistas, que acabaría desapareciendo en 2017. En ese espacio de tiempo, el liquidador de la AD fue denunciado por Martínez de Irujo por delito societario y falsificación de documentos, así como por irregularidades en la sustitución de una junta directiva por otra, aunque el juzgado desestimó la demanda por dos veces y finalmente la Audiencia Provincial desestimó la apelación también.
En julio de 2015 fue nombrado apoderado de la Mutualidad de Deportistas en la que sigue ejerciendo como vocal. El 2 de septiembre de aquel año, la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala convocó una huelga para las cuatro primeras jornadas de Liga y uno de los motivos de fricción entre sindicato y patronal fue la petición de crear un fondo social para la AJFS de 25.000 euros el primer año, 30.000 euros el segundo y 35.000 el tercero.
Los clubes de la LNFS explicaron en un comunicado que no consideraban "adecuado financiar a la AJFS, habida cuenta de que es una institución privada y ajena a la LNFS, así como también porque se podría considerar una injerencia en su independencia". Se firmó un acuerdo el 5 de septiembre para evitar el parón liguero, aunque en noviembre hizo falta un arbitraje y García Plata delegó en el presidente de la AFE, Luis Rubiales. Finalmente, se acabó firmando el acuerdo en la Audiencia Nacional tras dos años de negociaciones.

La relación de Rubiales y García Plata terminaría de consolidarse en las elecciones a la presidencia de la RFEF. El que fuera presidente de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala le abrió puertas y le sentó en mesas con dirigentes y personajes públicos e influyentes como José María García, con el que años más tarde dinamitaría el fútbol sala español. Fue un personaje clave en la presentación de la moción de censura a Ángel María Villar el 23 de noviembre de 2017. Había aprendido la lección siete años atrás en AFE, y en esta ocasión, apostaba a caballo ganador reclutando 6 de los 12 votos del fútbol sala en la Asamblea, con la inestimable ayuda del ex seleccionador José Venancio López, para aupar a Rubiales al despacho presidencial de Las Rozas el 18 de mayo de 2018.
La consecuencia directa fue la entrada en la Junta Directiva de la RFEF de Antonio García Plata el 20 de diciembre de 2018. Además, el 14 de enero de 2019, la Federación publicaba una ayuda de convocatorias a Sindicatos y Asociaciones de Jugadores y desde entonces, la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala masculino recibe 200.000 euros anualmente y la femenina otros 100.000. Cabe señalar, que tras la última asamblea en la que Luis Rubiales se negó a dimitir, tanto José Ruiz, presidente desde 2022, como Natalia Orive, presentaron su dimisión de la Junta Directiva en total desacuerdo con el oprobio vivido en el Salón Luis Aragonés.
Durante todo este tiempo e incluso en su despedida, García Plata normalizó que un sindicato cuyo presupuesto en 2018 era de 50.000 euros, recibiera de la RFEF una cantidad que lo cuadruplicaba. Una financiación que años atrás le había negado la LNFS. "Nos dan 200.000 euros en una convocatoria de ayudas y cualquier sindicato que cumpla las condiciones establecidas opta a ese dinero y se los dan. Estoy harto de la gente que dice que a estos les dan. Si te los dan a ti, ¿qué machote?. Estamos cercanos a la Federación porque no nos piden nada extra ni nos chantajean con ese dinero", declaró a Futsal Sur. Llama poderosamente la atención el hecho de la que las relaciones entre la AJFS y la AFE sean, a día de hoy, prácticamente nulas y David Aganzo considere a la entidad que presidía García Plata -al que esquiva para no saludarle- un sindicato 'amarillo', controlado por la RFEF.
Ni en aquella entrevista con Fran Gago ni en otras que hizo con motivo de su adiós a la presidencia de la AJFS, hizo referencia a su 'fichaje' por la RFEF que se concretaría semanas después, no sin controversia. Su nombramiento y el de Javier Lorente como director de Primera y Segunda División, supusieron la renuncia al cargo de presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala por parte del responsable de la Federación de Castilla-La Mancha, Pablo Burillo, que no aceptó las imposiciones de Rubiales para sustituir a Pablo Lozano. Finalmente, el elegido fue el murciano José Miguel Monje, designado el 25 de julio.

Por cierto, ni el extremeño Pedro Rocha, actual presidente interino, ni Pablo Lozano, el más candidatable de los territorialistas, guardan buen recuerdo de García Plata tras su paso por el Comité Nacional de Fútbol Sala. En privado, le señalan como el gran culpable de la crisis institucional del fútbol sala y como uno de los responsables directos del guerracivilismo imperante entre los clubes. De hecho, el presidente andaluz le responsabiliza de haber convencido a Rubiales para le cesase en el CNFS. Un adiós forzado, que también supuso la reubicación en el fútbol formativo de Venancio López en la enésima rencilla federativa. Otros presidentes de Federaciones también han tenido encontronazos sonados con García Plata, como el balear Pep Sansó.
El punto de inflexión en la carrera federativa de García Plata llegó 17 de octubre de 2019 tras convencer a Luis Rubiales para que ordenase que la RFEF asumiera "la competencia plena de la organización de las competiciones oficiales de la Primera y Segunda división de fútbol sala", gestión que desarrolló la LNFS durante 30 años. Ante el descontento de la mayoría de clubes, la Federación Española orquestó un asalto a la Asociación realizando una propuesta de sanción de inhabilitación federativa para su presidente, Javier Lozano, por un supuesto caso de incumplimiento de disposiciones estatutarias en el llamado caso Caja Segovia, dejándolo morir las propias instancias federativas ante su inconsistencia.
Aquel intento de derrocar al seleccionador bicampeón del Mundo se saldó con una querella por posibles delitos de coacción y prevaricación, que Lozano dirigió contra Luis Rubiales, el secretario General, Andreu Camps, y otros cargos de la RFEF como Fernando González y José Luis Carretero, juez instructor y juez único de competición respectivamente. Fue admitida a trámite en junio de 2020 en el Juzgado de 1ª instancia nº8 de Majadahonda y se sumó la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte como acusación popular, pero fue archivada.
Sobre aquel golpe de estado, que sumió al fútbol sala en un período convulso, Javier Lozano contó, el pasado 26 de agosto en Radioestadio Noche de Onda Cero, un episodio revelador sobre Antonio García Plata. "Tuve que ponerle una querella a Rubiales y a Camps porque era un acoso a mi persona. Un intermediario de los que cobran de la Federación y que estaba sentando en Asamblea le dijo a Aurelio Gómez Araujo -presidente de honor de la LNFS- que si quería que acabara la cacería que dimitiera. Era el antiguo presidente del Sindicato, que luego fue contratado por Rubiales en la RFEF".