EUROPEO SUB-21 | SELECCIÓN ESPAÑOLA

Abel Ruiz, la resiliencia grabada en la piel y el peso de ser crack a los 12 años

El delantero de la Rojita vive su mejor momento después de salir del Barcelona por la puerta de atrás

Abel Ruiz celebra su gol contra Ucrania./
Abel Ruiz celebra su gol contra Ucrania.
Sergio Santos

Sergio Santos

Bucarest (Rumanía). En 2012, el nombre de Abel Ruiz (Almusafes, Valencia, 2000) comenzó a sonar en los corrillos futboleros después de que le nombraran MVP de la Liga Promises. El boom fue mucho mayor cuando el Barça consiguió convencerle para que se mudase a la Ciudad Condal con sólo 12 años para comenzar su carrera en La Masia.

Desde entonces, las comparaciones se sucedían. Unos comentaban que parecía mini Benzema, otros recordaban sus similitudes con Villa (su ídolo y después su representante) y todos coincidían en afirmar que iba a marcar una época en el conjunto blaugrana, que por aquel entonces presumía de la época dorada de su cantera en el primer equipo (Iniesta, Busquets, Messi, Xavi…). Lo que pocos recordaban es que hablaban únicamente de un adolescente, en cuya cabeza revoloteaban en realidad esas cosas que le preocupan a cualquier chico de su edad: vergüenza porque aparece acné en la cara, un suspenso en el cole o la chica que te gusta y que no te hace caso.

Ese cóctel de emociones se multiplicó aún más cuando irrumpió en las categorías inferiores de la Selección. "¿Quién es el '9'?" Era mayo de 2016 y la pregunta corría de scout en scout en las gradas de los estadios de Azerbaiyán. España brillaba en el Europeo sub-17 con una prometedora generación de 1999 liderada, entre otros, por Brahim y Fran García, ahora en la primera plantilla del Real Madrid. Abel, un año menor que el resto, brilló en aquel torneo (cuatro goles) y España fue subcampeona tras perder con Portugal en penaltis.

Al año siguiente, repitió con su generación (la del 2000) y entonces sí, con el brazalete de capitán, logró alzar el título, algo que repetiría en 2019 con la Sub-19. Esa trayectoria le ha llevado a estar a sólo dos partidos (lleva 83) de igualar a Deulofeu como el futbolista con más encuentros en las categorías inferiores de la Selección. Puede superarlo si España sub-21 llega a la final.

Dificultades por el camino

Todo esto hace pensar en una carrera de éxito, rodada, pero para nada fue así. Abel Ruiz nunca encontró la oportunidad en el primer equipo del Barça y tuvo que hacer las maletas a Portugal (el Braga pagó ocho millones por él en 2020, el traspaso más caro de su historia). Entonces el fútbol le mostró su cara más amarga: pasó de eterna promesa a juguete roto. Los mismos que le comparaban con Benzema pasaron a decir que no valía para el primer nivel.

Unos comentarios que hicieron más fuerte mentalmente a un Abel que este curso ha encontrado su madurez futbolística (12 goles en el Braga). El valenciano, poco amante de los tatuajes, quiso inmortalizar en su piel todo lo vivido con una palabra que asegura que le representa: grabó 'resiliencia' en su brazo brazo derecho. Según la RAE, es la "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos", algo que define a la perfección lo que le pasó en la vida a aquel adolescente al que el Barça primero le elevó a los altares para después dejarlo salir por la puerta de atrás.

Abel, con la palabra resiliencia en su brazo derecho.
Abel, con la palabra resiliencia en su brazo derecho.

Líder de la Sub-21

En el Europeo sub-21, más de lo mismo. En el primer encuentro falló dos goles clarísimos (uno de ellos garrafal) y las redes sociales, a pesar de su buen partido (dio una asistencia) se inundaron de memes y críticas hacia él. La broma fácil. El jugador, en ese momento, leyó la palabra que lleva en su brazo, mantuvo la calma y respondió como mejor sabe, con dos goles que han sido oro: el de Croacia valió tres puntos y el que le marcó a Ucrania, otro y el pase como primeros.