OPINIÓN

La alta costura de Griezmann y la polivalencia de un Marcos Llorente que 'domina' el puesto de mediocentro

Julián Alvarez y Griezmann después del primer gol del argentino al Valencia. /AFP
Julián Alvarez y Griezmann después del primer gol del argentino al Valencia. AFP

Partiendo de la base de que un futbolista del 'caché' de Antoine Griezmann siempre terminará jugando donde le venga en gana y más a estas alturas de su carrera deportiva, sería poco razonable y nada perdonable que el Atlético le dejara escapar a final de temporada teniendo contrato hasta 2026. Miguel Ángel Gil y Carlos Bucero tienen la palabra. No es cuestión de honor ni de orgullo. Es cuestión de necesidad puramente futbolística. Si hay ocasiones en las que los clubes tienen que defender la duración de los contratos firmados, a pesar de las exigencia de los jugadores, una es esta. Por mucho que tenga dos tardes malas y se pase un par de partidos sin marcar o sin dar un pase de gol, este Griezmann es hoy por hoy imprescindible en un Atlético que quiere aspirar a competir todos los títulos que juega. Y no creo que tal y como está, fuera a dejar de serlo la temporada próxima.

Y si no les gusta lo de imprescindible por su duro significado en el terreno deportivo, busquemos una palabra parecida. Indispensable, irreemplazable, esencial, vital. Mientras no se demuestre lo contrario, el francés es un sastre de alta costura. Cose, teje, hilvana, zurce, ribetea, borda, puntea y pespuntea... todo el juego de su equipo. El mejor Griezmann se ve cuando juega con libertad. Cuando Simeone no le castiga a una banda o le manda de primera referencia de su equipo, solo ante el peligro.

Mestalla se tuvo que rendir ante un futbolista que cada día entiende mejor el juego. Pocos jugadores saben cuándo tiene que asociarse o buscársela individualmente. O cuándo tiene que pausar o acelerar. Para su bien, se ha encontrado con un socio que habla su mismo idioma futbolístico aunque sea con acento porteño, Julián Alvarez, que ya se ha convertido en su colega preferido. Al argentino le ha bastado media temporada para entender cuándo el francés va a jugar en corto y cuándo va a buscar a los espacios y puede se hayan convertido en una de las parejas de ataque más letales de la Liga española.

Además de efectivo, Antoine es elegante. En este Atlético que, por momentos, en algunos partidos, quiere tener el balón y tira del juego de pases cerca del área contraria, es quien mejor sabe girar de dirección para hacer ancho el campo y que sus compañeros se aprovechen de su sentido de profundidad.

Griezmann al margen, la necesidad impuesta por la sanción a Barrios y la lesión de Koke obligó a Simeone a colocar a Llorente de mediocentro. En espera de más partidos jugando en esa posición, la sensación ofrecida en Mestalla es que Marcos puede ser mucho más que un parche para esa zona central. Conoce el puesto de sus épocas anteriores en la cantera del Madrid y después en el Alavés y aunque el Cholo no le veía en esa demarcación central y le prefería de lateral o interior-extremo, esta misma temporada probó contra el Leverkusen y el Villarreal a ponerle en el eje del juego y su trabajo le debió gustar tanto que dijo que algún día podía jugar ahí de titular.

Y ese día llegó en Valencia. Por su envidiable condición física es capaz de cubrir una amplia zona de influencia y esos pulmones le vienen bien al equipo. Incluso en el juego aéreo puede ser una ayuda en un momento determinado. Ante lo que le viene por delante al equipo rojiblanco el Llorente-volante central puede ser un 'fichaje' más que interesante. Al tiempo.