FÚTBOL

El 'choque de realidades' de Andreas Brehme en Zaragoza contado por sus excompañeros: "No entendía no viajar en avión privado"

Víctor Fernández, Andoni Cedrún y Darío Franco recuerdan con cariño la figura del exfutbolista alemán, fallecido por un paro cardíaco.

Andreas Brehme, en su etapa en el Real Zaragoza. /Efe
Andreas Brehme, en su etapa en el Real Zaragoza. Efe
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

El fútbol mundial, y en particular el alemán, está de luto tras el fallecimiento de Andreas Brehme a la edad de 63 años. Brehme será recordado eternamente por el gol que marcó de penalti en la final del Mundial de Italia 90 y que hizo posible que Alemania se impusiera a la Argentina de Diego Armando Maradona. Dos años después de esa proeza, de tocar el cielo con las manos, el alemán aceptó la propuesta de una Real Zaragoza que soñaba a lo grande de la mano de su presidente Alfonso Solans y de su joven entrenador Víctor Fernández. Sin embargo, la aventura de Andreas Brehme en la entidad maña resultó más corta en el tiempo de lo inicialmente previsto. El internacional chocó de bruces con la cruda realidad y un desencuentro con el entrenador propició su adiós. En Zaragoza, pese a todo, le recuerdan con cariño.

"Se ha ido un personaje", recuerda con humor Andoni Cedrún, con el que compartió vestuario una temporada en el Real Zaragoza. Su fichaje por la entidad maña aquel verano de 1992 supuso un terremoto informativo de dimensiones desconocidas en la capital maña. "Que viniera alguien como Andreas Brehme al Real Zaragoza era algo impensable. Era un campeón del mundo", enfatiza el exportero, santo y seña de aquel Zaragoza que, tres años más tarde, ganó la Recopa con aquel inolvidable gol de Nayim. Brehme, asimismo, siempre será recordado por aquel tanto que marcó en la final del Mundial de Italia 90. "Es que veía no venía un cualquiera. Eran palabras mayores y sentíamos máximo respeto por alguien que metió ese gol de penalti con el pie derecho cuando era zurdo. Era algo que nos volvía loco, le daba mucho mejor con la derecha y era zurdo", confirma.

"Era una persona de mucha calidad humana, pero también de mucho carácter... Era un ganador", asegura Cedrún. "Era un jugador que en este momento en Europa era de los importantes, era lo que era. Era Andreas Brehme", puntualiza. La estancia de Brehme en Zaragoza, eso sí, duró menos de lo que a todos les hubiera gustado. Un incidente con Víctor Fernández hizo que la aventura en la capital mañana no terminara de la mejor manera. Fue en una charla previa a un encuentro de Liga que el Zaragoza iba a jugar con el Tenerife. "Su carácter alemán le jugó una mala pasada", desvela Cedrún. "Él ya no se veía jugando de lateral izquierdo porque eso implicaba un mayor esfuerzo y un mayor recorrido, y por la lesión de Darío Franco, Víctor Fernández le había puesto como pivote defensivo. Él estaba muy gusto jugando por delante de los centrales, haciendo unos pases de la hostia con ese golpeo de balón que tenía… Estaba recibiendo muchos elogios. Él estaba a gusto, pero todo se torció después de una charla", reconoce el de Durango.

Los coches fueron una de las pasiones de Brehme en Zaragoza.  Efe
Los coches fueron una de las pasiones de Brehme en Zaragoza. Efe

"Víctor Fernández empezó a escribir en la pizarra los nombres de cada uno y Andreas vio que ponía su nombre en el lateral izquierdo. Brehme le dijo que no jugaba ahí. Víctor borró su nombre y puso el del Lizarralde. Pero bueno, la reunión siguió, luego fuimos a comer y cuando estábamos tomando el café, nos dijo que se iba de la concentración", recuerda todavía con cierta incredulidad Cedrún. "Alguno le incitaba y le decía: 'No tienes cojones' No le conocían. Se levantó, se fue a la habitación, cogió la maleta y se fue". En ese momento se terminó el matrimonio entre el Zaragoza y un campeón del mundo como Brehme. Unos días más tarde se conoció que las dos partes habían llegado a un acuerdo y que el alemán se desvinculaba de la entidad zaragozana cuando aún le quedaba un año de contrato. "Fue una pena, pero no había justificación ninguna a su comportamiento", lamenta el excancerbero del Zaragoza.

"Alguno le incitaba y le decía: 'No tienes cojones de irte' No le conocían. Se levantó, se fue a la habitación, cogió la maleta y se fue. Fue una pena, pero no había justificación a su comportamiento"

Andoni Cedrún Exportero del Real Zaragoza

Ese comportamiento sí que sorprendió a la plantilla porque "fue un jugador que se integró muy bien en el vestuario", repasa Cedrún para quien Andreas Brehme, "era un tío con carácter que nos venía muy bien porque sabía más que los ratones colorados. Tenía mucho carácter y mucha personalidad. Era alemán", puntualiza por encima de todas las cosas. "Nunca fue de divo, no estaba por encima del resto. El problema, repito, es que era alguien con mucha personalidad y con mucho carácter, tal y como se demostró ese día en la concentración". Por lo demás, "era muy normal" con el golf como hobby y con una predilección hacia los coches de alta gama, algo que sí causó sensación en el plantel maño, tal y como reconoce Cedrún. "Nos ponía los dientes largos", rememora. "¡Qué coches conducía! Todos eran Mercedes. Nos decía que tenía un acuerdo de patrocinio. Era tremendo. Nosotros no estábamos acostumbrados a eso", reconoce entre risas.

"Le gustaban el golf y los coches ¡Qué coches conducía! Todos eran Mercedes. Nos decía que tenía un acuerdo de patrocinio. Era tremendo. Nosotros no estábamos acostumbrados a eso"

Andoni Cedrún Exportero del Real Zaragoza

Víctor Fernández fue su entrenador en los pocos meses que Brehme estuvo en Zaragoza y el recuerdo, pese al incidente que supuso su adiós, es bueno. De hecho, dos años después de ese encontronazo, se reencontraron en la Eurocopa de Inglaterra, ambos como comentaristas, y tuvo lugar la reconciliación: "Nos vimos y nos abrazamos. Me pidió disculpas y me dijo que esa experiencia le iba a ayudar para la etapa de entrenador que iba a comenzar. Nunca más nos volvimos a ver", recuerda un Víctor Fernández, "apenado y consternado" por la noticia del fallecimiento del exfutbolista alemán.

«Su llegada tuvo un impacto más mediático que futbolístico»

Para Víctor Fernández, "su llegada tuvo más un impacto mediático que futbolístico". En el club maño, "éramos conscientes de que venía en su etapa decadente, que los mejores años ya los había pasado, pero venía con el reclamo de que era campeón del Mundo y llegaba de un fútbol muy competitivo como el italiano", valora el entrenador maño, que también reconoce que para su llegada "nos aprovechamos de una raíces aragonesas de su mujer". Sostiene que Brehme "no llegó en el momento más adecuado en el sentido de que la realidad que había vivido unos meses antes no se correspondía con la que iba a vivir con el Zaragoza. No de ilusión, ni de sueños, ni de aspiraciones, sino a nivel de que no teníamos el potencial económico y las estructuras que había podido conocer en Alemania y en Italia".

"Éramos conscientes de que venía en su etapa decadente, que los mejores años ya los había pasado, pero venía con el reclamo de que era campeón del Mundo y llegaba de un fútbol muy competitivo"

Víctor Fernández Exentrenador del Real Zaragoza

Y para muestra un botón. En uno de los primeros viajes con el Zaragoza le tocó un desplazamiento en autobús de más de 500 kilómetros: "Él siempre se sentaba en el primer asiento detrás del conductor, a la izquierda, y yo, a la derecha. Me decía que era muy raro ir en autobús tantas horas cuando él, que en el Inter, siempre viajaba en avión privado. Y yo le decía: 'Andreas, esto es el Zaragoza'". No era la única queja: "Llevábamos dos horas y me decía que le dolía las espalda. No le entraba en la cabeza que viajáramos solo con un fisio. Yo le repetía el mismo mensaje". En este sentido, Brehme "sufrió un choque de realidades". El punto final llegó en ese episodio en el que el entonces futbolista del Zaragoza se negó a jugar de lateral izquierdo. "Se marchó del hotel, abandonó la concentración y a la semana siguiente se resolvió su contrato". Para Víctor Fernández, "fue una situación muy violenta y muy dura. Como entrenador reaccioné de inmediato y con mucha decisión. Si el resto de compañeros me ven dudar en ese momento, pierdo al equipo", se defieden.

"Fue una situación muy violenta y muy dura. Como entrenador reaccioné de inmediato y con mucha decisión. Si el resto de compañeros me ven dudar en ese momento, pierdo al equipo"

Víctor Fernández Exentrenador del Real Zaragoza

No dudó, en ningún momento tampoco, cuando el presidente de la entidad maña, Alfonso Solans, le puso el nombre de Brehme encima de la mesa. "Me gustaban los jugones y tener esa posibilidad era un altavoz para el resto de equipos. Nos iba a ayudar a crecer un futbolista que era campeón del mundo". Víctor Fernández se dio cuenta de que era un futbolista diferente en los entrenamientos. "Había perdido motor, explosividad y físicamente ya no era lo que había mostrado, pero seguía tenido una calidad técnica que le permitía jugar casi andando y un desplazamiento de pelota maravilloso, pero se dio de bruces contra una realidad que no había vivido con los equipos grandes con los que había estado".

Al igual que Cedrún no le recuerda como un jugador altivo, pero "sí confundido y desubicado por lo que él había vivido anteriormente. No entendía que no fuéramos a hoteles de cinco estrellas… Su estancia en Zaragoza coincidió con la etapa final como profesional, donde uno se vuelve mas acomodado. Cuando eres joven, aguantas todo, pero cuando vienes de dónde vienes, ahí se produce el choque", confirma el entrenador maño.

Brehme, en su etapa en el Real Zaragoza.  El Periódico de Aragón
Brehme, en su etapa en el Real Zaragoza. El Periódico de Aragón

«Tenía precisión en su pierna derecha y fuerza en la izquierda»

También compartió aquella temporada inolvidable con Andreas Brehme, Darío Franco, precisamente el centrocampista que se lesionó y por lo que Víctor Fernández decidió colocar al alemán de centrocampista. "Yo me quedo con los lindos recuerdos, el hecho de haber compartido un equipo, una concentración, un campo de juego y un vestuario con un jugador top como lo fue él. Después, la calidad que él tenía, que era sobresaliente, diferente a todos", sintetiza el ahora entrenador de Quilmes. "Siempre decía que tenía precisión en su pierna derecha y fuerza en su pierna izquierda. Por eso el pateó el penal en la final frente a Argentina con la pierna derecha. Es la mejor anécdota que puedo tener de él", confiesa.

Solo quiere recordarle "como un tipo querible, que nos aportó mucha experiencia y mucha jerarquía a todo el plantel". En su opinión, "nos potenció a todos por la calidad que tenía, ya que podía jugar de central, de lateral y de volante central", demarcación ésta última que propició su adiós a Zaragoza.