La época dorada del fútbol playa en España, con 'Lobo' Carrasco, Salinas, Setién, Míchel o Abel: "Estaban 'chalaos', te arañaban por todos lados"
Hoy se disputa la final del Mundial, en el que España cayó en la primera fase. Viajamos en el tiempo para recordar los inicios de esta disciplina en nuestro país.

Este domingo finaliza el Mundial de fútbol playa que se está disputando en Dubái, con una final entre Brasil, la favorita, e Italia. En este caso, España caía en la fase de grupos, aunque sigue siendo la segunda selección que más títulos ostenta en competiciones europeas, en ambos casos tras la selección portuguesa, y la décima en el ránking de la Copa Mundial de Fútbol Playa de FIFA, donde Brasil sigue dominando. En un horizonte lejano, la aspiración de ser disciplina olímpica.
Hace unos años, España llegó a competir de tú a tú con los brasileños, de los que aprendieron hasta cómo jugar descalzos, cuando nuestra selección estaba formada por ex jugadores internacionales como Salinas, Quique Setién, Lobo Carrasco, Amor, Míchel, Gordillo o Butragueño. En aquella época dorada del fútbol playa español empezaron a incluirse algunos jóvenes que marcaban las diferencias, como Ramiro Amarelle, y que marcaron un camino en el que la incorporación de futbolistas amateurs y de mayor juventud y preparación fueron dejando de lado la presencia de nuestros mejores jugadores de fútbol de España.
A mediados de los 90, la empresa catalana Octagon apostó por la creación de un equipo de exjugadores de fútbol profesionales que se atrevieran a cambiar el césped por la arena de la playa. Los brasileños habían marcado el camino y parecía la forma más atractiva de que muchos de nuestros internacionales siguieran compitiendo y disfrutando una vez colgasen las botas. Echamos la vista atrás, ahora que se está disputando el Mundial de fútbol playa, a aquellos años en los que nombres relevantes del fútbol español representaba a la selección playera.
España se estrenó en 1999 en Alicante, lo que supuso la segunda aparición de nuestra selección española de fútbol playa, liderada por 'Lobo' Carrasco. El exfutbolista cuenta en Relevo cómo se llevó a cabo aquella idea: "Cuando yo estaba colaborando en el Mundo Deportivo, Canal + y La Ser, vinieron un par de intermediarios a contarme el proyecto. Me acabaron contratando como seleccionador, así que hice una lista de posibles y convoqué a grandes exjugadores y amigos. También participé en algún partido. Aquel fue el inicio de algo muy exitoso y, sobre todo, divertido".

Entre ese grupo de integrantes se encontraban Rafael Gordillo, Joaquín Alonso o el portero Abel Resino, que acababa de colgar los guantes hacía apenas unos meses: "Era el año 96 y yo era pionero, el primero que jugó, me llamó el 'Lobo' para ir. Hicimos una gira por el mundo, con Joaquín, Quique Setién, Lobo, Gorriz… Fue el año que me retiré y fuimos a Alicante. No teníamos ni idea de cómo era, no sabíamos ni las reglas, no teníamos entrenador, pero entre nosotros sabíamos organizarnos. Aquí era jugar donde la arena era más intensa, no cuando baja la marea. Jugamos contra Argentina, EEUU… Al principio no sabíamos si jugar descalzos, vendarnos… La arena se metía por todos lados. Empezamos usando calcetines gordos y vendas, pero al final llegamos a la conclusión, sobre todo viendo a los brasileños, de que lo mejor era hacerlo descalzos. Con los años fueron a jugadores jóvenes que destacaban en competiciones amateur, como Ramiro Amarelle".
"Al principio no sabíamos si jugar descalzos, vendarnos… La arena se metía por todos lados"
ExjugadorAl fin y al cabo, los españoles que formaban la mselección de fútbol playa no se preparaban ni celebraban concentraciones donde poder ensayar juntos, como cuenta Resino: "Nosotros ni entrenábamos, nos juntábamos el día de antes para viajar y nada más, aunque tampoco nos lesionábamos, salvo Gordillo, que en Italia se rompió un par de dedos. Al principio se pitaban muchas faltas. Fuimos campeones de Europa dos veces con Quique Setién, Joaquín del Sporting… Y yo tuve mucha relevancia porque no cambiaban mucho de portero, sin embargo, para el resto los cambios son continuos, porque el calor es muy difícil de llevar. Recuerdo en Turquía jugando a 50 grados. Alguna vez se corría algún riesgo y se cambiaba rápido. Te entraba arena en los ojos, pero tampoco podías cerrarlos y menos yo. Fue una manera muy divertida de seguir prolongando mi vida deportiva, mientras orientaba cómo iba a ser la que me esperaba. Quise abrir el melón pensando a ver qué ocurre", relata Abel.
Tras el éxito de aquella primera experiencia y ya con Joaquín Alonso en la doble función de entrenador y jugador, se sumaron otros legendarios futbolistas entre los que se encontraban Butragueño, Quique Setién, Míchel, Manu Sarabia, Goikoetxea, Angoy... Y un chaval de apenas 18 años, Ramiro Amarelle, considerado el mejor jugador de fútbol playa de la historia de España y que por ello consiguió una plaza en la selección de los ex internacionales: "Estaba en el juvenil del Deportivo, quedamos a jugar un torneo de fútbol playa, el premio fue jugar contra ellos. Aquel verano del 97 conocí a Quique Setién y cambió mi vida. Soy un agradecido al fútbol playa porque durante muchos años me permitió ser profesional y poder vivir de ello. Yo era el niño, el juguete de ellos que ya tenían casi 40 años, que venían con el estrés, y yo el juguetito que corría para ellos. Eran 8 ó 10 viajes al año de una semana, íbamos a lugares espectaculares, y era brutal cómo nos recibían con Butragueño, Míchel… Eran súper reconocidos en todo el mundo. Lo más difícil era la exigencia física, ellos no entrenaban de forma específica, y el deporte empezó a evolucionar, debíamos copiar a los brasileños, y adquirir elementos técnicos como la chilena. No había hecho una en mi vida, era un recurso de los brasileños, así que la entrené mucho, porque si no metía goles no me llevaban con ellos, había miles de chavales que querían estar ahí".
Las altas temperaturas son el principal hándicap para los jugadores que practican el fútbol playa, donde la movilidad y la velocidad dependen de la potencia de unas piernas que sufren muchísimo más que en el fútbol XI: "Lo de jugar a 40 grados y con humedad se llevaba como podías, aunque ellos aguantaban muy bien. Siempre dicen que no eran tan buenos, pero no es verdad. Tenían muchísimo nivel. Aquella fue la mejor época, la época dorada de este deporte. Competían a muerte, estaban 'chalaos'. Te arañaban por todos lados, entrenar con ellos era peor que ir a la selva. Míchel y Butragueño era de los que más protegían, y Quique Setién era de los mejores, con más calidad. Goikoetxea era un escándalo también".
"El fútbol playa te exige mucho físico y técnica, hacíamos esfuerzos cortos y nos cambiaban. Ahora se hacen más incluso, los cambios son ilimitados y un jugador no suele estar más de tres minutos seguidos jugando", explica Amarelle en Relevo.

"Aquellos profesionales lo tomaron como vacaciones, y ya cuando empezaron a aparecer jóvenes, sufrían mucho. Aunque fueras Ronaldinho o Romario. Después de cómo acaban las carreras, ahora les dices que se expongan con cámaras de televisión y te dicen que no. No hacerlo bien no le gusta a nadie", asegura.
El fútbol playa requiere jugadores explosivos y rápidos, con buen manejo de la pelota: "Messi jugaría increíble, Luis Suárez se hincharía a meter goles. Y Araújo puede matar a alguno, los futbolistas de ahora son superdotados", comenta el que, tras su paso por el fútbol playa, ejercería de ayudante de Quique Setién el Villarreal.
A aquel equipo de la selección española de fútbol playa, se unió Julio Salinas: "Fui de los que más estuve, hasta que me echaron por edad, porque sólo se podía jugar hasta los 45 y yo empecé casi con 40. Cuando empecé era más famoseo, con Manolo Sarabia de entrenador. El que llevaba el cotarro era Joaquín Alonso. Era todo el verano de España, cada semana un sitio, y fuimos también a Mónaco, con todo su glamour… Luego en febrero era el campeonato del mundo en Brasil. Era una gozada, pero la familia estaba también un poco hasta el gorro".
El exdelantero internacional, explica que el fútbol playa era totalmente distinto a lo que estaban acostumbrados: "No tiene nada que ver, el cansancio es increíble en la arena, no hay conducción de balón, sino mucho juego aéreo, con acrobacias para rematar. Yo soy muy competitivo y me amoldé fácil. Al año de empezar, cambió todo. Joaquín se puso de entrenador, Quique Setién y otros muchos se marcharon y se hizo más profesional, con muchos jóvenes, la mayoría eran gallegos, como Amarelle. Él era el de las chilenas, porque si yo la hacía, me mataba. Era poco estético, como siempre, pero metía goles. No tuve follones, pero discusiones miles, se hacían entradas fuertes… A todos nos jode perder, y no es que te juegues dinero, pero todos quieren ganar. Imagínate las broncas con Cantona. Para los chavales que venían a jugar con nosotros era increíble: las fiestas, llevarse a las novias a esos viajes, estar con exfutbolistas… Aunque a ellos no les pagasen".

Salinas vive en un pueblo costero de Barcelona, pero no ha vuelto a practicar el fútbol playa: "Ahora el fútbol es sinónimo de lesionarte, ya no lo practico nunca. A mí me rompieron un dedo en fútbol playa. Cuando compito con gente de mi edad, me aburro. Y si me pilla un chaval, no le puedo seguir el ritmo y en cualquier choque, lo pagas. Disfruté mucho, más allá de ganar varios campeonatos de Europa y quedar subcampeones del mundo ante Brasil allí, que les dimos mucha guerra. Al final me dio pena dejarlo porque le cogí cariño a ese deporte. Nos lo pasábamos muy bien, eran como unas vacaciones pagadas en sitios de playa", termina recordando Salinas.
"Disfruté mucho, más allá de ganar varios campeonatos de Europa y quedar subcampeones del mundo ante Brasil allí, que les dimos mucha guerra"
Exjugador
No es de extrañar que para algunos partidos o torneos se sumaran futbolistas como Miguel Ángel Nadal, que reconoce a Relevo que apenas pudo jugar mucho, pero que le hizo mucha ilusión participar en los que se celebraron en Mallorca, su tierra. Lo mismo que Guillermo Amor: "Organizábamos un torneo de fútbol playa en Benidorm y la selección española estuvo viniendo varios años para enfrentarse al campeón del torneo. Pude jugar con ellos algunos ratitos, pero era muy duro, tenías que estar muy acostumbrado y muy bien preparado físicamente", añade.
Todos los ex jugadores recuerdan con especial cariño y melancolía aquella experiencia, que les permitió seguir disfrutando de la pelota, y sobre todo, de los amigos. Hasta que el cuerpo aguantó, o más bien el tiempo, que no les perdonó. La llegada de jóvenes y profesionales del fútbol playa les apartó de la arena. Su objetivo actual es el de poder estar en unos JJOO, y están en el buen camino.