IBIZA

Aforo completo de futbolistas en los rincones de Ibiza: "¡Te aguanto todo el año y ahora también aquí!"

Viejos y nuevos compañeros se juntan en las playas y las discotecas. "No hay ningún sitio en el mundo como este", dice un jugador de Primera a Relevo.

Pol Lirola (izquierda) y Vlahovic (segundo por la derecha), en la discoteca Ushuaïa. /INSTAGRAM
Pol Lirola (izquierda) y Vlahovic (segundo por la derecha), en la discoteca Ushuaïa. INSTAGRAM
Manuel Amor

Manuel Amor

Ibiza.- Cada dos pasos, un futbolista. La noche del miércoles en Lío, un restaurante que se convierte en discoteca cuando cae el sol, pareció una reunión de jugadores de LaLiga. "¡Te aguanto todo el año y ahora también aquí!", le decía un defensa del Barça a otro al chocarse entre los pasillos del local. En verano la isla es suya. Aquí, a diferencia del resto del mundo, pueden vivir tranquilos y pasar medianamente desapercibidos. Alentado por el fisgoneo, un curioso detuvo a un crack del Inter mientras accedía a una de las salas: "¿Tú juegas al fútbol?". "Sí, me llamo Dumfries". Venía de destacar en una final de la Champions 10 días atrás, pero nadie le conocía.

Entre baile y baile se suceden las conversaciones. Pocos hablan de fútbol, pero algunos encuentran algún resquicio. "¿Os va Benítez, eh?", comentaba un compañero de profesión a uno de los pilares del Celta. Pocas horas atrás algún jugador celeste todavía confiaba en la llegada de Iraola, pero los acontecimientos se suceden y se chismorrean en vacaciones. Estos días en la isla han servido a Iago Aspas para 'despedir' a su escudero Hugo Mallo. Su abrazo antes de que el '2' volviese a Vigo para hacer las maletas rumbo al extranjero, cuentan, fue emotivo. Mientras, con Iago arrastrando las secuelas de su dichosa espalda, compartieron planes y estadía con sus familias.

Según revela un trabajador de un beach club que frecuentan las estrellas, ellos forman parte del grupo de clientes "tranquilos". "Vienen con niños y a desconectar, pero otros son más cañeros". En esa selección entra Vlahovic, el flamante delantero de la Juventus. Estuvo el domingo viendo a Maluma en Ushuaïa y repitió el miércoles en Lío, en el que compartió reservado junto al culé Marcos Alonso o Aleñá. Era una de las estrellas de la fiesta y se le trató como tal: ni los intentos de algunos de hacerse pasar por emisarios del Real Madrid sirvieron para poder acercarse a él.

Las fotos de Vlahovic en Ibiza contienen una cara que puede sonar extraña: Pol Lirola, lateral que esta temporada ha jugado cedido en el Elche. Compartieron vestuario en la Fiorentina y se reencontraron en las fiestas VIP de la isla, uno confirmado como uno de los mejores '9' de Europa y el otro consternado por el descenso a Segunda. Ibiza sirve para decir adiós, pero también para recordar viejos momentos y reunirse lejos de los focos y los flashes.

Por un momento, en Lío se juntaron en un palmo de terreno pasado, presente y futuro del Barça. Asistieron por separado, pero los caminos de Eric García, Marcos Alonso y Jeffren Suárez, el héroe que puso la guinda al 5-0 al Madrid de Mourinho en 2010, se cruzaron por un rato. Este último, entre bambalinas, reconoció su deseo de volver a España para finalizar su carrera. De momento, si nadie le repatria, seguirá otro año más en Tailandia a sus 35.

Embarba, Loren Morón, Unai López y Diego Rico, juntos en Lío.  INSTAGRAM
Embarba, Loren Morón, Unai López y Diego Rico, juntos en Lío. INSTAGRAM

A escasos metros de ellos, ni siquiera cinco, Adri Embarba y Loren Morón disfrutaban de la música. Jugaron un curso juntos en el Espanyol y mantienen la amistad. Al dar tres pasos a su izquierda se toparon con Luiz Felipe, central del Betis, tan duro en los choques para moverse por la discoteca como en las disputas que le han costado tres expulsiones esta temporada. Se intercambió sonrisas con Óliver Torres y Bryan Gil, sus rivales en Sevilla, que ocupaban la mesa de al lado. En Ibiza no hay enemigos. Debajo de ambos, en una zona más acotada, se divertía Rodrigo Moreno, liberado por el Leeds y relacionado con el cuadro de Nervión. "¿Si voy para allá? No creo, pero nunca se sabe", le respondía a algún preguntón.

Al menos Torres y Gil tendrán que verse las caras en los derbis del año que viene con Marc Roca, también en desconexión antes de ponerse a las órdenes de Pellegrini. Tan amable como el resto, atendió a todos los que se le acercaron y confirmó, a falta de oficialidad, su felicidad por vestir de verdiblanco después de tres años fuera de España. Cerca estaba Raúl Guti, un jugón que podría salir del Elche, y media plantilla del Villarreal B, entre ellos Ontiveros, Sergio Lozano, Pablo Íñiguez o Álex Forés. Era tiempo para los jóvenes, pero los más veteranos tampoco quisieron perdérselo.

Entre las caras de zagal emergieron los rostros de Jorge Molina (41 años) y Roberto Soldado (38), tan pegados en la pista como cuando formaron delantera en el Granada. Siguen dando guerra en los estadios y también fuera. Les acompañaban Rubén Rochina o Quini y otros tantos más: Unai López, Diego Rico y hasta exiliados como Alejandro Gálvez, ahora en Catar tras su paso por Eibar, Rayo o el propio Ibiza.

Hubo más de LaLiga, como el getafense Juan Iglesias o Diego Conde, portero del Leganés, pero también de competiciones extranjeras. "Yo juego en el Lugano", decía alguien cerca de Dumfries, el mundialista al que nadie reconocía. "Por eso venimos aquí: si no eres Messi o Cristiano puedes estar a tu aire. No hay otro sitio como este en el mundo", comentaba un jugador de Primera a Relevo. Cuando las persianas echaban el cierre, todavía había huecos para las palabras bonitas. "Eric, gracias por todo: tienes un gran corazón", le decían al central del Barça, cercano como si no acabase de ganar LaLiga. Se despidió con el pulgar en alto y las luces siguieron encendidas. En Ibiza nunca se apagan, y menos para ellos.