Una avalancha y el cabreo de Carvajal con Camavinga resumen la transformación de España en la Eurocopa

Era el minuto 88 y España esta vez sí estaba sabiendo jugar el final del partido, aguantando el balón, mareando por momentos a una desnortada Francia. Hasta que Camavinga, ya desesperado, fue a cazar a Cucurella. La falta se vio aparatosa, aunque la repetición confirmó que no era para tanto. Pero lo más llamativo no estuvo en la acción, con el español rodando por el suelo y el francés levantando el brazo como el que dice 'venga va que no es para tanto'. Sino a escasos metros de allí.

Hay imágenes que conmueven. Esta lo hizo. Prácticamente todo el banquillo español saltó de sus asientos para protestar la acción. Se contaron hasta 17 miembros. Entre jugadores y staff, en pie, acercándose a la línea de banda, metiendo presión al colegiado, defendiendo a su compañero, rascando unos segundos, como debe ser. Una avalancha en toda regla.
En ese plano se adivina en la grada a tres hombres en primera línea también en pie. La realización recogió al término del partido frontalmente quiénes eran. Carvajal, Pedri y Le Normand, las tres bajas de la noche, cual aficionados en tribuna gritando y protestando. Quien pensara que Carvajal se iba a cortar al ser el infractor un compañero suyo en el Real Madrid se equivocaba. Se le ve hasta la vena del cuello. Es la prueba de la transformación de la Selección, un grupo con nervio, orgulloso, en el que cada compañero mataría por el de al lado. Hacía tiempo que no se emitían estas señales desde el equipo nacional. Tampoco nos vamos a engañar. Ganar une. Perder divide.
No es casualidad. Cuando un equipo está unido y enchufado estas cosas salen de forma natural. El banquillo como jugador número 12. El sacrificio de Navas sabedor de que, a pesar de que estaba al límite, tenía que aguantar porque no estaba Carvajal. Rodrigo desfondado pero aguantando el tipo hasta el final. Remiro pidiendo cabeza a Merino en la pausa de hidratación improvisada precisamente tras la falta sobre Cucurella. Son solo unos pocos detalles de la que ya es España finalista de la Eurocopa.
Después se vio a De la Fuente repartir abrazos por todas partes y al staff haciendo un pasillo a los jugadores mientras abandonaban el césped. Tras Alemania hubo karaoke y el seleccionador se arrancó por Julio Iglesias. Ojalá lo repitan, por la cábala. Ahora queda celebrar los cumpleaños de Nico y Lamine Yamal, 22 y 17 añitos, antes de asaltar Berlín. No sé si ganaremos un campeonato, pero hemos ganado un equipo. Bueno, un equipazo. Y un seleccionador. Y eso nos acercará a ganar el campeonato.