FUTBOLERO SOY YO

El barco de Vinicius y Valverde necesita a Courtois y Militao... y algún organizador con mando

Vinicius, sonriente, se abraza a Valverde. /EFE
Vinicius, sonriente, se abraza a Valverde. EFE

El Real Madrid sale de Rabat como justo campeón del mundo de clubes. Ha sido superior a sus dos rivales y ha dejado la sensación de no haber tenido que pisar a fondo el acelerador de su juego en ninguno de los dos partidos. Inapelable. Sin embargo, la duda que dejan estas dos últimas actuaciones, sumadas a alguna inmediatamente anterior, es saber si el equipo está listo y preparado para afrontar los próximos compromisos en los que se va a jugar la temporada. Sobre todo, sus duelos de la Champions contra el Liverpool y la Copa contra el Barcelona.

La final tuvo fases en las que se pareció a la semifinal indistintamente del rival. Ya saben. Minutos buenos. Minutos malos. Descansos activos. Despistes. Eficacia ante el gol. Lo que sí parece ya incuestionable es que este equipo se mueve ya al ritmo que marca Vinicius, sobre todo en su faceta ofensiva. Y como el brasileño, en estos dos encuentros, no ha tenido que sufrir el viacrucis mental de la Liga, ha lucido en su máxima expresión. Hoy por hoy está asumiendo el papel que la temporada pasada representó Benzema.

La verdad es que este chaval cuando está inspirado lo hace casi todo bien y además a toda velocidad, que es lo que tiene más mérito. Tiene gol, dos. Tiene regate. Tiene pase, el del tercer tanto, con el exterior, a Benzema, fue maravilloso. Además no se esconde. Se ofrece siempre. Juega los partidos completos y ofrece la sensación de que en el minuto 90 y pico está tan fresco como en los primeros escarceos. A su barco ya están subidos unos cuantos compañeros que cuando se juntan le dan una energía al bloque necesaria para sobrevivir en este fútbol tan físico y de ida y vuelta: Ceballos, Camavinga, Valverde... pero hasta once faltan muchos.

Si el Madrid quiere competir en Anfield y contra el Barcelona en la eliminatoria copera necesita la inmediata incorporación de más gente con estrellas en el traje. Se antojan indiscutibles los regresos de Courtois, Militao y Benzema. El portero, por ser el mejor del mundo; el defensa porque se ha convertido en el jefe de una zaga que sin él no mide igual los espacios y, sin ir más lejos, Marega y Vietto se encargaron de demostrarlo atacando las espaldas de Alaba y Camavinga. Fue la única arma ofensiva del Al Hilal y se llevo tres goles de botín. Por lo que a Benzema se refiere, y sabiendo que nunca alcanzará el éxtasis de la temporada pasada, su colaboración se antoja imprescindible.

Con esos hombres en el barco, Ancelotti seguro que sabrá regular el resto. Medir las fuerzas de Modric y de Kroos... y hasta de un Tchouameni enfadado con el balón de una manera preocupante. Comparado con lo que le viene, el Mundial de Clubes ha sido peccata minuta.