Bittor Alkiza y cómo caer bien en Real Sociedad y Athletic: "Me costó los dos primeros años en Bilbao..."
El segundo de Jagoba Arrasate en Osasuna atiende la llamada de Relevo en las horas previas al derbi entre rojillos y blanquiazules de mañana en El Sadar.
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Bittor Alkiza es uno de los pocos jugadores que cae bien tanto en Donostia como en Bilbao pese a haber vestido ambas camisetas. Formado en Zubieta, siendo hijo del entonces presidente Iñaki Alkiza, fue vendido al eterno rival por una cuestión puramente económica. La Real necesitaba liquidez para la contratación de un delantero. Han pasado casi 30 años de aquello y el protagonista de esta historia lo recuerda como una anécdota más. Echa de menos hacer surf. Es lo que tiene haber vivido tres años en Soria y seis en Pamplona, todos ellos al lado de Jagoba Arrasate, con el que conforma una dupla exitosa desde que coincidieran en el banquillo de la Real Sociedad en la temporada 13/14. Alkiza se deshace en elogios hacia el conjunto txuri urdin y hacia su patrón y se muestra preocupado porque Osasuna no termina de arrancar.
¿Por qué no termina de arrancar Osasuna?
No sabemos en concreto qué es lo que pasa. Probablemente sea un cúmulo de muchas cosas y estamos en ello. Estamos preocupados y ocupados. Estamos recibiendo mucho. Estamos centrados en ir mejorando eso y en ir detectando los errores que estamos cometiendo.
¿Más preocupados que ocupados o viceversa?
Las dos cosas. Los datos están ahí. No estamos recibiendo excesivas finalizaciones de los equipos rivales, pero estamos encajando mucho. En este momento estamos centrados en esa parte que nos parece muy importante, el porqué. Estamos ocupados intentando encontrar las razones y, a partir de ahí, ponerle remedio.
Enfrentarse a la Real no parece la mejor solución, ¿no?
(Risas) Además no se nos da demasiado bien. Es un equipo que ha crecido una barbaridad, sobre todo en el tema de su manera de competir, porque jugar bien, lleva haciéndolo desde hace mucho años, pero ha dado un paso adelante. El día que no está bien, compite y es capaz de ganar. Eso es algo que hace un par de temporadas no tenía, sobre todo en aspectos de presión, en aspectos defensivos, han dado una vuelta de tuerca y es uno de los equipos que mejor lo hace.
Para alguien criado en Zubieta que soñaba con jugar en la Real, ¿qué significa verla ahí arriba?
Significa recordar tiempos muy lejanos. Ahora todo es diferente y no se puede comparar el fútbol de ahora con el de antes. Pero yo me acuerdo de la época de cuando la Real fue capaz de ganar dos Ligas, de verlos jugar en Europa, lo que antes era la Copa de Europa, y llegar lejos. Es algo que la Real está consiguiendo. Al margen de que el juego te pueda gustar más o menos, el equipo está compitiendo contra los mejores de Europa en la competición más importante. Y lo está haciendo con nota.
Y para el que fuera director de fútbol de formación de la Real, ¿ver tanto canterano en el primer equipo?
Orgullo, sobre todo porque has visto crecer a muchos jugadores que ahora están en el primer equipo. Para eso tiene que haber alguien que confíe en ellos y que les dé la oportunidad. Desde fuera, la verdad es que da gusto ver al equipo en este momento, ver esa mezcla entre los jóvenes y los que están viniendo, muchos de ellos grandísimos jugadores, para dar un paso más y optar a entrar entre los primeros puestos de la Liga para jugar competiciones europeas. No solo eso, ver de qué manera se ha hecho y con tantos jugadores de casa. Hay jugadores que piensas que van a llegar, pero luego no es fácil. Incluso hay algunos, que no voy a dar nombres, que si me preguntas en su etapa cadete, incluso en su primer año de juvenil, yo pensaba que sí podían ganarse la vida a través del fútbol, pero no los veía compitiendo de la manera en la que lo están haciendo tanto en Liga como en Copa. Sí hay otros que pensabas que iban a tener una carrera larga en Primera División en la Real y está pasando. Lo importante es la confianza que les ha dado Imanol y el cuerpo técnico en momentos que el equipo no estaba tan bien como hasta ahora. Ahora sería más fácil seguramente.
¿Te sorprende lo que está consiguiendo?
A ver. No me sorprende porque le conozco y sé la capacidad que tiene para trabajar y para perseverar. Y me sorprende porque conozco el fútbol y sé que es muy difícil repetir durante tantos años con los mismos jugadores que siguen y con los que vienen porque los futbolistas son listos y te van cogiendo tu manera de ser y de entrenar. Imanol está siendo capaz de ir modificando aspectos del juego, como la presión alta, hacer faltas en campo rival, alejar mucho al rival para que juegue lejos de tu portería, pero es que además no está dejando correr a la espalda, por poner un ejemplo, y en eso ha ido mejorando. Va mejorando cada año como entrenador y eso es complicado porque cuando las cosas te van más o menos bien, lo normal es que intentes seguir haciendo lo mismo que haces y es complicado que te vayas adaptando a diferentes situaciones y que te vayas cambiando esos aspectos que menos trabajado tienes. Él lo está haciendo con la ayuda de la gente que está trabajando a su lado.
¿Cómo era como compañero?
Imanol siempre ha sido así. Ahora le estamos conociendo una faceta diferente. Siempre ha sido muy reservado. Con la gente que nos conocíamos siempre tiene su punto ese de caradura. Es muy directo, dice las cosas según las piensa. Eso, a veces, puede resultar bueno o malo con los jugadores, pero cuando conoces a una persona y sabes que siempre va así y lo hace así, la persona de enfrente se acaba acostumbrando a eso y, en ese sentido, Imanol no ha cambiado.
Imanol no ha cambiado. ¿Y Bittor Alkiza? ¿Qué queda de aquel futbolista que entró en Zubieta?
Bufff. Aquello queda muy lejos. Si algo queda es el poso que has ido cogiendo durante todos los años, lo que has aprendido, los valores que te han inculcado y la manera de entender este deporte y la vida. ¿La ilusión? La misma no voy a decir, porque cuando eres pequeño, la mayor ilusión era, en este caso, ser jugador de la Real Sociedad. Ahora vamos buscando metas diferentes. Cuando estás entrenando, cada semana tienes alguna meta por la que te levantas con ilusión todas las mañanas y vas a Tajonar con la idea de poder hacer las cosas bien y que eso se pueda traducir en la competición.
¿Ves diferente el fútbol ahora a cuando eras futbolista?
Es que no tiene nada que ver. Es verdad que puede haber jugadores que ya desde que lo son, incluso más jóvenes, tienen una visión más táctica, más general de lo que es el individuo, aunque también es verdad que ahora los jugadores están mejor preparados para eso. Pero cuando eres jugador te centras más en los aspectos individuales, en lo tuyo, en estar bien en el rol que te corresponda, en prepararte bien y en ir al siguiente entrenamiento con fuerzas y con ganas para seguir mejorando y que el míster piensa en ti en el partido del fin de semana. Desde este punto de vista, lo que haces es analizar mucho más, aparte del juego, analizar a cada jugador de manera individual y piensas de una manera más global a la que piensas como jugador de fútbol.
Tu idea inicial cuando dejaste el fútbol no era ser entrenador. ¿Cómo ha sido esa reconversión?
Es verdad. No tenía pensado seguir vinculado al mundo del fútbol. De hecho, en los primeros años después de dejarlo me aparté un poco porque no era mi idea. Pero es algo que hemos hecho desde pequeños y prácticamente no sabes hacer otra cosa. Empiezas a ver partidos, equipos... Tienes a entrenadores que te gustan por su manera de ver el fútbol o por lo que hacen sus equipos y a partir de ahí, intentas ir copiando de un sitio o de otro y dando los toques del fútbol que a ti te gusta o, en mi caso, de lo que le gusta a Jagoba.
El final de tu carrera estuvo marcado por sus problemas físicos…
Sí. Anduve con temas de lesiones y cuando terminé, lo hice saturado de lo que es el fútbol. Pero eso se me pasó enseguida. Se te mete esa cosita de echarlo de menos. Lo empiezas a ver desde otro punto de vista, pero es igual de enriquecedor.
Por cierto, ¿cómo estás de tus problemas de espalda?
Bien. Bueno, esto es como todo. Tengo mis achaques porque ya me estoy haciendo mayor, pero ahí seguimos, todos los días haciendo mi rutina y, más o menos, lo llevo bien.
Dicen de Bittor Alkiza que es el «complemento perfecto» de Jagoba Arrasate. ¿Qué opinas?
No sabría decirte. Intento ayudar a Jagoba en eso que veo que puede necesitar o que le puede hacer falta. Intento hacerlo. Soy muy pesado y a veces le pongo de muy mala gaita a Jagoba porque soy excesivamente directo y claro. El entrenador es él, es él el que toma las decisiones. Lo reconozco, me pongo un poco pesado con él.
Antes de formar dupla en un banquillo, Bittor Alkiza fue el jefe de Jagoba Arrasate en la Real…
(Risas) No me gusta esa palabra. Ahora él es mi jefe. Le firmamos cuando yo estaba en el fútbol base de la Real. Tuvimos una reunión entre Luki Iriarte, Jagoba y yo, estuvimos hablando de mil cosas y entró a formar parte del cuerpo técnico del fútbol base, cogiendo, primero, el División de Honor Juvenil y luego el de Liga Nacional. Durante esos años compartimos experiencias, no de la manera actual, pero ya le conocía
La primera experiencia juntos en un banquillo fue en la Real, en la 2013-2014 tras la salida de Philippe Montanier. ¿Cómo recuerdas esta etapa?
En la primera temporada la cosas fueron, más o menos, por donde podían ir. Se hizo una buena temporada salvo el final, que fue malo. La temporada siguiente no la iniciamos bien con la eliminación en Krasnodar de la Europa League. El inicio fue malo y los resultados son los que mandan. Nos cansamos de decir siempre lo mismo, pero es difícil que haya paciencia porque la inmediatez de los resultados se tiene que dar para que el equipo vaya funcionando y para que la gente esté tranquila.
¿Le llegó demasiado pronto la oportunidad a Jagoba Arrasate?
No sé si le llegó demasiado pronto o no. Si le llegara ahora, estaría mucho más preparado, pero la preparación se la han dado todos estos años. ¿Le llegó demasiado pronto? Puede ser porque entrenar en Primera División, incluso en Champions, no es fácil y entonces no tenía el bagaje que puede tener ahora. Probablemente si lo cogiera ahora cambiaría algunas cosas y el resultado, seguramente, sería mejor, pero esa mejora te la dan los años y las experiencias, incluso más las malas que las buenas.
¿Qué es lo que hace que funcione una dupla como la que conforman Jagoba y usted que ya llevan once años juntos?
No siempre funciona. Ha habido momentos complicados. Aquí en Pamplona los ha habido y la dirección deportiva en su día decidió que Jagoba tenía que seguir y eso, para un entrenador es un espaldarazo importante. Eso no se nos va a olvidar. En la carrera de un entrenador no es normal que las cosas vayan tan bien como a nosotros. ¿Por qué han ido tan bien? No sé. Además del trabajo que se haya hecho está la suerte. Hay momentos determinados en los que tienes que tener suerte y la hemos tenido.
¿Cómo es Jagoba? ¿Es muy diferente a Imanol?
Es diferente. Jagoba viene de la enseñanza y tiene mucha pedagogía. Pocas veces se enfada con los jugadores o lo muestra en ese momento. Es mucho de medir los tiempos, dejar pasar el momento caliente y luego tener conversaciones con los futbolistas, tanto a nivel de entrenamiento como en momentos donde pueda haber algo personal.
¿Nunca has pensado en emprender la carrera como primer entrenador? ¿Ha surgido alguna posibilidad para hacerlo?
No ha surgido y no creo que vaya a surgir porque no me veo capacitado. Ser primer entrenador no es solo llevar un grupo de jugadores y entrenarlo todos los días. Tienes que lidiar con directiva, con prensa, medir todos los tiempos, ser tranquilo, tener mano izquierda y mano derecha y a mí es algo que me falta. Acabaría discutiendo con demasiada gente y no me veo capacitado. No me lo he planteado nunca porque sé de la dificultad que tiene.
¿Su experiencia como jugador le ayuda en sus quehaceres?
Me ayuda en el sentido de que muchas de las circunstancias que viven los jugadores en un entrenamiento o en un partido, las he vivido antes. Luego es complicado porque no es explicarte y ya está. Es explicarte y que te entiendan. En ese sentido, Jagoba es muy bueno y en pocos minutos consigue llegar al jugador de la manera que quiere llegar. A mí me ayuda a ver situaciones que están llegando, que ya las he vivido y me puedo anticipar. Luego, llegar al jugador no es fácil y que el jugador te entienda, no es sencillo. Hay que valer para eso.
¿Los jugadores de ahora son más especiales que en su época?
Hombre, hay de todo. Cada uno es de su madre y de su padre. Yo fui jugador hace muchísimos años, la sociedad va cambiando y los que estamos cambiando somos los que formamos la sociedad. ¿El juego ha cambiado? Sí, muchísimo, pero las personas, y la manera de trabajar, el trato con los jugadores ha cambiado mucho. Hoy en día hay mucha más cercanía, lo mismo que nosotros con nuestros hijos. La sociedad va cambiando, la manera de relacionarse cambia y te tienes que amoldar a eso porque si no estás muerto.
¿Cuál es el cambio que más le ha sorprendido en el fútbol respecto al juego de entonces?
Ha cambiado en todo, en el ritmo y que se juega en mucho menos espacio del que se jugaba antes, a nivel táctico los jugadores y los equipos están mucho más trabajados que entonces y a nivel físico, también. Creo que los jugadores ahora son más completos. Creo que los jugadores que eran buenos antes seguirían siéndolo ahora, pero se trabaja de otra manera. La mayoría de los jugadores ahora mismo son atletas. Se juega en espacios mucho más reducidos con lo que hay que pensar muchísimo más, más veces y todo va más rápido.
¿Es más difícil jugar ahora a fútbol que antes?
Sí, volviendo a decir lo mismo, que los jugadores buenos de antes serían capaces de ser buenos ahora, pero el fútbol ha cambiado, hay más velocidad en el juego, las acciones son en espacios mucho más reducidos por lo que el tiempo para pensar es menor y físicamente, no hay datos de hace años, pero si comparásemos los datos físicos en velocidad, fuerza… veríamos que son mejores los jugadores de ahora.
¿Antes había tantas lesiones como ahora?
Yo creo que sí que había lesiones. No sé si tantas o no. No me he parado a pensarlo, pero en el fútbol ha habido lesiones siempre, es un deporte de contacto y creo que incluso ahora, que se hace mucha más prevención de la que se hacía antes, intentando que el jugador esté mucho más preparado para la competición, sigue habiendo lesiones porque tiene que ver y por lo que decíamos antes, que el jugador cada temporada juega más minutos de los que se podían jugar antes.
Vamos a echar la vista muy atrás, a su época de jugador. Siendo un futbolista formado en la Real, siendo hijo de su presidente, ¿qué significó el hecho de tener que salir y jugar en el Athletic?
Dentro de la naturalidad que podía tener aquello, lo viví de la manera más normal posible. De inicio, está claro que la situación no es fácil, pero la Real necesitaba vender y decidió que esa venta fuera al Athletic y, a partir de ahí, ya sabes que en todos los sitios no gusta eso. Lo intenté llevar de la manera más natural posible viviendo situaciones complicadas porque para una persona joven no es fácil, y me refiero a nivel social, encontrarte con comentarios de un sitio, de un tipo, pero bueno, tampoco le doy más vueltas.
¿Fue el momento más complicado de tu extensa carrera deportiva?
No te sabría decir. ¿Complicado? No fue una decisión mía. Fue una decisión del club y para adelante. Ese tipo de situaciones según vienen o eres capaz de afrontarlas bien o te pasan factura. Tengo que reconocer que a mí en el Athletic los dos primeros años me costó y no lo achaco a que fuera una situación difícil para mí, pero no encontré mi sitio hasta la tercera temporada. Son cosas naturales que, según te van viniendo, las tienes que afrontar, como ahora, que o tiras hacia adelante o te quedas por el camino. De esas situaciones son de donde más aprendemos porque cuando todo va bien y las cosas son más fáciles… En situaciones en las que te sacas de tu zona de confort, como se dice ahora, es de donde más aprendes. Al final acabó siendo una experiencia positiva para mí porque si me hubiera quedado en la Real o hubiera firmado por otro equipo no sé lo que hubiera pasado.
Ha conseguido algo difícil de ver, caerle bien a los aficionados de la Real y del Athletic..
Eso no es una cuestión personal mía. He tenido esa suerte que otros jugadores no han tenido, pero cada caso es diferente y en el caso de mi venta de la Real al Athletic quedó claro que la Real necesitaba firmar un delantero centro, que es para lo que se utilizó el dinero y la gente lo entendió así. No hay nada más.