BAYERN - REAL MADRID

Terremoto en el Bayern, inquietud por la enfermería y un llamamiento para intimidar al Real Madrid

De Ligt y Laimer fueron sustituidos en el último partido y este domingo no se entrenaron; Musiala volvió a no jugar por precaución. El club pretende que la afición acuda al estadio vestida de rojo.

Konrad Laimer, en una jugada./EFE/EPA/LEONHARD SIMON
Konrad Laimer, en una jugada. EFE/EPA/LEONHARD SIMON
Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Si la situación deportiva del Bayern no es muy agradable en la temporada 2023-24, misma suerte está corriendo en el aspecto físico en las últimas semanas. A pocas horas visita el Allianz Arena el Real Madrid, partido para el que Thomas Tuchel cuenta con dos incógnitas más debido a las lesiones. Este sábado, ante el Eintracht Frankfurt, tuvieron que ser sustituidos Matthijs de Ligt y Konrad Laimer. Hoy no se entrenaron.

"De Ligt tiene dolor en el ligamento interno de la rodilla. Laimer se torció el tobillo, tiene una lesión en el tobillo. Ambos tenían tanto dolor que no pudieron seguir jugando. Ahora tenemos que esperar a ver qué dicen las pruebas y confiar en que podamos solucionarlo para el martes", explicó el técnico alemán en la posterior conferencia de prensa.

Se trata de dos futbolistas titulares y que se postulan para serlo el martes (21:00 horas, M+ Liga de Campeones) en caso de encontrarse aptos. Al igual que Jamal Musiala, que "sigue en reposo tras una irritación en el tendón", como comunicó el Bayern en la previa.

En cambio, la previsión es que Musiala reaparezca el martes... y no solo él. La enfermería, ahora mismo, la completan Upamecano, Bouna Sarr, Sacha Boey, Coman, Gnabry y Sané. De ellos, Gnabry regresará contra el Real Madrid. "Jugará y marcará", declaró Tuchel en la previa de la jornada de Bundesliga.

Clima de tensión extradeportivo

El Bayern ya perdió la Bundesliga y cayó en dieciseisavos de la DFB Pokal contra el Saarbrücken, conjunto del tercer escalón. La entidad ya confirmó la no continuidad de Tuchel más allá del 30 de junio, aunque, por el momento, se desconoce la identidad de su sucesor.

Ante la amenaza de un año sin títulos, el ruido extradeportivo ha ido en aumento. El último ha sido Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern, que criticó públicamente a Tuchel. "No creo que pueda mejorar a un Davies, un Pavlovic o un Musiala. Si no funciona, piensa que es mejor comprar jugadores antes que mejorarlos. Mientras, yo pienso que hay que trabajar duro con ellos y darles confianza".

En relación a esto, el entrenador aprovechó la comparecencia ante los micrófonos de Sky Sports para contestar a Hoeness: "Me ha herido en mi honor como entrenador. Si algo hemos demostrado en los últimos 15 años es que los canteranos siempre tienen un sitio con nosotros si rinden. Creo que lo que dice no tiene ni pies ni cabeza", señaló. No parece existir el escenario idóneo en Baviera para afrontar un duelo tan exigente en tan pocas horas.

Tal vez por ello, en el club alemán intentan apagar las réplicas del seísmo con un llamamiento que sirva para subir la moral de la tropa en las gradas y, de paso, intimidar al Real Madrid con un Allianz monocolor. El Bayern, en redes sociales, emitió un vídeo en el que aparecen jugadores como Neuer, Kimmich o Müller animando a los aficionados para que el martes acudan al estadios vestidos enteramente de rojo. Al igual que el Madrid invitó a su parroquia a acudir al Bernabéu de blanco en el encuentro contra el Manchester, los de Múnich pretenden utilizar este arma para que, al menos a nivel ambiental, el encuentro de ida de semifinales de la Champions comience decantando la balanza para los de Tuchel.