Así juega Victor Boniface, el gran fichaje del Leverkusen de Xabi Alonso
El delantero nigeriano está siendo el mejor atacante de Europa en este inicio de curso.

El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso es uno de los equipos de la temporada. El titular es impepinable, y las pruebas contundentes. El técnico vasco está desplegando un fútbol muy ofensivo, con ataques que tienen reminiscencias de su época en el Real Madrid o en el Bayern como jugador, embotellando a los contrarios o desplegándose aprovechando la presión que ejerce el rival. En este juego avasallador y preciso, emerge la figura de Victor Boniface (Nigeria, 2000), fichado del fútbol belga este verano. Un delantero para redoblar el ruido.
Boniface juega como si tocase la batería en Slipknot. De forma excesiva, haciendo creer al contrario que en vez de un jugador quien les asalta es todo un ataque entero. El nigeriano, que es hiperactivo, poderoso e inteligente abarca los tres carriles y abrasa al contrario de muchísimas formas distintas, ya que no necesita del equipo constantemente para ser capaz de generar buenas situaciones de peligro. Entre todos los delanteros de las cinco grandes ligas, nadie dispara más que él (7) por cada 90 minutos. Haaland, que de rematar sabe un rato, lo hace casi tres veces menos por partido que Boniface (4,4).
Para Alonso es importantísimo el dinamismo y la agresividad, entendiendo que en el fútbol necesitará jugadores que sepan generarse sus propios espacios en un deporte que, de forma colectiva, busca generarlos para que la individualidad emerja. Con un genio de la interpretación entre líneas como Florian Wirtz, y pasadores dinámicos y de calidad como Palacios y Xhaka, Boniface es el encargado de subir el volumen de intensidad a la hora de atacar la última línea rival. De entre todos los delanteros de las cinco grandes ligas, ninguno genera más que Boniface (1,21 goles y asistencias esperadas por cada 90 minutos), un jugador que es capaz no solo de rematar lo que genera su equipo, sino lo más valioso: generarse sus propias situaciones de peligro.
El nigeriano llegó del Union Saint Gilloise, donde produjo 22 goles y 12 asistencias en todas las competiciones. Con esta carta de presentación, que ya insinuaba el lo que era capaz de producir el nigeriano, el Leverkusen ató a un delantero de muchísimo potencial a nivel goleador, además de a un atacante con capacidad combinativa para potenciar el modelo de juego de Alonso y muchos recuros técnicos para generarse sus propias situaciones de gol sin necesidad de un buen funcionamiento grupal. En ese sentido, Boniface supone un atajo individual para sortear baches colectivos.
Buena muestra de ello, es que entre todos los delanteros de las cinco grandes ligas, ninguno está generando más disparos tras un regate que el nigeriano: 1,91. Son cifras que se tienen que poner en cuarentena al ser la muestra todavía pequeña, pero ya dan pie a intuir el potencial del futbolista en ese aspecto. Encontrar a delanteros autosuficientes agiganta las posibilidades de un equipo, porque le hace menos dependiente de la fluidez que puedan tener como grupo.
Su físico es determinante. Fuerte en el choque, rápido en largas distancias y con un primer paso potente. Pero los atributos no son nada, o quedan en un segundo plano, si no hay detrás del físico un uso que lo optimize. Y en el caso de Boniface se da de esta forma, pues su técnica, que le permite sumar en situaciones que le exigen cintura y pensar rápido, impulsa sus tremendas condiciones. Esto hace que, como en la imagen anterior, Boniface pueda recortar sobre el central con un gesto seco.
Un punto clave de su juego y su encaje en el Bayer de Alonso es que no es un jugador de recorridos cortos, sino que su movilidad le permite al Leverkusen tejer un fútbol más expansivo: si cae a banda, como es el caso, su buen regate cuando los espacios se agigantan es un plus, y eso permite a Wirtz coquetear con los centrales y a Frimpong romper hacia dentro.
Boniface es el jugador de la Bundesliga que más regatea por cada 90 minutos, con 3,6 regates buenos (y un gran 66% de acierto en ese aspecto). Es extraño encontrar a un delantero centro liderando estos apartados porque normalmente suelen tener menos espacio y sus funciones son más concretas, pero en Boniface concluye un molde distinto, como un huracán que ha arremolinado en él muchos puntos distintos.
Los objetivos del Bayer Leverkusen están por definir, porque el potencial que atesora es muy alto. De momento, competir la Bundesliga al todopoderoso Bayern y superar la fase de grupos de la Europa League, competición que el pasado curso supuso un antes y un después a nivel competitivo tras su elminación de forma cruel ante el Mónaco, en dos partidos que dominaron durante muchos minutos.
Está por comprobar el impacto que Victor Boniface termina teniendo a lo largo del curso, pero sus primeros pasos en el máximo nivel vienen a confirmar el buen ojo del Leverkusen y la importancia casi definitiva de contar con un delantero que juegue y haga jugar, y que lo segundo no es solo a través del pase, sino en el caso del nigeriano, a través del gesto agresivo, el movimiento y la determinación.