REAL MADRID

Cuando Capello le hizo 'un Modric' a Ancelotti en su último año como futbolista

Apenas jugó minutos en los últimos meses, pero en su despedida de San Siro hizo dos goles, 'La Gazzeta dello Sport' le dedicó la portada y el Milan le hizo un partido homenaje contra Brasil.

Capello sustituye a Modric. /GETTY
Capello sustituye a Modric. GETTY
Enrique Ortego

Enrique Ortego

La historia del fútbol está plagada de casos como el que ahora sufre en sus carnes Luka Modric. Ley de vida y ley del fútbol. Dos leyes que mezcladas pueden ser tan dañinas y nocivas como injustas y, además, mostrar escenarios variopintos merecedores de ser conocidos por el aficionado. A Carlo Ancelotti, la situación que ahora está viviendo especialmente con el jugador croata le trae recuerdos del pasado vividos en primera persona. Y no precisamente positivos. A él, con tan solo 32 años, le sucedió algo parecido con Fabio Capello en su última temporada en activo en el Milan (1991-92). Apenas jugó 12 partidos de la Serie A y seis de la Copa de Italia y no siempre de titular ni completos. Entre una lesión al principio de esa temporada, que venía ya de la anterior, y la entrada en escena de Demetrio Albertini, 20 años, Carlo pasó a un segundo plano.

Ancelotti, sobre lo que sugfrió en su última temporada.

De medio indiscutible (31 partidos el curso anterior) pasó a casi prescindible. Hasta el punto de que, antes de finalizar la temporada, ya tenía decidido que esa iba a ser la última de su carrera profesional. Su siguiente paso fue comenzar a ejercer de técnico al lado de su maestro Arrigo Sacchi en la selección italiana. La gran diferencia entre aquella situación sufrida por Carlo y la que ahora vive Modric, es que Ancelotti, a pesar de tener solo 32 años, estaba muy tocado físicamente por culpa de las lesiones que le habían martilleado a lo largo de toda su carrera. No es el caso del croata a los 38. En aquellos tiempos los futbolistas no alargaban su carrera como sucede ahora. Han pasado tres décadas.

Sus 32 y los 38 de Modric

Especialmente grave fue una rotura de ligamentos cruzados de la pierna derecha que sufrió Carletto, con 22 años, cuando era jugador de la Roma. Estuvo un año completo fuera de los terrenos de juego. Se perdió el Mundial 82 que su selección ganó en el Santiago Bernabéu. Una segunda lesión dos años después le volvió a devolver al ostracismo. En esta ocasión, se quedó sin la final de la Champions contra el Liverpool que se jugaba, además, en el Olímpico de Roma. A pesar de todo ello, con la tenacidad por bandera, Carlo fue capaz de reconducir su situación física y mostrar su mejor versión futbolística en su etapa en el Milan (1987-92), donde ganó dos Champions, dos Copas Intercontinentales, dos Ligas, -ya había ganado una y cuatro Copas con la Roma-, dos Supercopas de Europa y una Supercopa de Italia.

Ancelotti, en un partido con el Milan ante el Nápoles de Maradona.  GETTY
Ancelotti, en un partido con el Milan ante el Nápoles de Maradona. GETTY

La temporada pasada, con Hazard de protagonista, a Carlo ya se le vinieron recuerdos de aquellos meses en los que Capello ya había apostado plenamente por Albertini y él jugaba minutos residuales. "Yo también me enfadaba con Capello cuando no me ponía, -recordó el técnico para tratar de entender al belga- y Fabio me decía que cuando fuera entrenador lo entendería y ahora lo entiendo muy bien. Además, que el futbolista se enfade por no jugar, o porque le quitan en un partido, es lo más normal del mundo. Sería peor que les diera lo mismo. Precisamente los cambios se suelen realizar para mantener motivados a cuantos más jugadores mejore de la plantilla. La rotaciones son otra cosa, son para dar descanso".

Producto del desencuentro de su suplencia, la relación entre Capello y Ancelotti nunca llegó a ser buena. Además, Carlo era de Sacchi y Arrigo y Capello tenían dos conceptos muy diferentes de interpretar el juego. El vínculo entre ellos empeoró en 2009. En una de sus biografías, Ancelotti expresó lo que sentía sobre su exentrenador. Le acusó de no tener trato con los jugadores, de ser un déspota y mencionó algunos de los episodios vividos en su etapa milanista, como cuando casi llegó a las manos con Ruud Gullit. "Siempre estaba malhumorado. En la vida no puedes llevarte bien con todo el mundo, y Capello y yo tenemos caracteres muy diferentes", concluyó. Fabio, entonces seleccionador inglés, contestó que no se veía identificado con las palabras de su colega y le replicó que él no estaba pendiente de quedar bien con la Prensa y que comía con sus amigos y con su familia, no con los periodistas.

Un final a lo grande y emocionante

Los últimos partidos de la carrera futbolística de Carlo Ancelotti estuvieron plagados de emoción. El Milan ganó el Scudetto invicto. 34 partidos, 22 victorias y 12 empates. En el encuentro que el equipo se proclamó campeón, Capello sacó a Ancelotti, con el 14 a la espalda, mediada la segunda parte, ya con 2-0 en el marcador. La fiesta por el título ya estaba preparada y Carlo tenía que ser uno de los héroes de la película. San Siro sentía que ese iba a ser su último partido en casa y le recibió con una gran ovación. La respuesta del futbolista resultó ejemplar. Marcó dos goles en un minuto. Nunca en su carrera había conseguido dos goles de una tacada. El primero de un derechazo desde fuera del área. El segundo, tras una recuperación y una conducción individual.

Cuando Capello le hizo 'un Modric' a Ancelotti en su último año como futbolista

Emocionado, se convirtió en el gran protagonista de la tarde. "Ha sido un final excitante, increíble. No me podía imaginar algo así. En 12 años nunca había marcado dos goles en un partido y lo voy a hacer el último día y en mi casa. Es la mejor despedida posible. Yo he amado este deporte, un deporte muy exigente que pide sacrificio, humildad y generosidad con los compañeros. Cuando hice el segundo tanto miré hacia la tribuna a ver si Berlusconi me ofrecía la renovación de mi contrato... Es broma. Es el momento de irse". Al día siguiente 'La Gazzetta dello Sport' tituló con grandes caracteres tipográficos en portada: "Carletto Magno". Ancelotti, adiós al Milan con dos goles fantásticos y también en primera página un artículo de su director, Candido Cannavó, titulado "El campeón nacido dos veces" en el que se glosaba el espíritu de superación del futbolista y cómo había vencido a las lesiones.

Dos días después, se celebró su partido homenaje y la fiesta por el título. San Siro volvió a abrir las puertas para despedirse de uno de los mejores centrocampistas de la historia del Milan. El rival, nada menos que la selección brasileña con todas sus estrellas. Triunfo forastero con un gol de Careca. Carlo se emocionó cuando sus compañeros le levantaron en hombros. Todavía quedaba un compromiso. El último. 24 de mayo de 1992, contra la Foggia de Zeman. Capello le puso de titular, pero le sustituyó en el descanso. "Jugué mal, me sentía extraño. Cómo sería que en el descanso perdíamos 2-1 y en la segunda parte, cuando me quitaron, ganamos 2-8".

Sacchi, su nuevo jefe, estaba en el palco para despedir al Ancelotti futbolista y dar la bienvenida al Ancelotti técnico, que en 48 horas se convertiría en su mano derecha en la Nazionale. Collina fue el árbitro de su última tarde vestido de rossonero. "No me costó tanto parar porque seguía teniendo problemas en la rodilla y además Sacchi me abrió las puertas de la selección, reconoció Carletto. "Nueve años después regresaría al Milan como entrenador. Procedente de la Juventus ya había comenzado a comprender lo que Capello le decía en su momento.