OPINIÓN

La consigna española: atacar sobre el central Kroos

Kroos, en el partido ante Dinamarca. /REUTERS
Kroos, en el partido ante Dinamarca. REUTERS

Para Alemania y España, la Eurocopa comienza este viernes a las 18:00 horas. Lo anterior ha sido calentamiento. Nada original. Nada que usted, lector, no piense y no esté ya harto de escuchar y leer. Realmente todo lo pasado ya no es noticiable. Las dos selecciones han hecho lo que tenían que hacer desde su rol de cabezas de serie. Nada del otro mundo. Ni son ya campeones ni están ya de vacaciones. Se clasificaron como primeras de grupo porque sobre el papel y sobre el terreno de juego eran y fueron superiores a sus rivales. Si se trata de sacar un poco de pecho, los de Luis de la Fuente pueden estar más orgullosos del juego que ha acompañado a su pleno de victorias. A los de Nagelsmann se les cayó un empate por el camino (Suiza) y no dieron tanta sensación de superioridad y sometimiento al enemigo como los españoles.

De la Fuente, sobre Kroos.

Ahora están los dos equipos donde querían estar. Jugándose los cuartos. España, todos sabemos cómo va a jugar. Futbolísticamente es un libro abierto. Con Pedri o con Dani Olmo, la Selección tratará de tener el balón en zonas donde pueda hacer daño. Intentará ocupar el campo contrario con dos objetivos: el primero, ofensivo y el segundo, defensivo. Llegar a posición de remate lo antes posible, sin entretenerse en dar diez pases de más, y estar cerca del área rival cuando tenga que presionar en caso de pérdida. Sabemos también que ésta es la España de los extremos que se convierten en interiores cuando se asoman los laterales. Y que el tercer centrocampista, se llame Pedri o Dani Olmo, juega más cerca de Morata. Lo mismo que Fabián flota sobre la zona de influencia de Rodri, nuestro Kaiser particular.

Defensivamente, no se pueden tener plenas garantías. El equipo, hasta ahora, no ha estado testado lo suficiente en este sentido cómo para saber cómo responderá ante un rival que ataca con seis jugadores. Dos por fuera, los laterales y cuatro por dentro. Tampoco se puede poner la mano en el fuego por cómo afrontarán los dos centrales no tener enfrente un delantero de referencia fijo. Esas idas y venidas, esos meandros guadianescos, de Havertz me dan miedo. Auténtico pavor. En el remate es capaz de fallar como una escopeta de feria, pero en sus movimientos de entrada y salida se fundamentan los desmarques de todos sus compañeros de ataque: Wirtz, Musiala y Gundogan. Sané tiene más velocidad, pero es más previsible. Controla y encara. No runrunea tanto por la zona de finalización sin una posición fija.

Niquelada España, se trata de hacer lo propio con Alemania. Ese espíritu de entrenador frustrado que uno lleva dentro le hace pensar que Nagelsmann está tramando algo para frenar esas llegadas en oleada de Lamine y Nico. El técnico alemán es consciente de que su equipo puede ser vulnerable ante dos extremos con velocidad y desborde. Ojalá no cambiara nada y continuara con esa disposición defensiva que ha mostrado hasta ahora y que ha tenido que corregir sobre la marcha en todos los partidos, menos en el primero contra Escocia (5-1), cuando el contrario, obligado por el resultado, tomaba la iniciativa del juego.

La gran sorpresa táctica de Alemania de esta Eurocopa ha sido la posición de Toni Kroos como central zurdo. Sí, central zurdo. Formando línea con Rüdiger o, indistintamente, Tah o Scholotterbeck, quien jugara. Ahí es donde ha vivido más minutos en lo que va de campeonato. Ya fuera en la fase de defensa pura y dura o en la de iniciar la salida del balón. Desde esa parcela 10x10, una docena de metros más retrasada que en el Real Madrid, ha dirigido con pulcritud el despliegue ofensivo de su equipo. Pases interiores en profundidad a la línea de tres cuartos y cambios de orientación en diagonal hacia la banda derecha donde entra machaconamente Kimmich.

En la práctica, se olvida de su banda más cercana, la izquierda, por donde vive en un piso alto el lateral zurdo de guardia. Estas son las dos maniobras más repetidas de Kroos. En las pocas ocasiones que ha tenido que defender posicionalmente hasta ahora, Alemania se ha plantado en una línea híbrida formada indistintamente por cuatro o cinco jugadores, dependiendo de que al exmadridista (qué raro suena escribirlo) le haya dado tiempo a adelantarse unos metros para ponerse a la altura de Andrich o se haya quedado enganchado como central.

Esta maniobra de pizarra de Nagelsmann para vivir de la inteligencia y la precisión de Kroos, descose el equilibrio del equipo. Se rompe en dos bloques. Andrich se queda solo en la zona del mediocentro y si el contrario imprime velocidad a sus transiciones ofensivas por esa banda derecha se encuentra con el lateral izquierdo muy adelantado y al desamparado Kroos con demasiados metros para defender. Si Alemania no cambia esa configuración defensiva, esa es sin duda la zona a explotar. Buscar y buscar a Kroos y su espalda. Dani Olmo se presenta como el jugador idóneo para esas caídas hacia la derecha. El resto debe ser cosa de Lamine Yamal. Y si no funciona: cambio de banda y que lo intente Nico.