REAL MADRID

Carlo Ancelotti desentierra el rombo: ¿qué hace especial a este sistema?

El Real Madrid viene probando un nuevo esquema en esta pretemporada.

Carlo Ancelotti durante la pretemporada. /AFP
Carlo Ancelotti durante la pretemporada. AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

El juego de posición que se instaló en el imaginario colectivo de los entrenadores y de los futboleros hace más de 15 años nos enseñó una cosa: la amplitud era innegociable. Y este concepto se conseguía con extremos abiertos, jugadores que abrieran el campo, pacientes y dóciles, que entendieran cuándo moverse, cuándo encarar y cuándo, sencillamente, esperar abiertos a recibir la pelota. Desde 2008, cuando el Barça de Guardiola capitalizó una forma de jugar, el fútbol viró hacia los conceptos que aquel equipo abrazaba. Ancelotti siempre vivió ajeno a ellos.

El Real Madrid de Ancelotti ha sido siempre un equipo que ha priorizado la intuición del jugador por encima de la pizarra. Pese a que partiese de un 4-3-3, el equipo no quería ser amplio a partir de la paciencia ni el orden, sino del desorden y el movimiento. Era llegar a un mismo punto pero por un camino distinto. En esta pretemporada, Carletto está probando un nuevo sistema que en el Madrid ya fue sinónimo de éxito bajo la tutela de Zinedine Zidane. ¿Qué tiene este esquema?

El 4-4-2 en rombo tiene una particularidad: no tiene extremos. La ocupación de los espacios es distinta a la de los equipos que sí cuentan con esos futbolistas abiertos, jugadores que ensanchen el campo y ofrezcan siempre una recepción abierta. Hay más referencias interiores, más líneas de pase, pero también más congestión. No es de extrañar que el Real Madrid de Zidane lo lograse con una constelación de jugadores excelsos en espacios reducidos, en el arte del pase y el control: Modric, Kroos, Isco, Cristiano, Benzema y un Marcelo que lo era casi todo.

Estructura del Real Madrid de Zidane en la final de la Champions League de 2017 ante la Juventus, con cuatro centrocampistas, siendo Isco la punta del rombo.  WYSCOUT
Estructura del Real Madrid de Zidane en la final de la Champions League de 2017 ante la Juventus, con cuatro centrocampistas, siendo Isco la punta del rombo. WYSCOUT

Sistema recuperado

En 2017, Zidane prescindió de Gareth Bale para meter a Isco Alarcón, dibujando un 4-3-1-2 en el que Cristiano Ronaldo abandonaría de forma definitiva la banda y empezaría a dominar como un delantero de área y pico del área demoledor. Benzema, que compensaba la poca amplitud, fue la clave para que todo funcionase. Y los laterales. Carvajal percutiendo y Marcelo desbordando permitieron que el Madrid se quedase sin bandas sin notarse.

Es un sistema anómalo porque en una época donde predominan estructuras defensivas muy juntas y que limitan los espacios de forma agresiva, tiende a situar a muchos jugadores en un mismo radio de acción. Requiere velocidad, técnica y compenetración. El rombo en el Real Madrid nace por una limitación: no existe un tercer atacante de nivel que permita prescindir de un centrocampista en un equipo que acumula hasta seis nombres de nivel mundia l. Ancelotti apuesta por este sistema para paliar un déficit y potenciar la línea del equipo en la que tiene más talento.

Vinicius y Rodrygo, dos caras de la misma moneda

El jugador que más incómodo se está viendo es a la gran estrella: Vinicius Jr. El brasileño es un extremo que necesita la línea de cal para hundir constantemente al rival y donde encuentra mayor acomodo a sus virtudes y necesidades. El nuevo sistema le aleja de esa zona, aunque no limita que pueda acudir a ella, y le exige otro tipo de recursos: giros entre líneas, aceleraciones entre muchas piernas y menos recepciones de cara. Algo que Rodrygo sí explota, pero que en Vinicius es una pequeña losa. ¿Le sale a cuenta a Ancelotti el minimizar a su jugador más determinante?

La otra cara de la moneda la representa Rodrygo, que ya en el 4-3-3 de Ancelotti venía siendo una pequeña trampa al actuar más centrado que abierto, cayendo mucho más en zonas interiores y merodeando todo el verde que descubría Karim Benzema. Es pronto, pero situar a Rodrygo más centrado y cerca del área parece una muy buena noticia para el Madrid. La gran incógnita sigue siendo ese jugador francés por el que suspira Florentino Pérez. ¿Qué sucederá si llega Mbappé?