ENTREVISTA CAPÍTULO II

Carlos Aranda: "Le decía a Raúl Bravo en la cárcel: 'Mira, a lo mejor ese es un violador, un asesino... ¿Yo qué me voy a sentar con ellos?"

El exjugador malagueño recuerda su detención por el 'Caso Oikos' y su paso por la cárcel de Zuera. "Una cárcel no es un vestuario de un equipo de fútbol".

Carlos Aranda, saliendo de la cárcel de Zuera en 2019, acompañado, por detrás, de Raúl Bravo. /EFE
Carlos Aranda, saliendo de la cárcel de Zuera en 2019, acompañado, por detrás, de Raúl Bravo. EFE
Cristina Bea

Cristina Bea

"El juego es peor que la droga. Tú tomas droga y te puedes pegar un día, dos de marcha, pero tu cuerpo llega un momento que dice hasta aquí. Las apuestas, si tienes dinero, no paras". Es Carlos Aranda (Málaga, 1980) quien lo dice en este capítulo II (tras la primera entrega). El exfutbolista malagueño fue detenido en 2019 y llevado a prisión hasta pagar la fianza, junto a su amigo-hermano Raúl Bravo, por supuesto amaño de partidos de fútbol mientras regentaba tres casas de apuestas dentro del 'Caso Oikos', una causa que hoy ha quedado archivada y sobreseída tras el auto emitido por el Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca, con el que se cierran los cinco peores años en la vida de estos futbolistas. "Raúl me dijo en la cárcel: 'Vamos a quedarnos quince días y nos bajan la fianza a la mitad'. Yo le dije que eso son quince días perdidos, que aquí no se aprende nada. La cárcel no es un vestuario de fútbol", recuerda el exjugador de Real Madrid, Albacete o Sevilla, entre otros clubes.

CASO OIKOS

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De drogas también sabe Aranda. En la primera parte de esta charla nos contó cómo su madre murió víctima de la heroína, entre otros muchos aspectos y momentos de su vida y su carrera futbolística, tras la que también se ha visto involucrado en una detención por una operación contra el tráfico de marihuana, en 2021. No rehúye hablar de ello en esta segunda parte de la entrevista ni echar la vista atrás a aquel 28 de mayo de 2019 en el que volvimos a oír hablar de Carlos Aranda, retirado del fútbol tres años antes. "Entran en mi casa veinte tíos con metralleta, con pistola, apuntándome como si yo fuera un asesino. Mi mujer en la cama desnuda y digo: '¿Pero esto qué coño es?' Si se supone que me hacéis una entrada por apuestas, ¿qué se supone que tengo en mi casa, un arsenal de armas o qué?'", relata el exfutbolista, que nos deja muchos detalles, pensamientos y anécdotas de esta experiencia. Y de otras muchas.

Carlos, hablábamos de la importancia de los psicólogos. ¿Crees que sería también necesario un asesoramiento al futbolista para afrontar su vida después del fútbol? Porque ganáis mucho dinero, pero vemos los problemas que en algunos casos afrontáis después…

Eso te lo digo yo. Yo creo que en cada club debería haber un profesional que haga una terapia en ese sentido, que te haga ver a ti lo que te va a pasar después del fútbol durante tu carrera, no cuando la terminas, porque cuando la terminas ya has terminado, pero tú cuando estás jugando al fútbol estás ganando mucho dinero. Mientras has jugado, has gastado mucho, porque has querido vivir muy bien. No has hecho las inversiones como las tenías que hacer, porque yo te digo que un futbolista que gana un millón de euros por año, mira que fácil te lo pongo, si se gasta 400.000 euros en un piso cada año y tiene 14-15 años de profesión, tiene 14 viviendas. Ese futbolista con esas 14 viviendas vive tranquilamente, y aparte tiene un patrimonio bastante grande para que a sus hijos o a él cuando le venga un problema no lo tenga. Te estás garantizando una economía para el resto de tu vida.

Te estoy hablando de lo más fácil, vivienda. Después hay muchos tipos de negocios, pero yo creo que la vivienda es el negocio más seguro para este tipo de personas porque ni hemos estudiado ni estamos preparados. Hay jugadores que han estudiado y se meten en Bolsa, eso yo lo respeto, pero las personas como yo, échalo aquí en un ladrillo. Un año. Échalo en otro ladrillo, otro año. Y al final tú terminas tu carrera con 14 viviendas. Aquí en Málaga tú tienes 14 viviendas, a una media de 1.500 euros, ¿sabes cuánto dinero tienes? 30.000 euros todos los meses. ¿Tú no vives con eso? Vives como si fueras un futbolista y aparte tienes tus viviendas que tienen un valor para el día de mañana.

"El 70% de los jugadores de equipo medio, bajo, cuando terminan el fútbol se quedan arruinados a los 7 u 8 años"

Yo creo que no están asesorados los jugadores. El 70% de los jugadores de equipo medio, bajo, cuando terminan el fútbol se quedan arruinados a los 7 u 8 años. El que ha ganado muchos millones de euros no porque no te da tiempo a gastártelos, pero el que haya ganado 10 millones de euros en su trayectoria, la mitad se lo ha gastado mientras está jugando, o más.

¿Cómo fue en ese sentido tu día tu carrera y tu día después? ¿Fuiste capaz de ahorrar algo?

Yo sí, yo tenía ahorrado, lo que pasa es que mi vida no es el dinero que yo tenía ahorrado, mi vida es qué hago. Cuando tú dejas el fútbol tú quieres seguir teniendo el mismo nivel de vida. ¿Qué pasa? Yo invierto. Yo tengo propiedades pero invierto también. Mis inversiones me salen muy bien y mi calidad de vida sigue siendo la misma, pero no gano el mismo dinero que cuando jugaba al fútbol.

Si jugando al fútbol ganaba un millón, aquí estoy ganando 200 mil, pero quiero llevar el mismo nivel de vida, y tú vas viendo que la hucha se va gastando, se va gastando, se va gastando. ¿Qué pasa? Que ahora lo veo todo diferente. Ahora llevo una vida normal y hacemos buenos ingresos. ¿Por qué? Porque ahora tú ya no piensas en ti, estás pensando en los tres que tienes debajo tuya, pero no para que ellos tengan una vida muy fácil, sino para que ellos el día de mañana, si yo tengo algún problema en mi vida, estén cubiertos y no tengan que decir: 'Mi madre tiene que trabajar y no pueda comprarme unos tenis, no me pueda comprar una Play 5, no me pueda comprar un teléfono, no me pueda comprar un ordenador, no me puedan pagar un colegio de pago para que le den una buena educación'. Al final uno ya mira por ellos. ¿Y qué hace? Apalancar para ellos nada más. (Se ríe).

Ahora estás 'apalancando', pero estoy segura de que tienes alguna gran anécdota en el plano contrario, del mayor derroche que tú hayas hecho durante tu vida de futbolista, coches aparte. Si nos lo quieres contar…

A ver, ¿derroche?, pues te lo pongo muy fácil. Irme a Ibiza y gastarme 100-150 mil euros en una semana: un barco con Raúl Bravo, cogimos un yate de Zidane, íbamos a las mejores discotecas con reservado de 15-20 mil euros por noche. Teníamos un mes de vacaciones, decíamos: '¿Para qué ganamos tanto dinero si no lo disfrutamos?' Pues si ganábamos un millón, en un mes nos podíamos gastar 300.000, además de lo que te gastabas durante el año. Nosotros hemos tirado mucho dinero. A ver, no lo hemos tirado, lo hemos disfrutado. Tirarlo es regalarlo. Yo no lo he regalado, yo lo he disfrutado. Pero la mayor anécdota es ésta, una semana que nos fuimos él y yo, los dos solos, sin nadie. Nos fuimos, nos alquilamos un yate y nos hinchamos a gastar dinero. Lo pasamos muy bien, ¿eh? También. (Risas).

Carlos Aranda, sobre el peligro de las apuestas.

No lo dudo. En esa vida después del fútbol, montas las casas de apuestas, el mundo por el que hemos oído hablar de Carlos Aranda en los últimos tiempos, por el 'Caso Oikos'.

Las apuestas, por desgracia, hacen mucho daño, y te digo que yo he apostado mucho. Yo he jugado mucho porque he tenido un salón de juego y lo he tenido a mano. Las apuestas para mí es peor que la droga. Te voy a explicar por qué. Tú tomas droga y te puedes pegar un día, dos días de marcha, pero tu cuerpo llega un momento que dice hasta aquí, ¿verdad? Si tú tienes un millón de euros, estás frente a una computadora y a toda hora hay partidos de fútbol, cuando termina el partido de fútbol hay partido de baloncesto, tú te gastas todo ese dinero, porque aunque lo ganes, al final te lo gastas. Pero lo peor de todo no es que te lo gastes, es que te cambia la forma de ser, te pone de mal humor cuando pierdes, te crea un estrés que no te lo crea nada y al final es una enfermedad que es peor que la droga. Son vicios diferentes, pero tú las apuestas, si tienes dinero, no paras. Entonces, ¿cuál es el problema de la apuesta? Que está legalizada. El día que quiten las apuestas, le va a hacer un bien a la sociedad.

"El juego es peor que la droga. Tú tomas droga y te puedes pegar un día, dos de marcha, pero tu cuerpo llega un momento que dice hasta aquí. Las apuestas, si tienes dinero, no paras"

El tema de 'Oikos', mira, está llegando a su fin. La fiscal ha pedido que se archive todo. ¿Por qué? Pues porque el problema que hay en el tema de 'Oikos' es que todos los años siempre se rumorea que hay partidos comprados. Yo no creo en los partidos comprados. Yo puedo creer en que un equipo que no se juegue nada contra otro vaya a un ritmo más flojo, pero no porque quiera dejarse perder, sino porque se tienen que ir de vacaciones. Tú ponte en el último partido de Liga, yo no me juego nada y tú te juegas la vida. Tú vas a darlo todo, yo estoy pensando en no lesionarme porque me toca dentro de un mes una pretemporada, y si termino contrato, no me puedo lesionar, porque si me lesiono no me firma nadie un nuevo contrato, y voy a bajar el ritmo porque entrenando he bajado el ritmo también. No me juego nada.

Entonces, ¿qué pasa? La gente se aprovecha de eso porque intuye que ese equipo va a perder porque no se juega nada y empieza el rumor: 'Esos se han dejado perder'. 'Se han dejado perder'. No. 'Se ha comprado el partido'. No. Lo que pasa es que en términos de palabras el ser humano dice: 'Este partido está comprado, seguro', y no es que esté comprado. Que después se han visto otros casos, ¿eh? Que en el caso nuestro de 'Oikos' nos acusan de que hemos comprado unos partidos, se supone que hemos comprado el partido del Getafe contra el Villarreal, y ese partido empatan. Entonces, ¿dónde está la gracia ahí? O sea, Valencia y Getafe.

Primero, que tienes que tener un dinero para comprar, lo que yo pienso: 24 jugadores, porque tú no compras 11 jugadores, tú compras a un equipo entero. Convence a 24 jugadores. No, 24 jugadores y de estos, otros 24, ¿vale? Yo no tengo 20 millones o 30 millones para darle ni a éste ni a éste. Porque tú para comprar 24 jugadores, los jugadores dicen: '¿Yo me voy a jugar a mi reputación, yo me lo voy a jugar todo por nada?'

El jugador querrá dinero, ¿no? Yo en mi vida me dejaba perder, pero si a mí me viene un tío y me dice: 'Déjate perder', yo tendría que pedir algo a cambio, ¿no? Y yo no voy a pedir 100.000 euros, porque tú te estás jugando estar en Primera, y tú estar en Primera son 50 millones de euros. Pues tú el pastelito que tú tienes tú también lo quieres compartir conmigo, ¿no?

"Eso es mentira. Lo de los partidos comprados eso nunca va a existir. Al final va a salir toda la verdad. Nosotros nunca hemos comprado un partido"

Por eso te digo que eso es mentira. Lo de los partidos comprados eso nunca va a existir. Yo creo que la misma policía lo han malinterpretado todo o lo han querido coger todo como les ha dado la gana para intentar demostrar que nosotros hemos comprado un partido. Al final va a salir toda la verdad. Nosotros nunca hemos comprado un partido. Yo te puedo decir que yo he apostado, ¿vale?, porque he tenido un salón de juego, pero como yo he apostado han apostado 100.000 personas, yo no era jugador de fútbol, yo puedo apostar. Yo a día de hoy, si quiero, mañana me voy a un salón y apuesto con mi DNI. A mí nadie me puede prohibir que yo apueste. ¿Sabes cómo me lo puedes prohibir? Prohibe las apuestas, que es el consejo que yo les doy, pero claro, aquí nadie va a prohibir las apuestas porque, ¿quién es el primer beneficiado? El Estado. El tabaco. ¿Es malo el tabaco? La droga es mala. ¿A que la droga la prohíben? El tabaco también es malo, ¿verdad? ¿Por qué no lo prohíben? Porque pagas un 75% de impuestos y el Estado se lleva un 75% de impuestos. La apuesta pagas un veintipico también. Son cosas que no se va a prohibir nunca y no sabes el daño que le está haciendo a la sociedad, tanto el tabaco como las apuestas.

Hazlo como la droga, prohíbelo igual. Al que haga esto, mételo en la cárcel, como al que coges con drogas. Para mí es el mismo daño que hacen. Y se cargan familias, el juego destroza familias. La droga destroza familias, el juego destroza familias. El tabaco no, pero es muy adictiva también. Es malo, pero no te mata en el momento, te mata a los años.

Pero es lo que te digo, que son cosas donde todos se benefician y no les interesa quitarlo. ¿Qué es más fácil? Pues coger a un grupo de chicos como Raúl Bravo, como yo y decir: 'Bueno, venga, vamos a por estos y a pagar esto'. Al final se va a demostrar que nosotros no hemos hecho nada, porque se va a demostrar que no hemos hecho nada, pero el daño ya nos lo han hecho. A mí me jodieron mi vida. Yo tenía salones de juego, yo tenía negocio y lo tuve que quitar todo, me bloquearon mis cuentas… Y ya llevamos para cinco años…

Vamos a hacer un poco una retrospectiva. ¿Cómo recuerdas el 28 de mayo de 2019 en el que os detienen? ¿Cómo fue?

Pues desagradable, porque entran (resopla) como si yo fuera un asesino a mi casa. Entran veinte tíos con metralleta, con pistola, apuntándome. Mi mujer en la cama encuera y digo: '¿Pero esto qué coño es?' Si se supone que me hacéis una entrada por apuestas, ¿qué se supone que tengo en mi casa, un arsenal de armas o qué? Si tú pegas en mi puerta y yo te voy a abrir y te voy a decir: 'Registra lo que te da la gana'. Es más, entraron a mi casa y no encontraron ni cinco euros. Yo no tenía ni cinco euros en la casa. Entonces, ¿tú qué me quieres acusar, de blanqueo de capital? ¿Pero en qué te basas en blanqueo de capital? ¿En qué te basas en apuestas, en que yo diga en un coche, en un micro: 'Apuéstame 10.000 euros a este partido porque creo que está hecho?' Pues porque está hecho, es una forma de hablar que tenemos los que nos dedicamos a este negocio de las apuestas, pero eso no significa que el partido esté comprado. Eso está hecho es que uno no se juega nada, como el Villarreal, no se jugaba nada y el Getafe se jugaba la vida y empataron. Yo perdí los 10.000 euros.

Carlos Aranda, con Relevo, sobre el día de su detención. RELEVO / SALVA FENOLL

Entonces, ¿ahora tú de qué me acusas? Yo llamo a mi tía y le digo: 'Méteme 10.000 euros', pero yo los he perdido. Entonces, yo compro un partido que he perdido, ¿no? Porque más claro, está grabado… Entonces, ¿qué pasa? Ahí, yo qué sé, tienen tantas ganas de destapar un mundo que no lo van a poder destapar nunca en la vida. ¿Por qué? Porque ningún jugador va a poner la mano ni ningún jugador se va a sentar con nadie para negociar dejarse perder, porque a la vista está que todo sale a la luz, y lo poco que ha salido la luz se ha demostrado que no han podido hacer nada.

Lo único que recuerdo de eso es una mala experiencia, porque no nos trataron bien. Me metieron en comisaria aquí aislado, de aquí me llevaron hasta Zaragoza en un coche, esposado dentro del coche, me metieron en una comisaría en Zaragoza, que menos mal que me sacaron de ahí y me llevaron a otra. Y el daño que nos han hecho a las familias. Ya a mí que me hagan lo que quieran, ¿pero a mi familia? Salir en la tele, en Telecinco, cada dos por tres. El presentador de Ana Rosa, ¿cómo se llamaba?

Joaquín Prat.

Yo le tuve que mandar un mensaje a él, porque decía que yo me había enfrentado a la Policía, que yo... ¿Sabes lo que hice? Cogí, le pedí a mi abogado el atestado de la Policía y se lo mandé. Le digo: 'Aquí tienes lo que ha escrito la Policía de mi detención', y vio que todo era mentira, lo tuvo que desmentir. El hombre no pudo decir que yo había sido el que se lo había mandado, que se lo había mandado alguien anónimo, pero fui yo. Lo llamé por teléfono. No, me llamó él a mí. Le digo: 'Mira, estáis haciendo mucho daño a mi familia. Ni somos delincuentes ni traficamos con droga ni yo me he peleado con la Policía ni a mí me han cogido droga ni dinero en la casa'. Le mandé el atestado entero y el tío tuvo que desmentirlo todo, y el tío me dijo: 'Cuando tú termines esto y salgáis absueltos, te quiero invitar a mi programa para que tú puedas expresarte'. Pero yo le dije que yo no iba a ir a ningún lado, que el daño ya me lo habían hecho, ¿yo ya qué iba a solucionar? Ya no podía solucionar nada.

Y estuvimos así dos meses en la tele. Y pum y pum y erre que erre mi familia, y metiendo a toda mi familia. Me hicieron un árbol genealógico, ¿tú te puedes creer? Poniendo a mi tío, a mi primo, a mí, a mis amigos. ¿Qué tienen que ver ellos? Ellos no tienen nada que ver con esto. Nos hicieron mucho daño y ese daño es irreparable. ¿Qué haces? Pues aprendes de ello y ya está, no te queda otra. A esperar que se haga el juicio o que se termine esto, porque esto no hay por dónde pillarlo, porque creo que ha salido que la fiscal ha pedido que se archive todo. Y si se hace el juicio, que se haga ya, que terminemos con esta mierda en verdad y seguir para adelante la vida.

Te sorprende lo del árbol genealógico, Carlos, pero hablábamos de tu tío Salvador y sus problemas delictivos, en tus audios sale tu tía Maca…

Es que mi tía era la encargada del salón. Yo le digo que haga una combinada Valencia-Getafe y que le meta 10.000 euros. Valencia gana y Getafe empata y pierdo los 10.000 euros. Ellos me estaban haciendo un seguimiento y sabiendo que yo había perdido el dinero, me detienen.

Te detienen, os llevan hasta tres calabozos antes de meteros en la cárcel de Zuera (Zaragoza). La parte buena es que estuvisteis juntos, ¿no?, y que apenas estuvisteis unas horas.

No estuvimos ni 24 horas. Para mí también se portan muy mal en los juzgados con nosotros, porque ahí habíamos no sé cuántos detenidos, todos por la misma causa, y a todos les dejan salir y pagar la fianza y a nosotros nos dicen que tenemos que entrar en la cárcel y que cuando la paguemos, desde dentro, salimos. Entonces, es algo que dijimos: 'Pues no entendemos esto', porque aquí estábamos todos por el mismo caso, estábamos todos por iguales.

A ver, la experiencia fue desagradable. ¿Por qué? Porque mi mujer se tuvo que quedar allí un día más porque yo iba a pagar la fianza pero ella no tenía ningún poder mío para utilizar mis cuentas, la mujer de Raúl sí. ¿Qué hizo Raúl? Me pagó mi fianza él. Él pagó mi fianza. Su mujer me pagó mi fianza y yo cuando salí se la pagué a él. Pero bueno, tampoco fue… Estuvimos un día, ¿qué más da un día que otro? Encima, nos trataron muy bien. Lo mismo que aquí en Málaga me trataron muy mal, en Zaragoza me trataron fenomenal.

Hace unos meses cuando hablé con Raúl me contó un detalle muy bonito, que él le dijo a su mujer que no pagara su fianza hasta que no se pagara la tuya también, que de allí os ibais juntos.

Es que él no se iba si yo no me iba, y yo le dije a Raúl: 'Vete y tú desde fuera me puedes sacar. Si tú no te vas, no voy a (salir)…' Y él dijo: 'Yo no me voy hasta que tú no te vayas'. La mujer le dijo: 'Ya te he pagado la fianza'. Se pone: ¿Y la de Carlos? La de Carlos no'. 'Pues o la pagas o yo no me voy de aquí'. Y ella fue y pagó mi fianza. Y no se iba, y yo le dije que se fuera, que él era el que me podía sacar, si él no se va, no me puede sacar. Pero él me dice: 'Es que mi mujer también te puede sacar, porque tiene el poder para utilizar la cuenta'. Y la verdad que fue un detalle muy bonito. Raúl para mí no es un amigo, Raúl es como si hubiésemos salido de la misma madre, pues igual, y es algo que siempre será así. Nunca he tenido problemas con él. He discutido mucho con Raúl, pero tenemos discusiones que no nos guardamos rencor. Yo puedo discutir por él lo que quiera, pero es una discusión que lo arreglamos sin arreglarlo, que a los cinco minutos nos llamamos y es como si no hubiésemos discutido.

Aranda, sobre sus días en la cárcel junto a Raúl Bravo.

¿Alguna imagen que recuerdes de aquellas horas? Raúl me explicó cómo le dijiste que pidiera una pastilla para dormir, que no iba a poder dormir esa noche.

Claro, porque allí cuando entras te ofrecen un relajante muscular, porque es el primer día, para dormir. Le digo: 'Raúl, coge la pastilla porque nos va a venir bien, porque aquí vamos a estar dándole vueltas…' Tú imagínate, tú estás en tu casa con tu buena cama y allí un colchoncito así… Pero bueno, la verdad es que nos la tomamos y dormimos de puta madre, porque nos levantamos a las siete de la mañana.

"Raúl me dijo en la cárcel: 'Vamos a quedarnos quince días y nos bajan la fianza a la mitad'. Yo le dije que aquí no se aprende nada. La cárcel no es un vestuario de fútbol'"

A ver. Allí la anécdota es que Raúl, donde entra, es un tío muy positivo. Vamos, que Raúl me dijo: 'Vamos a quedarnos quince días y nos bajan la fianza a la mitad'. Le digo: ¿Que yo me quede aquí quince días? Eso son quince días perdidos. Tú aquí no vas a aprender nada', le digo (se ríe). 'A mí con un día ya me vale. No, Raúl. Que aquí no se aprende nada'. A ver, Raúl entra a la cárcel y se piensa que está en un vestuario, se pone a hablar con todo el mundo, y yo no, yo entro a una cárcel y no hablo con nadie porque no conozco a nadie. Yo soy más cerrado de mente que él. Él es más abierto en ese sentido, yo no. Entonces él dice: 'Tío, estás amargado'. '¿Tú dónde te crees que estás? Estoy en la cárcel, que yo no estoy…' El tío estaba en la cárcel como si estuviera en la calle. 'Qué va, mira, eso nos vamos al gimnasio, nos ponemos a hacer un taller…' Le digo: 'Sí, todo muy bonito, pero yo ahora mismo estoy pensando en mi familia, en mis niños, olvídate, no me calientes la cabeza'.

Y se sentaba con uno, se sentaba con otro y yo decía: 'Raúl, ¿pero tú qué haces con esos hablando? ¿Tú los conoces de algo?' 'Son compañeros'. '¿Qué compañeros? Ése a lo mejor es un violador'. Y así era, porque estábamos en un módulo de respeto. En un módulo de respeto hay gente que te refugia. Le digo: 'Mira, a lo mejor ése es un violador, es un maltratador, es un asesino… ¿Yo qué me voy a sentar con esa gente? Yo no me siento con nadie de aquí hasta que yo no sepa cuál es su causa y el por qué están aquí, yo no me siento con nadie', y eso él no lo entendía. Él decía que éramos compañeros. Y le digo: 'Que aquí no hay compañeros. Tú estás muy equivocado. La cárcel no es un vestuario de un equipo de fútbol, porque mañana vas a tener un problema y te crees que es tu amigo y ése no es tu amigo, a ése tú lo acabas de conocer ahora mismo'.

Ahí yo tenía un poco más de experiencia por mi familia que él. Yo le intentaba inculcar que él no podía hablar con todo el mundo en la cárcel. Y ahora él se ponía a hablar con los funcionarios. Le digo: 'Con los funcionarios no hables, porque hablar con un funcionario es decir: 'Éste es un chivato''. Digo: 'Tú, ve recto, te sientas, tranquilo. ¿No estoy yo? Pues tú estás conmigo. Estás conmigo y nosotros cuando vayamos conociendo la gente, de qué va cada uno… Pero es que no nos va a dar tiempo, que nos vamos para la calle, que si no nos vamos hoy nos vamos mañana'. Una cosa es entrar en la cárcel sin saber cuándo te vas, pero nosotros entramos sabiendo que nos íbamos a ir.

Sabías más de la cárcel por tu familia, porque tu tío había estado en prisión…

Yo iba mucho a verlo y entraba al módulo, y la verdad que no era una buena experiencia. Yo viví nueve meses de mi tío en la cárcel y yo por lo que hablaba con él, por lo que él me contaba, yo más o menos sé cómo hay que estar en una cárcel. En la cárcel hay que estar sin meterte en problemas, porque tú lo que quieres es salir de ahí, ya está. Si tú haces relación con todo el mundo, todo el mundo al final no es igual, y hay gente que se levanta un día más con el pie torcido y no puedes hablarle con la misma alegría que le estabas hablando el día anterior, porque tiene sus problemas en su casa o sus mismos problemas en la cárcel. Entonces yo eso se lo intentaba inculcar a él, pero él es muy cabezón y él decía que eran todos compañeros. ¿Y yo qué hacía? Él se ponía a dar vueltas por ahí, yo me sentaba en un banco. 'Ven, ven'. 'Yo no voy a ningún lado'. Y hasta que me enfadé con él. 'A mí me dejas tranquilo. Tú te quieres ir con quien te quieras ir, te vas, pero a mí me dejas tranquilo aquí'. Y ya él se sentó conmigo. 'Vale, vale, vale. Pues ya está'. Y digo: 'Y deja de hacer el gilipollas porque me vas a meter en un lío. Cualquier tonto de estos te va a decir algo y me vas a meter en un lío. Vamos a estar tranquilos. Vamos a estar los dos tranquilos. Aquí nadie nos va a decir nada'.

La verdad que se portaron muy bien con nosotros. Nos hicieron sentir como si no estuviéramos en la cárcel, y es algo que siempre lo vamos a agradecer nosotros a la gente de Zaragoza. Yo ya sabía que la gente de Zaragoza era buena, porque estuve jugando allí, pero el trato que recibimos es que no tiene nada que ver con el que recibimos aquí. Aquí nos trataron muy mal. Sólo de la manera que nos entraron a la casa. Yo les dije: '¿Tenéis que maltratar psicológicamente a una familia cuando podéis entrar sin armar jaleo?' Es que yo nada más que entraron les dije: 'Bajad las armas, que aquí no hay nada. Bajadlas, haced el registro, que venís con la agente judicial, la secretaria judicial, haced el registro, pero hay gente, está mi mujer aquí que no está acostumbrada a estas cosas'. Y ya está.

Dices «y ya está», pero no está, porque en 2021 te detuvieron en una operación contra el tráfico de marihuana en la provincia de Málaga, la 'Operación Chaparro'.

Ahí nos meten en un tema de marihuana, porque el problema que tenemos aquí es que… A ver, yo vivía aquí en mi casa en Miraflores y yo me junto con todo tipo de personas, entonces, ¿qué pasa? Yo tengo gente alrededor que van por un camino y yo ahora me he desviado y voy por mi camino. Hoy en día sentarte con alguien a comer y que te hagan cuatro fotos, si esa persona se mete en un lío, tú te has metido en el lío, porque aquí mi familia está muy mal mirada y yo soy uno de los peores. ¿Por qué? Porque soy jugador de fútbol y no es lo mismo que te detengan a ti a que me detengan a mí. A mí me detienen y sales en todas las portadas de los periódicos. A ti te detienen, te han detenido, te meten, sales para afuera y no se entera nadie. Entonces, yo llamaba mucho la atención.

Pero bueno, es un caso que está abierto, ahí no te puedo contar mucho, no por nada, sino porque estamos esperando que se haga el juicio e intentar arreglar las cosas porque yo creo que ahí nosotros vamos a salir, si Dios quiere, bien parados, porque realmente no tenemos nada que ver. Pero bueno, como es una cosa que está abierta, no te puedo dar una información que yo tampoco lo sé, porque eso lo sabe mi abogado realmente. Yo cuando esto salga adelante, si quieres, te vienes un diíta, te invito a comer y te lo cuento todo.

Me parece bien. Y con Raúl, los dos juntos, cuando tengáis claro cómo queda el 'Caso Oikos'.

Y hacemos algo guapo.

Hecho. Tienes dos casos abiertos, entonces, dos procedimientos judiciales.

Sí.

¿Te pesa de alguna manera en el día a día? ¿Te afecta?

No, no me afecta. ¿Sabes por qué? Porque yo para eso soy muy positivo. Yo lo que venga, que venga, sea bueno, sea malo. Porque yo estoy acostumbrado a todo: yo me he criado sin padres, que no hay algo más duro que eso. Porque el que tú tengas un problema cuando tienes 11 años y tú veas a tus primos que todos tienen el apoyo de sus padres y que tú no… Aunque tengas tus abuelos, tus tíos, al final ellos tienen sus niños, pero yo no he tenido eso. Mi mujer siempre me dice: 'Pero es que tú no sufres por nada'. Y le digo: 'Yo sí sufro, por mis niños'. A mí sólo me puede hacer sufrir en la vida mis niños y mi mujer a día de hoy.

A mí me vienen mañana y me dicen: 'Mira, tienes que estar condenado', aunque no sea justo. Ha habido una muerte, ¿vale?, y te echan la culpa a ti y me dicen: 'Tienes que estar condenado 20 años'. ¿Sabes lo que le digo a mi mujer? 'Nos han venido las cosas así, no queda otra. Es injusto, pero hay tantas injusticias en la vida que las tienes que aceptar. Y yo me voy, me presento en mi cárcel y me pego mis 20 años, aunque no haya hecho nada. ¿Por qué? Porque te ha venido la vida así. Es que no puedes hacer nada. Tú tienes que luchar para demostrar que tú no has hecho nada, pero si te viene, como yo le digo, te tienes que aguantar. Esto es lo que hay en la vida. La vida nos da cosas buenas y cosas malas, las buenas las disfrutas y las malas las tienes que aceptar. Entonces yo le digo: 'Mira, si el 'Caso Oikos' el juez se vuelve loco o se inventan cualquier cosa y quieren ir a por mí y me quieren meter preso, no puedo hacer nada. La marihuana, ¿me quieren meter preso? No puedo hacer nada'.

Es que yo no puedo hacer nada contra eso, es lo que te quiero decir. Yo tengo ahora mismo un primo en la cárcel que no ha hecho nada, que se peleó en un campo de fútbol con un delantero. Él era central, se pelearon. Un gilipollas de la grada saltó y le pegó una puñalada al chico sin saberlo, porque eso no puede estar planeado, porque si yo estoy jugando y te hago una entrada, el delantero se revuelve, me pega un cabezazo, nos liamos a puñetazos, que salte uno de la grada y le meta una puñalada al chico, mete 15 años al chico en la cárcel, no que está mi primo ahora en la cárcel porque decía que él lo aguantó para que el otro le pegara la puñalada. Pero vamos a ver, ¿cómo va a saber él que se va a pelear con una persona que ni conoce? El chico que ha pegado la puñalada se ha presentado en el juicio, ha dicho que ha sido él, que ese chico no tiene nada que ver, que él fue y que había un barullo en la pelea y él cogió un cuchillo y le dio la puñalada y casi se carga al tío, pero él mismo te está diciendo que ha sido él.

El entrador de los niños, el de mi primo, era un juez de Málaga. Declaró que el niño no tenía nada que ver, y qué va, les dio por el niño y ha tenido que llegar a un pacto: ha pagado 80.000 euros de responsabilidad civil al chaval, lo ha tenido que pagar mi tío, y encima cuatro años de cárcel. Está en Granada, que lo estamos intentando sacar en tercer grado. Le digo: '¿Lo ves? Ahí tienes la prueba. Ese chico es inocente y está en la cárcel'.

Después, tengo otro tío mío que hicieron un trabajo de chocolate y él no estaba. Que anteriormente a la mejor había estado, pero ese día no estaba y la Policía le dijo al moro que si lo culpaba él, le rebajaban la condena, pues lo culpó.

Y tú ahora piensas en ti y, ¿ves un nuevo Carlos?

Sí. Más que nada por mi familia, por mis propios niños, porque quiero que ellos vean una figura diferente a lo que se podrían haber encontrado si hubiesen nacido antes, cuando yo era más joven. Yo quiero que ellos vean que yo hago mucho esfuerzo en trabajar, en hacer las cosas bien. Yo quiero que ellos vayan cogiendo valores míos, porque al final los niños quieren copiarte. Si tú haces una vida gamberra, el niño quiere ser un gamberro. Si tú haces una vida laboral, el niño al final te va a copiar, porque ellos quieren copiarte, y mis niños son muy de copiarme a mí. Entonces, al final yo quiero que ellos vean que sus padres son personas que se esfuerzan en su educación y se esfuerzan en que ellos estén bien en todos los sentidos, que es lo que yo no he visto.

Donde te críes y con quien te juntes, vas por ese camino. Si tú te crías en un entorno turbio, como yo le llamo, lo normal es que tú vayas por un mundo turbio. Si tú te crías con gente que no va por ese mundo, que es de otra clase en el sentido de educación y de estudios, de buenos colegios, es más difícil que lleguen allí. A ver, los niños hacen después lo que quieren, pero bueno, la base por lo menos tú se la pones a ellos, ya después ellos eligen el camino que quieren en su vida. A lo mejor te salen peor que yo, pero tú intentas hacer que el camino lo cojan diferente.

¿En qué ha quedado tu vinculación con el fútbol y con las apuestas? Raúl me reconoció que apenas ve partidos de fútbol.

¿A mí es que sabes lo que pasa? Sólo veo el Madrid, porque para mí el Madrid es como si fuera una parte de mi familia también, pero a mí el fútbol es que no me gusta ya. Tú me das una pelota y es que no tengo ni ganas de hacer dos toques. Yo he acabado como Raúl, hemos acabado tan asqueados de todo esto, y lo hablamos mucho, que no… El tema apuestas al final, si tú vendes los salones, ¿tú ya para qué quieres seguir con eso en verdad? Es algo que está fuera de mi vida, ahora mi vida está centrada sólo en los negocios, en trabajar duro ahora porque tengo unos años para trabajar duro, que tengo energía, y que el día de mañana podamos decir: 'Mira, estamos bien cubiertos todos, los niños también', e intentar disfrutar también de la vida, porque la vida estamos aquí y mañana no sabemos dónde estamos. Lo que intentamos es disfrutar, viajar y ser felices.

¿Y el tema de la drogadicción, Carlos? Lo que viviste con tu madre, ¿qué relación te ha generado a ti con el mundo de las drogas?

Yo gracias a Dios no he probado nunca nada de drogas, no he tocado ni un cigarro con mi mano. Yo lo que son esas adicciones lo he rechazado porque yo he visto a mi madre morirse por eso y es algo que yo lo tengo dentro siempre y no lo quiero ni ver. Es algo también que le quiero inculcar a mis niños. Yo quiero que lo que me ha pasado con mi madre a mí, ellos también lo vivan, que no tienen a su abuela por esto y eso no hay que tocarlo, ni hay que tocarlo ni hay que consumirlo, hay que estar lejos de eso. Es algo que a mí me echa mucho para atrás.

Pues podríamos seguir hablando de vida y de fútbol, pero lo dejamos aquí por esta vez. Sólo una última cosa que se me quedó en el tintero cuando hablamos del Madrid. ¿Es verdad que te burlabas de Iker Casillas y el coche que llevaba en aquella época?

Sí. Pero no yo, todo el vestuario.

¿Qué coche era?

Llevaba el coche del padre, era un Renault de estos antiguos, y el tío ganaba… Madre mía, a Casillas le cuesta gastar. Pero es muy buen tío, ¿eh? Una cosa no quita la otra.

Y tú llevabas un Audi TT.

Sí.

Que conducías sin carnet…

Sí. (Sonríe y asiente).

Has sido un pieza, ¿eh?

Sí.

¿Has sido o eres?

No, ya no, ya no, eso ya no. Es verdad que ahí, cuando yo iba con el Audi TT, no es como ahora, ahora tú no puedes ir sin carnet porque te meten en la cárcel. Ahí no, ahí te ponían una multa y ya está, también lo tengo que decir que era por eso. Yo a día de hoy no haría eso, porque hoy te paran tres veces sin carnet y vas a la cárcel. Y lo veo bien también, porque yo creo que hay que ser responsable, pero ahí yo no era responsable.