El Barça asusta en su pase a semifinales de Champions con un bailecito y pique de golazos

El Barça siguió sin rival en los cuartos de final y firmó el pase a las séptimas semifinales consecutivas en la Champions. Casi nada. Tras el mal trago en el Clásico de Liga F (derrota por 3-1), el equipo azulgrana se reencontró consigo mismo en un partidazo ante un Wolfsburgo que preocupa. Por su falta de resistencia y nivel, las alemanas mantienen el aroma a vieja gloria y se despiden con mala imagen de este torneo. El cuadro culé amplió, aún más, la ventaja de la ida (4-1) y cerró su pase a las semifinales europeas, donde se medirá a Chelsea o Manchester City.

Con Salma Paralluelo en modo jugona y un recital de jóvenes como Claudia Pina, Vicky López o Brugts, el Barça campó a sus anchas por un partido que dominó, de forma aplastante, de principio a fin. Un doblete de la extremo maña y otro gol de Brugts, que asistió a Salma y dibujó el 3-0 antes del descanso. Así, las de Pere Romeu hicieron pronto los deberes y terminaron de gozarlo con una segunda parte llena de golazos de Pina. Ahora, le hacen los ojos chiribitas a dos partidos de estar en la final de Lisboa, como vigente campeón europeo.

El Barça se presentó en el partido con mal cuerpo, tras la derrota en el Clásico de Liga F, pero con ganas de volver a su dominio y cerrar una eliminatoria en la que tenía todo a su favor. Por ello, el equipo azulgrana quiso salir a disfrutar, con el foco en las molestias de Graham Hansen y un once en el que fue a por todas.

Las de Pere Romeu salieron en modo arrollador y solo tardó diez minutos en tumbar con un derechazo al Wolfsburgo. Recuperó alto el conjunto culé y Aitana Bonmatí filtró entre líneas para que Salma Paralluelo hiciera magia. Un disparo cruzado, muy fuerte e imparable por la portera. 1-0 . La extremo de Zaragoza volvió a aparecer en el área diez minutos después para ampliar la ventaja y protagonizar una celebración con cierta marcha. Un bailecito con sus compañeras Vicky López y Jana Fernández.

En cuanto al gol, fue una jugada impoluta. Combinación de Vicky y Salma, pase en profundidad de Alexia, se desmarca Brugts y la neerlandesa la pone para la atacante culé, que define sin dudas. La cosa siguió en esta línea y repitió uno de estos nombres: Brugts. La lateral del Barça cazó un rechace de la defensa alemana para protagonizar un potente disparo. Golazo para marcharse con la mayor de las sonrisas al descanso.

Y por si a algunos le pareciera poco, la segunda parte también tuvo su aquel. Porque quedaban goles (o golazos) que esperaban su turno en el banquillo. Y esa impaciencia tenía nombre y apellidos: Claudia Pina. La atacante catalana, que ha superado una reciente lesión, demostró su buen idilio en la Champions y apenas tardó cuatro minutos en dejar a todos boquiabiertos con un auténtico golazo desde la frontal.

Le dio tiempo al Wolfsburgo a, como hizo en la ida, manchar el partidazo del Barça con un sonrojante gol. Se durmieron las azulgranas en una salida de balón y Beeresteyn cazó el rechace de Cata para trazar el 4-1. La atacante neerlandesa acababa de entrar en el terreno de juego y fue llegar y besar el santo.

El correctivo fue para tomar nota. Porque su efecto en el partido fue mínimo. El Barça continuó en modo apisonadora y Pina quiso mejorar su anterior golazo. La catalana ha vuelto de dulce y dejó un exquisito golpeo en una falta en la frontal para mandar la pelota a la red tras golpear en el palo. Las manos a la cabeza.

Por si fuera poco, apareció Mapi León para hacer de las suyas y complicar el casting al golazo del partido. Otro maravilloso disparo de falta para que los hinchas culés abrieran más los ojos. Y un 10-2 en el global de una eliminatoria que se cerraba como empezó: superioridad aplastante del Barça ante un Wolfsburgo que no es lo que era y pase atado a semifinales de la Champions. Con esa sensación de quien hace fácil lo que hasta ahora era difícil.