¿Por qué el FC Barcelona ha remontado? Las claves de una remontada épica

El cambio de mentalidad, la calidad y determinación de Graham Hansen, el olfato de Patri y el centro del campo.

Patri Guijarro celebrando el gol. /AFP
Patri Guijarro celebrando el gol. AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

El único riesgo de repetir hasta la saciedad que son las mejores es que lo asuman de la forma que no es, una que imposibilite reaccionar cuando el talento no sale a relucir, o cuando no tienes el día y el rival, como hizo el Wolfsburgo en el primer tiempo, te hace pagar doble cada mínimo despiste. Pero el FC Barcelona de Jonatan Giráldez  entiende su superioridad de una forma humilde, como si cada día tuviesen que volver a demostrarlo. Y al final, el fútbol, va de esto. Y nadie es mejor cuando se entesta que tiene que demostrarlo.

El primer tiempo del Barça en Eindhoven no fue tan mal como el resultado indicó (0-2), pero sí evidenció dos lagunas que cuestan finales: nula efectividad en sus llegadas y una mala gestión de la pérdida que las exponía en cada transición de las rivales. El resultado, sumada a la última final ante el Lyon, no ayudaban a las de Giráldez. Pero es ahí, frente al abismo, cuando uno recuerda por qué son las mejores. A su nivel, nadie les tose.

¿Qué le queda a Patri Guijarro?

Patri Guijarro lleva tiempo siendo la mejor mediocentro del mundo, quizás tanto y a tal nivel, que decidió demostrar que de interior también es capaz de trasladar su dominio, con y sin balón. La final de Eindhoven evidenció que, a su habitual capacidad para mover los hilos y juntar a las suyas, tiene una llegada que vale oro: suyos fueron los goles que marcaron el cambio de tendencia, con dos llegadas de segunda línea, como la ausente Alexia Putellas suele hacer. Como si pretendiera homenajearla después de sus palabras, Patri se vistió de casi todas sus compañeras.

 No hay muchas más jugadoras que transmitan esa personalidad, casi excesiva, con sus intervenciones. Siempre en un segundo plano, los goles sirvieron para señalar su trabajo en los últimos años, uno al que nadie le puede negar su valor y dificultad, manteniendo el equilibrio en un equipo que casi siempre está atacando. Eindhoven es, y será ya para siempre, la final de Patri Guijarro.

Aitana y Graham Hansen desde el desborde

Aitana y Graham Hansen son, junto a Mapi León, las dos futbolistas más diferenciales que Giráldez ha sacado en el once titular. La primera es el cerebro pensante del equipo, la que pone pausa y calma cuando el nervio agarrota. Sin ser su mejor partido, apareció en la base para calmar las aguas y añadió ese punto de último pase en el contrario, escondiendo y manejando la pelota como ninguna otra. El carril central, pese a los intentos de Oberdorf, fue suyo. En el segundo tiempo y ante el precipicio, Aitana exhibió una grandeza que la acompaña con naturalidad: fue la líder porque no cabía más opción. Desde el juego. La jugada del 2-2, para el recuerdo del aficionado.

¿Y quién pone el desborde en el equipo de los pases? Graham Hansen, la extremo que no quiere focos, que regatea pero pide el aplauso para quien recibe el pase, fue la que, con su maravilloso quiebro, facilitó el primer tanto, el que decantó la balanza. Firmó un 7/10 en regates, dejó cuatro pases de gol y nadie la pudo frenar en un segundo tiempo en el que el equipo entendió cómo potenciar sus recepciones. Es una jugadora que nunca pide el cetro, sino que obliga a quien la ve a dárselo; su superioridad en el uno para uno y el último gesto obliga a ponerle la mayor de las etiquetas.

Mención especial para el trabajo de pizarra de Jonatan Giráldez. Supo corregir en el descanso sin tirar por la borda lo positivo del primer tiempo, abrió la posición de Mariona Caldentey para que pudiese tener mayor impacto en la circulación y el Wolfsburgo se abriese, y la velocidad de Salma Paralluelo fue un activo para fijar y desordenar a las centrales. "Plan de partido claro", repitió el técnico en varias ocasiones. Y así fue.

El equipo de Giráldez tuvo que verse desnudo y cayendo para volver a impulsarse. Sus jugadoras, fantásticas y con personalidad, desposeídas de sus atributos para recordar por qué todo el mundo las mira con orgullo. Nos recuerdan que este deporte es, en el fondo, una cuestión de personalidad. Y la personalidad con talento es la fórmula (casi) perfecta. Cuando la luz se apaga, ellas han demostrado saber siempre dónd está el interruptor. Se saben todos los escape room de memoria.