BARCELONA 1 - PSG 4 (4-6)

La noche más aciaga de Araujo pudo ser su última de Champions con el Barça

El uruguayo, que fue cara y después cruz, no tiene el futuro asegurado como blaugrana.

La acción en que Araujo desequilibra a Barcola y acaba en expulsión./AFP
La acción en que Araujo desequilibra a Barcola y acaba en expulsión. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Ronald Araujo fue cara y después cruz. De su bota derecha nació el gol de Raphinha, alimentado por el desequilibrio de Lamine Yamal. Minutos después, una pérdida suya propició el contragolpe que llevó al uruguayo a mandar al suelo a Barcola. Fuera una acción más o menos propensa a ser señalada, la expulsión dejó en el ambiente -jugadores, cuerpo técnico y hasta afición- una sensación de que a pesar de tener que recibir tres goles del Paris Saint-Germain para caer eliminado, sería algo difícil de evitar.

Araujo, que se abrazó a Xavi para celebrar el gol de Raphinha, se fue del campo haciendo el gesto de robar. A nivel futbolístico y emocional, las derivadas de la roja fueron devastadoras para los blaugranas. En lugar de pedir cabeza, el equipo se tiró de cabeza hacia sus miedos. Araujo, del mismo modo que apenas pudo analizar las consecuencias de derribar a Barcola, tampoco reparó en que podría haber sido su último partido de Champions con el Barcelona.

Que el uruguayo puede abandonar el Barça a final de temporada es algo que ninguna parte esconde. "Depende del club", aseguró el central recientemente. Y desde la institución deslizan que su marcha, dolorosa, es una opción más que real. Los más o menos 80 millones que podrían ingresarse con una hipotética venta son demasiado golosos. Más después de no haber ingresado -que no perdido- dinero por el pase a semifinales o la clasificación para el último invento de la FIFA: el remodelado Mundial de Clubes.

Las consecuencias emocionales y futbolísticas de la expulsión

En una encuesta a posteriori, la grandísima mayoría de los que votasen hubieran optado por dejar chutar a Barcola que mandarlo al suelo. En décimas de segundo, Araujo tomó una decisión trascendental. Hipotecó una vida entera. "Dale al portero la oportunidad de pararla, o incluso dales el gol. Quedarte con 10 te mata", 'recriminó' Gündogan todavía en caliente. El impacto emocional fue instantáneo y el equipo fue perdiendo poco a poco los nervios hasta verse fuera de Europa. Lo de París había sido demasiado bonito como para ser verdad.

Pero lo de París también fue la muestra de lo que el Barça podía ser. En defensa, Araujo es la mejor cobertura para Koundé. Un Koundé que minimizó el impacto de Mbappé durante toda la eliminatoria. Y aunque Kylian pasó de puntillas los cuartos, con menos peso que Barcola o el propio Dembélé, con sus dos goles en Montjuïc evidenció que tiene el aura de un futbolista capaz de decidir encuentros sin haber dejado huella antes. Por este motivo, la baja de Araujo, como ya lo demostró su duelo con Vinicius, pesó doblemente.

Luis Enrique comenzó a ganar en la pizarra antes de la expulsión

"Con la igualdad que hay en el fútbol, jugar 11 contra 10 es prácticamente imposible", exponía Xavi al final del partido. Y aunque opinó que durante el tramo de 11 contra 11 el Barça fue superior, Luis Enrique modificó el plan de la ida para exponer la salida de balón blaugrana. Se olvidó de la presión individual a todo el campo para evitar la conexión entre Ter Stegen y Lewandowski, que dinamitó la ida, manteniendo a los dos centrales sobre el polaco. Luis Enrique le regaló el balón a Araujo, la pieza más débil en salida, para que diera el primer paso.

El entrenador asturiano optó por intentar eliminar líneas de pase con el posicionamiento de sus delanteros. Barcola le impedía a Araujo conectar con Koundé. Mbappé hacía lo propio con Cubarsí. Por dentro, los centrocampistas parisinos se emparejaban a los catalanes. A Ronald solo le quedaba arriesgar si quería mirar hacia delante.

El posicionamiento defensivo del PSG cuando Araujo tenía el balón.
El posicionamiento defensivo del PSG cuando Araujo tenía el balón.

Pasados los diez minutos, de uno de sus pases nació el gol del Barça. Condujo hasta meterse en campo contrario y giró el juego hacia Lamine. El PSG infravaloró sus capacidades. Aunque cierto es que lo que luego hizo Yamal está al alcance de poquitos.

La noche más aciaga de Araujo pudo ser su última de Champions con el Barça

Cerca de la media hora de juego, la jugada que acabó en la expulsión de Ronald. Con la conexión con Lamine tierna en la memoria, el uruguayo insistió con el canterano. Esta vez, las piernas de Nuno Mendes se anticiparon, con la mala suerte de que el Barça perdió la pelota sin estar preparado para afrontar la defensa, la transición hacia Ter Stegen.

La noche más aciaga de Araujo pudo ser su última de Champions con el Barça

El partido de Araujo, o la eliminatoria, para ser más justos con el uruguayo, no explica nada nuevo. Ronald da la seguridad de jugar atrás con un cortafuegos, con un bombero capaz de apagar incendios y evitar fuegos nuevos. Al mismo tiempo, también confunde pasión con tensión excesiva y su juego de pies no es el de un central nacido en La Masia. La propuesta de Xavi eleva al máximo la delicadeza que deben tener sus centrales con el balón. Y Luis Enrique acabó por desnudar sus debilidades más que temer sus virtudes.

En un Barça ideal, saneado en las cuentas, plantearse una salida de Araujo sería una decisión más que controvertida, a pesar de sus evidentes pros y contras. En el Barça actual, y más tras el regalo que ha sido Cubarsí, plantearse la salida de Araujo es una obligación.