R. MADRID 3 - M. CITY 3

Hace 13 años, cuando el césped del Bernabéu era "una alfombra", a Guardiola tampoco le gustaba

La altura de la hierba ya fue foco de polémica en la tormenta de Clásicos de 2011. En aquel momento, sin normativa que le obligase, Mourinho se negó a mojar el tapete.

Guardiola, con Mourinho de fondo, en un Clásico disputado en el Bernabéu en 2011. /AFP
Guardiola, con Mourinho de fondo, en un Clásico disputado en el Bernabéu en 2011. AFP
Manuel Amor

Manuel Amor

Las quejas de Pep Guardiola (53 años) sobre el estado del césped del Bernabéu después del Real Madrid-Manchester City se recibieron como un dardo en la planta noble de Valdebebas, pero en ningún caso cogieron por sorpresa a los directivos blancos. Desde el club se reconoce que el tapete debe mejorar su apariencia; la plantilla de Ancelotti tampoco está satisfecha; y al de Santpedor siempre le ha obsesionado jugar sobre una hierba impoluta y que no ralentice la circulación del balón. Sus lamentos del martes, de hecho, hicieron retroceder a más de uno a los primeros días en los que el entrenador cityzen colocó en el foco este asunto: la tormenta de Clásicos del 2011.

En aquel momento, con la fricción entre Mourinho y Guardiola en su punto más alto, Madrid y Barcelona se enfrentaron cuatro veces en 18 días: un encuentro de Liga, la final de la Copa del Rey en Mestalla y las semifinales de la Champions. El duelo que abrió la veda fue el liguero, para el que 'Mou' tramó una de sus habituales estrategias con el fin de evitar que los culés se sintiesen cómodos en Concha Espina.

En los días previos, como recuerdan las publicaciones de la época, el portugués ordenó que el terreno no se cortase y que tampoco se regase con la misma cadencia. Y así se lo comunicó a sus futbolistas, que saltaron al césped conscientes de lo que se iban a encontrar. El choque terminó con un empate (1-1) que no alteró la dinámica de la Liga (el Barça tenía ocho puntos de ventaja a falta de tres jornadas), pero que recuperó parte del orgullo madridista después del humillante 5-0 encajado en la ida en el Camp Nou. Mourinho salió con Pepe de mediocentro y un plan ultradefensivo que enseñó el camino para lo que estaba por venir.

Mourinho saluda a Guardiola en la salida del túnel de vestuarios.  REUTERS
Mourinho saluda a Guardiola en la salida del túnel de vestuarios. REUTERS

El césped estuvo especialmente alto y provocó el mosqueo interno de Guardiola y sus jugadores, aunque ninguno quisiese alzar demasiado la voz ante los medios. Pep, de hecho, se mostró respetuoso en conferencia de prensa pese a que su mensaje de puertas hacia dentro fuese otro: "Tienen derecho a ponerlo como quieran; no es un asunto importante". De cara a la final de Copa que se disputó cuatro días después, eso sí, luchó porque en Valencia el escenario fuese diferente.

Lo consiguió a medias. La hierba lució a 23 milímetros, mucho más baja que en Chamartín, pero no consiguió que se regase en el descanso. Sin una normativa clara al respecto, la RFEF adoptó el mismo procedimiento que aplicaba la UEFA en la Champions: el terreno de juego sólo se regaba si los dos equipos estaban de acuerdo.

El árbitro de la cita, Undiano Mallenco, reunió en la jornada previa a los delegados de ambos conjuntos (Carles Naval, del Barça; y Chendo, del Real Madrid) para tratar la situación. La extinta web ligabbva.com captó el vídeo de la reunión. "Dentro de la legislación deportiva española no existe ningún artículo que ampare el tema del regado. Al no haber nada, como los dos equipos juegan competiciones internacionales, nos amparamos en la reglamentación de Champions", explicó el colegiado a las dos partes. Chendo contestó rotundo: "Nosotros no queremos". Naval, resignado, lo aceptó: "Nosotros sí, pero ya no hace falta discutir". Mourinho se salió con la suya y levantó aquel trofeo, de nuevo con Pepe como pivote y con un recordado gol de Cristiano Ronaldo en la prórroga a centro de Di María.

Cabe recordar que por aquel entonces no existían normas que obligasen a los clubes a segar el verde a una determinada medida, a diferencia de ahora. Desde 2016, el Reglamento Audiovisual de LaLiga contempla que el césped tiene que estar cortado a una altura de entre 20 y 30 milímetros y que toda la superficie debe ser uniforme. El riego, eso sí, queda más bien en manos del equipo local siempre que se cumplan unas condiciones mínimas. "Los clubes adoptarán las medidas necesarias de riego para asegurar una calidad óptima que posibilite una práctica deportiva bajo los mejores estándares", reza el texto. Antes de cada partido, las entidades deben presentar un informe sobre su plan de riego para la previa y el descanso.

Con la Champions estalló todo

El Bernabéu acogió la ida de semifinales de la Champions una semana después de la Copa. Antes del choque, Guardiola ofreció una de sus comparecencias más recordadas. "En esta sala él (Mourinho) es el puto jefe, el puto amo. No quiero competir. Fuera del campo ya me ha ganado. Le regalo su Champions particular, que la disfrute y se la lleve a casa", comentó sobre el de Setúbal. El césped también acaparó miradas: "Está tan alto como en el último partido de Liga. Es lo que hay y habrá que jugar".

El Barça aplastó a los blancos y ganó 0-2 con doblete de Messi… con polémica por la expulsión de Pepe por una entrada sobre Dani Alves en la que apenas rozó al lateral. En ese punto, minuto 61, el marcador todavía no se había movido. Mourinho se encendió después: "Ha quedado demostrado que ante el Barcelona no tienes ninguna posibilidad. La UEFA no deja a ninguno de los otros equipos jugar contra ellos. No entiendo por qué: si por la publicidad a Unicef, si porque son muy simpáticos…". El empate a uno de la vuelta apeó al Madrid y llevó a los azulgranas hasta la final de Wembley que ganaron al United.

Las quejas de Guardiola este martes.

Ese rally de enfrentamientos sembró la semilla de lo que llegó después, con el dedo en el ojo de Mou a Tito Vilanova y la tensión permanente hasta que Casillas llamó a Xavi, Guardiola se fue y el portugués enfrió la mecha. Fue la primera vez que el técnico catalán miró al césped del Bernabéu. Este martes, 13 años después, siguió con los palos y alguna verdad a medias: "El próximo paso del que debe preocuparse Florentino es de hacer un buen campo, como siempre lo ha tenido el Madrid; era una moqueta, una alfombra". El Bernabéu tampoco estuvo a su gusto en 2011.