El árbitro Marciniak y un penalti de Mbappé en el descuento salvan al PSG de Luis Enrique
El equipo parisino salva un punto en el descuento tras un polémico penalti otorgado por el colegiado polaco y ocho minutos añadidos.

Con Sergio Rico en la grada viendo a sus excompañeros. Con Al Khealifi de vuelta y la presencia de Aleksander Ceferin, mandamás de la UEFA, a su lado. Así se jugaba Luis Enrique Martínez el primer 'match ball' en su estancia en París, porque un mal resultado en casa contra el Newcastle, sumado a un triunfo del Milan, lo podía dejar en última posición del grupo de la muerte. Pero todo esto era a priori, era 'fútbol ficción'.
En la realidad, el PSG salió bien, a jugar un gran partido de Champions, como debe hacer en estas situaciones. Luis Enrique le dio confianza a Kang In Lee al lado de Fabián y Ugarte, mientras que Kolo Muani le ganó el puesto a Gonçalo Ramos. Todos ellos con Mbappé, por supuesto.
[Consulta la clasificación de los grupos de la Champions]
Pero los errores defensivos pueden causar problemas y como se vio en Ligue 1, el PSG sufre mucho los despistes. Por eso mismo, cuando Donnarumma tenía la pelota, el Newcastle presionaba mucho y en una de esas jugadas Almirón fue capaz de quitarle el balón a Archaf en la salida y Alexander Isak casi abre el partido.
Digo casi porque minutos después no perdonaba el sueco, que tras una gran jugada de Livramento que se la dio a Almirón, el paraguayo disparó desde el borde del área y el portero italiano tuvo un error muy grave que le puso en bandeja el gol al delantero.
Tras el gol del Newcastle, poca cosa del PSG, que en vez de venirse arriba, las vio venir. Porque lo intentaba, pero de manera muy tímida y la cara de Luis Enrique, cada vez que enfocaban al asturiano, era un poema. En el mediocampo el Newcastle se hacía fuerte y los locales sufrían, incluso Ugarte se llevó una tarjeta amarilla. Los de Howe jugaban con la desesperación del equipo francés y conseguían su objetivo.
Reacción o enfermería
Al descanso, el PSG estaba fuera de la Champions League y no dependía de sí mismo en la última jornada para clasificar a octavos de final. En el partido en Milán faltaba mucho, pero el PSG tenía que hacer primero su trabajo y el que no hacía el suyo era Dembélé, que tuvo oportunidades claras para marcar pero no lo hacía y encima se llevaba la amarilla que lo dejaba fuera del último partido de fase de grupos contra su exequipo.
Luis Enrique tenía que mover sí o sí el banquillo. Barcola entraba por Kolo Muani y dejaba a Mbappé de nueve puro, sin meter a Gonçalo Ramos. Y Vitinha entraba por Ugarte, en un cambio muy ofensivo, dejando a Fabián de pivote en solitario. Una vez más, reacción o enfermería.

Esa reacción casi llega y le da la razón a Luis Enrique, si no hubiera sido por Pope. Mbappé, con un jugadón, dejó en el camino a todo jugador del equipo inglés que se puso en su camino y el pase a Barcola terminó con un disparo del joven futbolista que neutralizó el guardameta. Minutos más tarde el futbolista de 21 años volvió a tener una clara y esta vez no acertó entre los tres palos.
Asensio y Ramos al rescate
Al equipo de Luis Enrique se le atragantaba el partido y el asturiano miraba al banquillo para buscar (más) soluciones. La lógica decía que el portugués Ramos entraría, pero el elegido era Marco Asensio por encima del delantero. Con Mbappé jugando sus mejores minutos como '9', el español entró por el coreano Kang In Lee para posteriormente dar entrada a Gonçalo Ramos.
Marciniak y la gran polémica de la noche
El gran héroe del partido era, hasta el minuto 94, Pope. El portero inglés, que para muchos debería ser el portero titular de la selección inglesa, salvaba a su equipo en cada acercamiento de los parisinos.
Cada vez que llegaban los parisinos, o no acertaban o se topaban con él y sus compañeros lo felicitaban. Con muchas bajas como Barnes, Murphy y la conocida de Tonali, Howe no movía el banquillo a pesar de los ocho minutos de añadido que dio el colegiado.
Para terminar, el polaco fue el gran protagonista de la noche. En una jugada de Dembélé dentro del área, el balón le pegó a Livramento en la zona abdominal y después en su mano. El árbitro del VAR llamó al polaco y este decidió, a pesar del rebote, que era penalti para el PSG. Mbappé no falló a su cita con el gol y el club parisino salvó los muebles y una situación muy complicada de cara al partido que cierra la fase de grupos ante el Borussia Dortmund, que ya está clasificado como primero de grupo.