Autopsia de un descalabro con muchos heridos y una realidad que Carlo Ancelotti se empeñó en obviar
El cuadro 'gunner', trabajado y con automatismos, pasó por encima de los blancos, sin ideas en ataque.
En el Real Madrid se han especializado en negar la evidencia. Ninguna frase resume mejor lo ocurrido sobre el césped del Bernabéu en el día D, frente a un Arsenal peleón y rebelde que desnudó a un Ancelotti inflexible (volvió a apostar por Alaba y Lucas en los laterales) y, ahora, muy tocado. El conjunto gunner completó una sobresaliente actuación colectiva en uno de los estadios más imponentes de Europa... y dejó en evidencia a los blancos. Las carencias, algunas latentes desde septiembre, son evidentes y los debes, cada vez mayores. Para el cuerpo técnico y, también, para los jugadores.
La eliminatoria frente al Arsenal (global de 1-5) supone un punto de inflexión para el Real Madrid, en una temporada repleta de altibajos en la que Ancelotti no ha logrado dar con la tecla. Si bien es cierto que sus pupilos habían logrado remontar el vuelo en algunos momentos del curso, el juego no ha acompañado en prácticamente ningún tramo de la campaña: los blancos sufrieron en fase de grupos, en dieciseisavos, en octavos y han sucumbido en cuartos. Todo ello, en la máxima competición continental, su torneo fetiche. También en Liga y en Copa.
"Esta temporada nos ha faltado actitud colectiva", mencionó el técnico italiano tras la conclusión del choque. Con varios frentes abiertos y su continuidad en el aire ("el día que termine sólo podré dar las gracias al club"), su nombre vuelve a estar en el centro de la diana. Pero no es el único: prácticamente todos los futbolistas de la primera plantilla también han recibido críticas, con la tripleta ofensiva compuesta por Mbappé (se marchó tocado), Vinicius y Rodrygo (fue sustituido por Endrick) como protagonistas principales.
Bellingham, sin un rol claro
Después de una primera temporada marcada por su innovadora posición como falso 9, la retirada de Kroos 'obligó' al inglés a retrasar su posición al centro del campo, con libertad de movimientos... pero también con más responsabilidades defensivas. Pese a su calidad, líder indiscutible del Real Madrid y una de las piedras angulares de Ancelotti, el 5 no termina de recuperar sensaciones. En la sala de máquinas, con Tchouameni y Valverde como integrantes del doble pivote, al británico se le encomendó, en un inicio, la siempre complicada tarea de desempeñar el rol de pegamento entre el la medular y la línea de ataque. No funcionó en septiembre... y sigue sin hacerlo ahora, ya en abril.
Si bien es cierto que Bellingham resulta dañino entre líneas por su capacidad para driblar, avalado por un físico imponente, y conducir, con una zancada prodigiosa que es letal en tres cuartos, el Real Madrid necesita más. En todo. Sin Kroos, el vacío en la circulación de balón es más que evidente. Y el Arsenal lo ha demostrado: el inglés no es un lanzador de primer nivel (nunca lo fue) para Vinicius, Rodrygo o Mbappé. Como tampoco lo son Valverde, Tchouameni o Camavinga. Sí Modric, al que su edad (cumple 40 en septiembre) impide disfrutar de un papel protagonista en las grandes noches europeas, o Ceballos.
La línea defensiva, el gran lunar
Otra de las carencias del Real Madrid que ha desnudado el Arsenal en el Bernabéu reside en la defensa. Los blancos, sin Militao (lesionado de gravedad), han perdido consistencia y encajan con relativa facilidad. Los de Arteta les endosaron tres en la ida y dos en la vuelta, para un global de 1-5. Pese a la irrupción de Asencio, fijo para Carletto y cada vez con más galones, y a la solidez de Rüdiger, mermado por problemas físicos en algunos tramos de la temporada, el cuadro vikingo está acusando la falta de líderes (y de todo lo que eso conlleva) en el eje de la zaga.
Aunque lo verdaderamente alarmante se extiende hasta los laterales. Con Mendy y Carvajal lesionados, el Ancelotti más ortodoxo y conservador mantuvo su apuesta por Alaba y Lucas Vázquez. Como ya ocurrió en la ida, ninguno terminó el partido. En esa posición, el italiano ha llegado a probar a Valverde y Camavinga, ambos centrocampistas, por delante de Fran García y del propio Lucas. Si bien es cierto que se espera con optimismo el desembarco de Alexander Arnold (y la recuperación de Carvajal), la problemática va más allá.
El diagnóstico tampoco es especialmente halagüeño en ataque. Mientras Mbappé se marchó tocado después de una eliminatoria discreta, con más sombras que luces, Vinicius y Rodrygo tampoco han cumplido las expectativas. La convivencia entre los cuatro fantásticos, con Bellingham como metrónomo, no ha cuajado en ningún momento de la temporada. El francés no es un 9 convencional (baja a recibir como un mediapunta más y cae con frecuencia a banda izquierda), y Vinicius y Rodrygo no son los de la temporada pasada. Así, la eliminación frente al Arsenal desnuda la cruda realidad del Real Madrid... con varios jugadores señalados y Ancelotti, herido de muerte. Más todavía.
En un segundo plano, y pese a las palabras de Courtois, quedan cuestiones como la falta de un delantero que cuerpee y gane duelos. Los blancos lo tuvieron (y perdieron) con Joselu, de quien se acordó el meta belga por los 35 intentos sin suerte de centros de sus compañeros. "Este año no tenemos un Joselu", dijo, haciendo alusión a una confección de plantilla en la que, si bien es cierto que está Endrick, echa en falta a un delantero que dote de coherencia a los envíos laterales a los que acostumbran a recurrir los de Ancelotti en contextos de máxima urgencia.