El Barça golea al Bayern en el partido que cambiará su historia
Tres goles de Raphinha y una actuación impresionante de todos los canteranos permiten a los blaugrana volver a tutearse con los grandes de Europa.

Han pasado diez años desde que el Barça ganara la última Champions. Diez años de caídas, de cicatrices, de traumas. Tuvo que llegar una nueva generación, la que no vivió las noches negras, para empezar a escribir un nuevo capítulo. Raphinha, el capitán, lideró una victoria que podría cambiar la historia del Barça. Con Cubarsí, Lamine, Balde, Casadó o Fermín como bandera. Los canteranos maduraron diez años en 90 minutos. El Barça ya puede volver a tutear a las bestias europeas. Habrá un antes y un después tras esta victoria. Por el quién. Y sobre todo, otra vez, por el cómo.
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Era la primera gran noche para el Barça. Todo lo vivido hasta este miércoles quedaba en un puñado de buenas sensaciones, indicios para creer y soñar. El Bayern se presentaba como la prueba de algodón para calibrar si los blaugrana siguen sintiendo vértigo a Europa o vuelve a mirarla desde arriba. Con el prólogo de la temporada cerrado y unas últimas líneas escritas por Gavi. Delante, las pesadillas de Neuer y Müller. Lewandowski, ya al otro lado.
Montjuïc empezó gritando y celebrando el primer duelo ganado. La ola llegó al césped como una onda expansiva. El Bayern arriesgó en presión, Lewandowski aguantó una batalla de espaldas y en apenas unas milésimas de segundo, Raphinha se quedó delante de Neuer. Tuvo mucho tiempo para pensar. Quizá demasiado. Ese era su gran enemigo. Cuando el portero alemán se hizo gigantesco, el brasileño lo regateó y anotó. Primer golpe. Hacía cuatro partidos que el Barça no le marcaba al Bayern. El Barça de Flick necesitó un minuto.
No se amilanó el Bayern. Harry Kane -demasiado nueve para ser un diez; demasiado diez para ser un nueve- congeló Montjuïc con un gol que acabó anulado por fuera de juego. Cuando el árbitro levantó la mano, la grada lo celebró como medio tanto. El Barça se encontró con el 1-0 antes de reconocerse. El Bayern presionaba emparejando hombre a hombre y los blaugrana no veían un camino de salida claro. En defensa, los bávaros ponían a prueba una línea defensiva cuya fe en los fueras de juego no fue suficiente para anular un segundo gol a Kane. Habían pasado 20 minutos y el Barça ni había tenido una posesión en campo contrario, ni había encontrado a Lamine Yamal, que todavía era un secreto.
El Bayern pide falta.
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Lewandowski la mete y luego pregunta.#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/76pYzidTNy
La primera aparición de Lamine, el mejor síntoma
La primera aparición de Lamine fue un caracoleo sobre Kimmich que cerró con un caño a Gnabry. Fue su presentación. El Barça empezó a respirar. Encontrar a Pedri era cargar una bombona de oxígeno. Teniendo la posesión, el Bayern parecía menos monstruoso. La cabeza que Palhinha o Müller le sacaban al centro del campo culer se convertía en algo irrelevante. En un pase largo de Lamine, Fermín ganó duelos a Kim Min Jae, Upamecano y Neuer como quien mata gigantes. Calle. Con la fe del que no se ve cicatrices. Apareció Lewandowski en el corazón del área para empujarla. Volvía el Barça a liderar el marcador.
Al borde del descanso, Kim quiso marcarle terreno a Lamine con una dura entrada. El catalán se levantó como si nada y alzó los brazos al público pidiendo aliento. Y cuando el eco de los gritos todavía sobrevolaban Montjuïc, Casadó mandó un balón de 50 metros a Raphinha y el brasileño, desde la frontal y con la diestra, hizo el tercero. Los blaugrana aguantaron dos tramos de chaparrón y anotaron tres goles. Miraron a los ojos a la bestia y la bailaron.
La pasión de Iñigo nos representa pic.twitter.com/GuTvFJ3Yyp
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No cambió demasiado el guion tras el descanso. El partido se jugaba en una franja de 30 metros que provocaba que cualquier cosa pudiera suceder en apenas nada. Un mal pase en salida. Un desmarque a la espalda de la defensa. Lo que sí sabía el Barça era que no le valdría con sacar agua del área, donde imperaban Iñigo Martínez y Pau Cubarsí. En el centro del campo, el Bayern era demasiado intenso para los culers.
Cuando el Bayern ahogaba, el Barça remató
Lamine encontró un resquicio entre la tensión para mandar un balón largo, infinito, a Raphinha. Se repetía la historia. Corrió el delantero hacia Neuer y remató fuerte, con el corazón, para anotar el cuarto. Raphinha, antaño jugador metalúrgico, recto, se visitó de Ronaldinho. Y poco a poco, duelo a duelo, gol a gol, la historia del Barça empezaba a cambiar. El Bayern ahogaba. El Barça remataba. Los culers no olvidaban: Müller se marchó abucheado, pequeñito, desaparecido. A Raphinha lo despidió todo el Lluís Companys de pie. Reapareció Dani Olmo.
Es su temporada.
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Es su momento.
Es su noche.
Raphinha le enchufa tres al Bayern 🎩✨.#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/QKlsUOh8Xe
El Barça se quedó sin filtro. Montjuïc gritaba un olé por cada pase. Los blaugrana cazaron al que tantos años fue cazador. Y Casadó, tan bajito, tan de la casa, le ganó duelos a Goretzka, la figura que durante tantos años sirvió para mostrar lo lejos que estaban los catalanes. El alemán acabó desquiciado. Los blaugrana desenchufaron al Bayern con el balón como arma y el final lo endulzó la entrada de Gavi. El 4-1 no es un accidente, es un mensaje. Este Barça tiene fondo y alma para codearse con los grandes.
- Ficha técnica:
4 - Barcelona: Iñaki Peña; Kounde, Cubarsí, Íñigo Martínez, Balde; Casadó, Pedri (Gavi, min.85), Fermín (De Jong, min.61); Lamine Yamal (Ansu Fati, min.85), Lewandowski (Pau Víctor, min.85) y Raphinha (Dani Olmo, min.75).
1 - Bayern Múnich: Neuer; Guerreiro (Laimer, min.85), Upamecano, Kim Min-Jae, Davies; Kimmich, Palhinha (Goretzka, min.60); Olise (Sané, min.60), Müller (Musiala, min.60), Gnabry (Coman, min.60); y Kane.
Goles: 1-0: Raphinha, min.1. 1-1: Kane, min.18. 2-1: Lewandowski, min.36. 3-1: Raphinha, min.45. 4-1: Raphinha, min.56.
Árbitro: Slavko Vincic (ESL). Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Kimmich (min.27) y Goretzka (min.90).