PSG 2 - BARCELONA 3

El Barça vuelve a intimidar en Europa

La victoria en París sirvió para cerrar heridas y mirar a la Champions con otros ojos.

El Barça celebra el gol de Christensen./AFP
El Barça celebra el gol de Christensen. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Durante años, las heridas de las caídas crónicas en Europa se reabrían cuando aparecía un mínimo atisbo de dudas. En París, con una nueva generación empujando desde atrás, el Barça mandó un mensaje nuevo: está preparado para entrar en otra dimensión. Pase lo que pase en la vuelta, donde Xavi sigue dando favorito a los de Luis Enrique, la actuación en el Parque de los Príncipes supuso recuperar el orgullo perdido.

Se quejaba Xavi recientemente de una crónica de El País titulada 'El Barça es el bufón de Europa', tras la estrepitosa caída en Hamburgo ante el Shakhtar en la fase de grupos. El fútbol es tan bonito como impredecible. En noviembre, con un Barça ahogándose en un mar de dudas -futbolísticas, institucionales y económicas- nadie podría predecir que el equipo llegaría con esta fe a París. Y menos que acabaría ganando.

"Venimos de años difíciles en Champions y esta victoria sirve para demostrarnos que podemos competir contra equipos como el PSG, hecho para ganarla", valoró el entrenador al acabar el partido. El encuentro tuvo varias fases. En la primera, el Barça detectó qué le planteaba Luis Enrique, con una presión agresiva, y se acomodó en las descargas de Lewandowski para progresar. Ya en el segundo tiempo, puso a prueba su madurez con dos bofetadas en poco tiempo. Y en el escenario más vertiginoso, se recompuso y remontó. En la respuesta blaugrana se condensan años de sufrimiento superados.

¿Por qué soñar en Wembley?

Necesita poco el barcelonismo para ilusionarse. No se intimidó ante la visita al Parque de los Príncipes, donde acabó haciendo rodar la corona francesa. Y es que la afición blaugrana ya tras el sorteo se imaginaba cómo sería el camino a la final. De los cuatro partidos de camino a las puertas del cielo, a Wembley, los de Xavi ya han avanzado una casilla. Suena a precipitado y lo es, pero también explica cómo los culers han recuperado la fe. Si el Barça de antaño se refugiaba en invierno, temeroso a la llegada de la primavera, este Barça se planta en el tramo decisivo de la temporada habiendo recuperado su mejor versión.

Aunque el proyecto de Xavi tuvo tramos de brillantez en su juego, está intentando plantarse delante del espejo del Barça 22/23. El de las áreas, el más efectivo. "Hay fases en Champions que te obligan a estar atrás, hay que sufrir y marcar las que tienes", comentó Pedri al acabar el encuentro. "Para acabar de madurar tenemos que salir mejor en la segunda parte. Y más en Champions, porque el rival no te perdona", siguió Xavi en la misma línea.

Las mejores versiones en el tramo más importante

Si este Barça mira sin miedo a la Champions es porque se vuelve a parecer al que ganó la última Liga. Construye sin temor pero tampoco con florituras. Dos adolescentes, ya acostumbrados a naturalizar lo extraordinario, elevan el techo del equipo. Defensivamente, y aun recibiendo dos goles, el Barça estuvo muy bien en París. Y en el área rival, Xavi puede decir que ha recuperado al mejor Lewandowski. Hubo tramos en que su ocaso parecía algo irremediable, pero sabía el técnico que el mejor Barça sería con él o no sería.

De Jong y Pedri se sumaron a la lista de París en el último momento. Gavi subió al avión como un aficionado más. Xavi recupera a dos piezas fundamentales en el momento perfecto. De Jong jugó como si nunca hubiera estado fuera, y sin los vicios de retener en exceso el balón. Y a Pedri le valió un balón para asistir a Raphinha. Todo parece sonreírle al Barça, que como únicas notas negativas se lleva las suspensiones de Sergi Roberto -elevado por Xavi hasta la titularidad- y de Christensen. La ventaja es demasiado corta como para proyectarse en semifinales. Suceda lo que suceda, y salvo catástrofe, el Barça ya puede decir que mira a Europa con otros ojos. Ya mira la Champions con ilusión y no con miedo.