Manuel Neuer o el calvario de 20 porteros que vivieron a su sombra

En marzo de 2024, Manuel Neuer cumplió 38 años, de los cuales ha pasado ya 13 como guardameta del conjunto bávaro. Desde que llegara en 2011 desde el Schalke 04, el portero se ha convertido en una figura contrastada en la portería del Allianz, a quien ha convencido firmemente de ser el hombre perfecto para hacerse con los estribos de su rol en un histórico como el Bayern München. Una responsabilidad que le ha llevado a ser un ídolo para los suyos y, también, un calvario para sus rivales. Defenderá este miércoles una vez más la meta de su equipo en el Bernabéu, en busca de otra final de Champions.

Si firmar por un equipo como el Bayern es una razón de peso para disfrutar de la oportunidad, el puesto de portero suplente parece más un suplicio, por verse a la sombra de un jugador como el de Gelsenkirchen. Incluso dentro del equipo alemán, la figura de Manuel Neuer puede ser un muro difícil de superar. Para sus suplentes, poder hacerle competencia a un mito es una situación para nada sencilla.

Y a pesar de que su edad puede indicar que el final de su carrera no debe estar lejos, el peso de sus galones parece ser de momento inexpugnable, salvo cambio drástico de la realidad en el equipo bávaro. Muy pocos han conseguido ser notorios como suplentes de Manuel Neuer, que se ha empeñado en ser más que un capitán en el césped para el Bayern. Todos y cada uno de los porteros que han ido pasando por el club, han tenido que sobreponerse a la dificultad de vivir a la sombra del gran Neuer.

Desde 2011, son 20 porteros los que han pasado por la plantilla del Bayern München, sin que su peso se hiciera notar, salvo en contadas excepciones. Nombres apenas residuales, fruto de la promoción interna desde el filial bávaro, pero también fichajes destinados a generar una competencia que no acabaría llegando de manera firme, como la figura de Pepe Reina, que apenas jugó 190 minutos en 3 partidos con la elástica del club muniqués.

Como ejemplo más descriptivo de esta situación, está el caso de Sven Ulreich, el suplente más longevo de Neuer en el Bayern, con una pausa de sólo un año en la 20/21, en la que jugó en el Hamburgo. Desde 2015, en las nueve temporadas como portero del Bayern, el portero apenas ha jugado 9.000 minutos, una media de 1000 por temporada, repartidos en 99 partidos en todas las competiciones. Algo que contrasta con los de Neuer, que suma, en sus 13 temporadas en el equipo, casi 500 partidos jugados y cerca de 45000 minutos en la meta bávara.

Una trayectoria más que contrastada, a la que sumará otro partido más ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, en el que será su partido 140 en la Champions League y que le podría dar la oportunidad de volver a ser titular en una nueva final de la Champions League, en caso de acabar derribando el difícil muro del equipo merengue en el partido de vuelta.

Su presencia y contribución obligan a dominar la frustración a quienes deben hacerle competencia en el puesto de portero, incluso cuando es una lesión la que obliga al club a tomar medidas. El pasado año, sin ir más lejos, la lesión de diciembre de 2022 esquiando, que lo alejó del equipo durante casi un año, puso encima de la mesa la opción de relevar al meta con un arquero de garantías.

El elegido fue Yann Sommer, que brillaba con el Borussia Mönchengladbach en Bundesliga y que se hizo con la meta bávara con relativa sencillez. El guardameta, internacional suizo, tuvo que pelear con la sensación de no poder optar nunca a pelear su puesto más allá de la 22/23, por la presión de la prensa afín al club y la sensación de que Neuer sería titular por decreto tras su recuperación, lo que le supuso asumir que debería buscar una salida en verano de 2023. Una salida que acabó llegando, en dirección al Inter, con quien acaba de ser campeón de Serie A como portero menos goleado del torneo.

Una realidad patente que muestra que el alemán es una figura con un peso gigantesco en el de por sí enorme club alemán y que se ve reflejada también en la de la selección nacional. Un heredero a la altura de otras figuras anteriores, como la del eterno Oliver Kahn, que años antes ya fue uno de los grandes símbolos del equipo de Múnich por su carácter, competitividad y carisma a pesar de la soledad asumida del protector del arco.