Todo lo que ha cambiado en el Manchester City desde el último partido ante el Real Madrid: mucho más que Haaland
El equipo de Pep Guardiola ha evolucionado en el último curso. La llegada de Haaland, la reconversión de Stones y un nuevo sistema.
Hace un año el Manchester City no tenía a Erling Braut Haaland. Así se podría resumir, grosso modo, todo lo que el conjunto de Pep Guardiola ha cambiado en 365 días, la última vez que ambos equipos se vieron en la ida de las semifinales. Básicamente, el City ha añadido a su maquinaria colectiva a un futbolista que ha producido 13 goles (12 tantos y una asistencia) en ocho partidos de Champions League esta temporada. Pero hay mucho más. El City es un equipo distinto al de hace un año, y hay muchos nombres que lo atestiguan. Guardiola está ante el último salto evolutivo del conjunto inglés.
Solo quedan tres futbolistas del primer año de Pep en Manchester (el lejano verano de 2016): Gündogan, Stones y Kevin de Bruyne. Los dos primeros fueron fichajes en el curso inicial de Guardiola. Y ambos han jugado un papel clave en un Manchester City más duro y consistente, un equipo que ha ido añadiendo matices a su juego y que se planta en estas semifinales siendo mejor equipo que el del pasado curso. Y diferente.
Haaland... y De Bruyne
Kevin de Bruyne nunca había asistido tanto como esta temporada. Con partidos por disputarse, el belga ya suma 27 pases de gol esta temporada en todas las competiciones, solo uno menos que en la 14/15, con el Wolsfburgo, donde jugaba como extremo. Y no es casualidad que coincida con el aterrizaje de Haaland. De hecho, no hay ningún jugador que haya asistido tantas veces a un compañero como el belga al noruego esta temporada (8) en las cinco grandes ligas. Con Haaland cerca, las opciones de De Bruyne se han multiplicado exponencialmente. Pero sobre todo, existen tres acciones que el Real Madrid deberá minimizar.
Pocos jugadores han atacado con más eficiencia y peligro el half-space, el que se dibuja entre central y lateral, como él. Por timing y un golpeo prodigioso, atributo que ha tocado techo con la amenaza de Haaland en área rival.
Cuando De Bruyne logra pisar esa zona es que algo se ha hecho bien a nivel colectivo. Un central tiene que salir del área, el lateral está alejado de la jugada y el punto de penalti estará peor protegido. Si Kevin se encuentra en una situación ventajosa, que ocurra algo realmente malo para el rival es mucho más sencillo. Y sin Eder Militao esto es lo que tiene que evitar el Real Madrid. Pero hay más. Otra situación que, con De Bruyne y Haaland, llega a otra dimensión.
Este curso el City ha seguido repitiendo patrones que ya hacía en años anteriores, siendo el cambio de orientación, para que Mahrez encare en el uno contra uno, de los más repetidos. Pero con Haaland en área contraria, esta decisión es muchísimo más peligrosa.
La ausencia de Militao debilita enormemente al Real Madrid en área propia, y Camavinga tampoco es un seguro en estas situaciones de centro lateral, pues su naturaleza le lleva a ser impulsivo y eso genera dudas en determinadas situaciones. Pero existe una tercera pata que el City ha logrado subir con la llegada de Haaland: la transición.
El pasado curso, De Bruyne dejó cinco balones al espacio que terminaron con ocasión. Este ya suma 13. La diferencia es la presencia amenazante de un Haaland que es peligroso arrancando a cualquier altura del terreno de juego, dándole la vuelta a la lógica que dice que un desmarque a 60 metros es menos peligroso que uno que nace a 25. Para el noruego cualquier distancia es conquistable.
El Real Madrid se encontrará con el De Bruyne más letal pasando de toda su trayectoria en una zona en la que ya no cuenta con Carlos Henrique Casemiro, y con un Haaland que ha producido más de 50 goles en un encuentro en el que no estará Militao. La ecuación no parece sencilla sin ambas variables.
Stones y la última evolución
Escribía Martí Perarnau en su fantástico Herr Pep, que Guardiola siempre va más allá cuando piensa en sus equipos. Cuando inició su primer curso con el Bayern en la 13/14 ya tenía en mente qué le gustaría hacer la próxima temporada en términos de evolución en su juego. Mentalmente, Pep siempre busca dibujar qué puede añadir a su equipo para que sea mejor, hacia dónde tiene que ir para que el rival no le pille.
Esta búsqueda le ha llevado a vestir equipos distintos con casi los mismos futbolistas, con pequeños cambios, un año tras otro. Su City de 2023 no se asemeja en nada al de 2017, pero también ha cambiado respecto al de 2022. Y hay un nombre que condensa el siguiente paso del City hacia la búsqueda de la excelencia: John Stones.
Guardiola lleva una década metiendo, de forma más o menos constante, a los laterales por dentro. Lo inició en el Bayern con Alaba y lo repitió en el City con jugadores como Clichy en su primer encuentro. Pero este curso el cambio ha sido distinto. La marcha de Zinchenko en verano y de Cancelo en invierno, llevó a Pep a dibujar una línea de cuatro centrales repartidos en distintos roles. Y Stones ha sido la pieza angular.
Con balón ya no es el lateral creativo (lo que hacía Cancelo) el que va dentro, sino un central como Stones. Ante el Bayern, Pep lo situó de central y cuando su equipo tenía la pelota, asumía el mismo rol, dejando a Akanji como cierre. Si el rival presiona y el City conecta con Rodri, eso permite seguir teniendo a los centrocampistas por delante y en posición de dañar al contrario.
Situar a Stones cerca de Rodri ha permitido que el City haya crecido mucho defensivamente. Es el equipo de la Champions League que menos xG permite en juego de toda la Champions con 0,5 por partido. El pasado curso permitía 0,73. En ese sentido, el defender con cuatro centrales (el nivel de Akanji y del lesionado Aké ha sido superlativo) ha enquilosado al City defensivamente.
La forma en al que el Manchester City eliminó al Bayern, con ese 3-0 en la ida, es un fiel reflejo de la evolución de este equipo. De ser un conjunto dominante a través de la posesión a serlo también a través de su bloque medio, con una presión eficiente y una defensa del área de mayor competitividad que el curso anterior.
El Manchester City es mejor equipo que el del curso pasado. Pero también un Real Madrid que con Rodrygo en el once ha llegado a un nivel superior de amenaza y profundidad en su juego. El duelo será precioso. Guardiola llega a la cita con el mejor Manchester City desde que es entrenador, una versión actualizada que buscará corregir el miedo escénico del pasado curso.