Clement Turpin, el árbitro que vive en el campo

Clement Turpin, francés de casi 42 años (los cumplirá el 16 de mayo), se volverá a encontrar con el Real Madrid en la Liga de Campeones. Le ha visto levantar este título, como cuarto árbitro y también como principal en la última 'orejona' de los blancos contra el Liverpool. Imposible olvidar aquel partido en su país con todos los problemas externos que le obligaron a retrasar el inicio.

Turpin no sale del campo, vive allí, en el de fútbol y en el rural. Ese espacio personal es una necesidad para Turpin que se refugia de la presión de los partidos en su casa de la Borgoña francesa donde vive con su mujer y tres hijos. Allí respira y encuentra paz, tal y como explica en el documental de UEFA 'Man in the middle'. Él es uno de los protagonistas de este retrato arbitral que recorre sus partidos, pero también sus vidas.

Confiesa que nunca imaginó ser árbitro internacional ni dirigir partidos de este nivel. Realmente pocos lo imaginaban en el mundillo. No despuntaba, pero fue evolucionando y UEFA creyó en él ante la necesidad de promocionar a nuevos talentos. Y no es el clásico fenotipo de un físico rotundo con su 1'76. Podría asemejarse físicamente al mítico turco, Cunet Çakir, a quien quizá intenta emular por su carácter. Pragmático, conciliador, poco dado al estruendo y es difícil que pierda la calma.

Uno de los momentos más calientes nos lleva a la eliminatoria de semifinales de la Europa League entre el Arsenal y el Atleti donde expulsó a los diez minutos a Vrsaljko y al Cholo Simeone. Esa competición le dio su primera gran alegría cuando pitó la final entre el United y el Villarreal, que estará ligada para siempre a la historia del club amarillo.

A partir de aquí todo ha sido crecer, llegando a dirigir su primera final de la 'Champions' que ganó el conjunto blanco. No solo eso sino que el Madrid se ha encontrado con él esta temporada en su victoria en Nápoles y también en otras ediciones con victorias frente al Chelsea o el propio Liverpool. La pasada temporada dirigó el derbi milanés de semifinales.

Este árbitro francés había iniciado su trayectoria como futbolista e incluso entrenador, pero a los 16 años tomó el camino del arbitraje como su hermano, el maltés Ishmael Barbara. Debutó en 2008 y a partir de aquí ha estado en todos los acontecimientos importantes, incluída la próxima Eurocopa donde ha sido seleccionado junto a su compatriota, François Letexier. Compagina su labor en el césped con la formación para jóvenes árbitros franceses.

Todo en él suena bien para el Madrid. Ahora le tocará acertar y seguir mostrando ese carácter templado porque la importancia del partido se lo va a exigir. No se le conocen grandes escándalos. Representa esa frase tan manida de que "el árbitro pase desapercibido". No tiene otra pretensión.