El equilibrio invisible de Rodri que amenaza al Real Madrid
El centrocampista español es de los jugadores más importantes del City y uno de los grandes jugadores españoles del momento.

Pocos fichajes han tenido más impacto que el de Rodri Hernández en el verano de 2020. Y muy pocos han resuelto ser justo lo que prometían en su momento, encajando en lo imaginado sin ninguna fisura visible. Tres años después, podemos decir que el Manchester City fichó a Rodri exactamente para lo que ha terminado siendo: uno de los mejores, ¿el mejor?, mediocentros del mundo.
"No hay palabras para describir a Rodri". Esto dijo Pep Guardiola tras el enésimo partidazo del español. ¿Y si lo intentamos? Si por algo se caracteriza su Manchester City es por ser un equipo que piensa y asume cada decisión como la acertada. No solo juegan (muy bien) al fútbol, lo ven. En constantes cambios de sistema, roles y alturas, hay un denominador común que permite que Stones pueda ser un mediocentro más o que De Bruyne viva constantemente a la espalda del mediocentro rival: Rodri siempre sabe la hora sin mirar el reloj. De memoria.
En el Santiago Bernabéu, el City jugó probablemente el partido más flojo en dos meses, y uno de los más temerosos en mucho tiempo. Pese a los distintos caminos que se abrían delante suyo, el equipo no quería dar un paso hacia delante. Gündogan, Bernardo o De Bruyne parecían despojados de su rutinaria infalibilidad. El único que aguantaba como si el escenario no pesara un gramo era Rodri. Una presión suya valió el gol.

Su sentido de la orientación es maravilloso. De Bruyne y Gündogan son, entre todos los centrocampistas de la Champions League desde septiembre de 2021, los que menos acciones defensivas ganan. Es decir, los acompañantes en el centro del campo de Rodri son jugadores que no destacan por su capacidad defensiva ni para ganar duelos, y en un equipo que se expone y que deja muchos espacios detrás, la presencia correctora de Rodri es capital.

En este lapso de tiempo, solo Bennacer tiene mayor porcentaje de acierto a la hora de realizar una entrada y salir ganador: un 80% de las veces el centrocampista del City sale victorioso de estos duelos. Ante el mejor regateador de la Champions como Vinicius, en una situación límite, Rodri se impuso haciendo uso del cuerpo, no cayendo en trampas y buscando orientar al brasileño hacia la zona más congestionada.

Vinicius hace mucho daño cuando se va hacia línea de fondo, como hizo en la final de Copa ante Osasuna. Y Rodri, consciente de esta virtud, le llevó hacia dentro donde más piernas había y terminó ganando el duelo. Solo Capoue, del Villarreal, es regateado menos veces por partido que Rodri, al que solo lo han superado en las dos últimas ediciones 0,67 por partido. Defensivamente es élite, un jugador que pese a su trote lento ha logrado dominar el centro del campo en base a su posicionamiento y lectura.
Con balón es el termómetro del Manchester City. El futbolista que permite que el conjunto de Pep Guardiola adopte distintas estructuras con balón y esté siempre junto, a la vez que no pierda anchura ni profundidad en su circuito. De todos los centrocampistas de la Champions durante las dos últimas temporadas, ninguno tiene mejor porcentaje de acierto en pases bajo presión (92% de acierto), que son los que indican qué jugadores son capaces de poder aclarar distintos escenarios.


Rodri ha ido perfeccionando el saber perfilarse antes de recibir y su fluidez y precisión le convierten en la piedra angular de cada salida del Manchester City ante una presión agresiva. Puede retener el balón gracias a su corpulencia y manejo del cuerpo, darle continuidad con velocidad o posicionarse de tal forma que genere una ventaja para un compañero. El Real Madrid optó en la ida por no presionar, manteniendo un bloque medio que tendía a buscar que el juego del City fuese por dentro.
"Había muchos espacios en la frontal. Ellos nos han estudiado y saben que nos gusta atacar por fuera, y no nos dejaron". Esto mismo contó el propio Rodri pocos minutos después del partido. El City no aprovechó esta concesión y se limitó a esperar, con una posesión defensiva que minimizara riesgos. Para la vuelta necesitará más, y Rodri tiene parte de la respuesta. Por lo menos la primera palabra. El resto, a sus compañeros.