Así limitó la pizarra de Ancelotti a Pep Guardiola

Hace unas semanas, Carlo Ancelotti se mostraba muy reivindicativo en sala de prensa, hablando de todo lo conseguido con el Real Madrid. A mayo de 2023, a Carlo se le sigue considerando un gestor, alguien que ordena el talento, lo pule y le da forma, pero que no toma parte activa de lo que sucede en el verde. Pero el martes por la noche, Ancelotti limitó desde la pizarra enormemente a Pep Guardiola. Non hubo magia, no fue el efecto Bernabéu. Fue Carlo Ancelotti. Y el Real Madrid ya sabe qué hacer para minimizar al Manchester City.

Limitar a los de Guardiola a solo 0,64 xG en 10 remates tiene mucho mérito. El plan del Real Madrid pasaba por minimizar las fortalezas del City, aquellas que le convierten en un ciclón cuando las encuentra, y reducir su circulación a un ejercicio meramente defensivo, como si en vez de marcar, el objetivo fuese pasarse la pelota el mayor número de veces posible. Sabía Ancelotti que contando con jugadores técnicamente superdotados, y con físicos capaces de hundir al rival, cada robo, por muy lejos que iniciase, contendría peligro.

"El espacio estaba en la frontal. Nos conocen y nos estudiaron, no nos dejaron atacar por fuera". Esto contaba Rodrigo Hernández tras el partido, y razón no le faltaba. Analizábamos en la previa dónde puede hacer daño el Manchester City con Kevin de Bruyne, y en la ida no hubo casi ninguna opción de que pudiese hacerlo. ¿Por qué? Ancelotti priorizó tapar esos espacios laterales a riesgo de desproteger otros, en un ejercicio que era un reto para el City. Te dejo otro camino, ¿lo asumirás? Y el City no lo hizo.

Haaland llegaba como un avión y en el Santiago Bernabéu no hubo rastro de ese cyborg. Como si su IA hubiese sido mal programada. Se alaba mucho a Rüdiger, y con razón, pero la verdadera clave es que nunca tuvo situaciones de superioridad en el área. Como se aprecia en la imagen anterior, el Real Madrid vació la frontal del área a cambio de proteger sus costados... y el punto de penalti.

Para evitar que el mejor rematador del mundo marque, lo mejor es evitar que remate. Y en gran medida, lo lograron. Sus disparos llegaron forzados (dos) y solo uno fue liberado. Sin Militao, el Real Madrid limitó el teórico impacto de Haaland a pequeños fuegos artificiales, asumiendo que habría zonas que el City conquistaría, pero sabiendo que en las más letales no podrían estar cómodos.

"Toni Kroos fue el que más nos obligó a defender". Es sabido el enamoramiento de Pep por el alemán, ya en el año en el que coincidieron en el Bayern se convirtió en uno de los jugadores más mimados por su talento e inteligencia. En la ida, Guardiola elogió a Kroos, que fue el pivote de Ancelotti en detrimento de Tchouaméni. Y acertó. Toni firmó uno de sus mejores partidos a nivel defensivo, entendiendo siempre qué pedía la jugada y llegando a las coberturas. 4 intercepciones, una entrada y 0 veces regateado pese a jugar en una zona sensible. Nadie en el Real Madrid dio más pases que él.

El posicionamiento blanco le obligó a tener que hacer recorridos largos, de izquierda a derecha, por todo el ancho del campo una vez su equipo perdía altura defensiva. Sumó presencia en área propia ante centros laterales y cuando su equipo la recuperó siempre fue el primer golpe en la espalda, el primer aliento. Kroos es ese amigo que siempre está cuando le necesitas, sea la hora que sea.

Eduardo Camavinga posee poderes que todavía desconoce. Los va descubriendo a cada paso y zancada, en la forma en la que uno aprende a andar o a decir hola. Cada partido supone un aprendizaje para el francés, que ayer fue una ventaja competitiva para el Real Madrid como lateral zurdo. Clave en el gol, en la contención de Bernardo y los desdoblamientos en su banda, y como verso libre para que el City cortocircuitase y su equipo sumase pases. Fue el factor X.

Pero en el segundo tiempo, Camavinga empezó a aparecer en zonas interiores, dejando que Modric y Kroos gestionasen toda la base y el sector zurdo, mientras el francés liberaba su perfil y abría una vía directa con Vinicius.

La vuelta es una incógnita y es muy probable que la versión que se vea del City no se asemeje en la del Bernabéu. Pero Ancelotti merece mucho crédito por haber sido capaz de encontrar soluciones desde la pizarra ante uno de los equipos más ricos del mundo, y de haber minimizado al rival a la vez que potenciaba a sus mejores jugadores durante muchas fases del encuentro.